Los derechos humanos  

En México hemos sido testigos de cómo cambia un país en pocos años. Hace tiempo el PRI era el “invencible”, un partido que dominaba todo el escenario político, o eras del PRI o no existías políticamente. La sociedad fue evolucionando y dentro del mismo PRI surgieron voces que pugnaron por una apertura, por escuchar otras voces y otros planteamientos sobre la sociedad política que queríamos ser. El resultado fue plural. Algunas voces propusieron cerrar más el sistema y llevarlo a formas dictatoriales, otros apoyaban una apertura a todos los matices para promover un desarrollo democrático y que los ciudadanos recibieran información política de todos los partidos y corrientes del pensamiento. 

Afortunadamente triunfó la acción democrática y en poco tiempo vimos que el PAN “haiga sido como haiga sido”, ganó en dos elecciones presidenciales al iniciarse el siglo XXI. Lamentablemente los candidatos triunfadores eran de una inteligencia supina y solo pugnaron por quitar al PRI y quedarse ellos. No cambió absolutamente nada, más bien aumentó y se sofisticó la corrupción. No hubo ningún cambio, ni mejora para la población. El sistema político mexicano involucionó.

El presidente Fox era feliz demostrando su ignorancia por todo el mundo. Sus desplantes y los de “Martita” llegaron hasta el Vaticano, donde no los quisieron recibir como pareja a pesar de que toda la cancillería mexicana de esa época empeñó a sus mejores gentes en esa encomienda.  

Volvió el PRI y no pasó nada. El modelito neoliberal siguió trabajando a todo lo que daba principalmente en materia de corrupción. Hoy para sorpresa mía, no sé qué piensen otros, dos de sus principales detractores, que lo no lo ven como un adversario, sino como un enemigo personal y traen pleito casado con él, me han dado una sorpresa al reconocer parte de sus logros. Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola, no dan crédito de lo alcanzado por el presidente en este mes de junio del 2022. Ambos afirman lo mismo y casi con las mismas palabras. Están de acuerdo que tiene 22 gobernadores, ganó cuatro de seis elecciones, tiene mayoría en la cámara de diputados y de senadores y tiene la presidencia del Estado mexicano.  Joaquín afirma que todo lo que AMLO anunció que iba hacer si llegaba a la presidencia lo ha hecho y cuenta con una popularidad de más del 60 por ciento de la población, por si fuera poco, todas las encuestas ponen a Morena al dos por uno en las elecciones presidenciales. Con un dejo de desesperación, Loret de Mola afirma “No hay tiro, no hay tiro”.  

¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cómo es que por primera vez en la historia del país un presidente al entrar a su cuarto año de gobierno mantiene esos niveles de popularidad y esos logros políticos? Pero en la política mexicana ocurren cosas insospechadas. Aquí en Oaxaca vemos que uno de los gobernadores que menos obra social hizo, que no cumplió ninguna de las promesas de campaña y que se mantiene ausente de las decisiones fundamentales en el estado está a punto de ser nombrado embajador en Canadá donde ya tiene a sus hijos instalados para que no entren a la escuela medio año. La gente se pregunta que le dio al presidente este personaje para que al terminar su mandato como gobernador lo manden de embajador a uno de los países más importantes para México, Canadá. Realmente algún encanto debe de tener este personaje, además del dinero de su padre para que el presidente hable bien de él en cada reunión lo trate con afecto y deferencia. Y ahora lo manda fuera del país a representar a México. Seguramente que algo esconden estos nombramientos de gobernadores que los sacan del país Como antiguamente se sacaba a los enemigos políticos a los cuales no querían lastimarlos, pero se habían convertido en un estorbo para loa gobernantes.  

¿Qué es lo que esconden estos nombramientos? son realmente un premio a que han perdido la plaza y se la han entregado a Morena, es una recompensa por haber traicionado a su partido y a sus electores. Es una estrategia política para sacar algunos cuadros entrenados de la “oposición” y el presidente está descapitalizando políticamente a otros partidos para qué la elección de Morena y sus candidatos sea una victoria rotunda y transparente.  

Habrá que esperar que transcurra el tiempo y se vayan a aclarando los verdaderos motivos de estos nombramientos que por lo pronto se ven como un premio a los traidores. Como una gratificación a las traiciones a la que se llama coloquialmente concertación al entregar la plaza y permitir que Morena, que es el partido el presidente de la República obtenga en el corto plazo éxitos electorales.

Si estos logros internos no fueran suficiente la Cumbre de las Américas uno de los instantes más importantes en materia electoral, el presidente de México metió en una interesante disyuntiva, los Estados Unidos no habían invitado a Cuba, Venezuela y Nicaragua, países que según Washington no practican la democracia ni respetan los derechos humanos.

Para los norteamericanos la política aplicable en este momento es la tesis del respeto absoluto a los derechos humanos, si un pueblo no cumple con ese requisito, no debe de participar en los foros internacionales. Por parte de nuestro presidente mantiene la tesis del respeto a la soberanía de los países, el respeto a su integridad política y a darse el gobierno que quieran, pero, sobre todo, ningún gobierno puede calificar y determinar cómo vive otro país y que gobierno quiere darse o deben existir. Por lo pronto, en esta cumbre el país anfitrión los Estados Unidos no aceptaron el llamamiento de AMLO, ni de otros países latinoamericanos que se unieron a la demanda y no invitaron a estos tres pueblos americanos.

El argumento es muy simple, con Cuba se está aplicando una política que viola los derechos humanos del pueblo cubano, una política de bloqueo que tiene más de 50 años por lo que esta situación debe cambiar y estar acorde con las actuales circunstancias del mundo. Según el presidente de México tratar de sofocar a un país mediante un bloqueo para impedir que lleguen alimentos, medicinas y refacciones, que el pueblo se muera de hambre y enfermedades también es una violación a los derechos humanos. Fin