Fin de una etapa
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Opinión

Debates y Deslindes

Fin de una etapa

 


Uno de los eventos más complicados y dolorosos es cambiarse de casa y de ciudad. Me encuentro en las últimas horas que paso en esta etapa en Saltillo repartiendo mis libros, regalando algunos muebles, y lo más doloroso, despidiéndome de mis amigos, amigas, seres queridos que me brindaron su amistad. El hecho es doloroso, aunque sea difícil definir dónde duele y sepa que gracias a las vías de comunicación puedo venir en cualquier momento a desayunar o visitar a alguien. La situación se complica porque algunos de mis mejores amigos tienen como yo, más de ochenta años, Don Eliseo Mendoza Berrueto tiene 90, José Fuentes García tiene 83, y “Catón” Armando Fuentes Aguirre, anda por la misma década, de manera que, ciertas dolencias nos acechan y ya no tenemos las mismas fuerzas, ni energías que nos acompañaron toda la vida.  Sin embargo, somos un grupo excepcional, don Eliseo está escribiendo sus memorias, “Catón” escribe todos los días, “Pepe” Fuentes está escribiendo la biografía de los maestros más distinguidos de la Facultad de Derecho, yo escribo cada semana esta nota “Debates y Deslindes” y público en otros periódicos algunos ensayos. De manera que no permitimos que la inactividad se apodere de nosotros. Por mi parte quiero escribir hasta el último día.

La inflación

Preocupado por qué ahora que entramos al semáforo verde empiezan a salir los problemas estructurales de la pandemia. Los precios se dispararon, subieron en forma exagerada, la inflación está fuera de los límites que se había previsto y el presidente explicó que la falta de producción, la reducción de las exportaciones y todos aquellos problemas que dejó la pandemia motivaron este aumento inusitado de precios. Visito los centros de algunas ciudades y en todas se repite el escenario: la gente anda preocupada, personas más o menos bien vestidas le piden a uno una moneda o le platican sus problemas económicos para solicitarle ayuda El número de pobres o gente que decidió pedir una ayuda aumentó en forma geométrica. Las esquinas están tomadas por adolescentes que hacen todo tipo de piruetas para después solicitar una cooperación, los limpia parabrisas también, las gentes lo para a uno en la calle para solicitar una ayuda.

¿Qué fue lo que pasó? Repentinamente todas las previsiones económicas se vinieron abajo, los que tenían un empleo seguro se fueron a sus casas, los que tenían un empleo informal también quedaron a la deriva. Muchos tuvieron que encerrarse ante la amenaza del Covid-19 que no reconoce sexo, ni situación económica, ni ubicación en las ciudades, a todos nos agarró parejo. Entre Covid y otras enfermedades perdí a 9 gentes cercanas, muy cercanas a mí y cada uno de mis amigos y conocidos me comentan que han resistido perdidas de familiares.

La pandemia trajo como consecuencia un paro económico; se dejó de producir en la industria y en las artesanías; no se sembró lo suficientes; los barcos, trenes y camiones dejaron de transportar diversos artículos y no se cultivaron grandes áreas. Por salvar la vida perdimos parte de la economía.

Ahora tenemos que reactivar nuestra producción, se han recobrado los empleos según los datos del Seguro Social. Dicen los economistas de hacienda que la inflación volverá a un ritmo normal en los próximos meses, que esta alza es temporal. Esperemos que así sea, aunque va a ser muy difícil recuperar la capacidad de compra que hemos perdido. Vamos a confiar en la fuerza de nuestro país para volver a reestablecer una nueva realidad productiva, porque las cosas no volverán nunca a ser como antes eran.

Todo parece indicar que la política de cobrar impuestos y no condonar éstos a ningún grupo ha tenido éxito. El gobierno federal tiene recursos suficientes para atender las grandes obras que se iniciaron al principio del sexenio y los programas sociales que han implementado. Ahora los impuestos tienen como fin, no el bolsillo de los comerciantes e industriales, sino el estómago y las bolsas de los pobres. La diferencia es sustancial y muy importante. Para empezar, se cumple con la consigna de Primero los Pobres. Por otra parte, se está mejorando la economía de los grupos más vulnerables quienes en los sexenios neoliberales solo escuchaban hablar de los beneficios del desarrollo y del enriquecimiento de una elite.

Recuerdo que cuando supe cuánto se había enriquecido brutalmente Diego Fernández de Ceballos en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, me sorprendí y desde estas columnas protesté porque la corrupción de esos dos se veía por todas partes. Quisiera imaginarme que pensamientos tendrá Carlos Salinas de Gortari, ahora de los corruptos del PAN que lo apoyaron como Diego, Vicente Fox, Felipe Calderón que se prestaron al juego sucio y se corrompieron. Él sabe en cuánto se compraron a cada uno de estos personajes y cuanto le costaron al país. Sentirá algún respeto y agradecimiento por ellos, o los desprecia como la mayoría de los mexicanos lo hacemos. Qué pensara de esta pléyade de políticos de oposición que dejaron de ser oposición por dinero. Dónde quedaron sus supuestas convicciones, me imagino que nunca tuvieron principios. Sus principios son los dólares y euros.

Según algunos comentaristas políticos, todo lo de la Cuarta Transformación está mal, las obras son faustosas e innecesarias, el dinero dedicado a los programas sociales es dinero que corrompe e inútil como inversión, el Peje nunca tiene la razón y se equivoca siempre en las mañaneras. Afortunadamente más del 70 por ciento de los mexicanos piensan lo contrario. Por primera vez desde la presidencia de Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos se invirtieron los papeles y las oligarquías económicas no son la prioridad en la administración pública. Primero los pobres.