El principal enemigo: la corrupción 

AMLO llega a su tercer año de gobierno con más de sesenta por ciento de aprobación según algunos diarios y con más del 71 por ciento, según sus cifras. No debe de extrañarnos, desde antes de iniciar su administración ofreció gobernar para los pobres. Todo parece indicar que lo ha cumplido. En México somos aproximadamente 90 millones de pobres y un 35 por ciento de muy, muy pobres, las cifras de aprobación que presume tienen una justificación. Más del 70 por ciento de la población ha recibido un beneficio: una pensión para adultos mayores, apoyo a niñas y niños con discapacidad, becas a estudiantes, la atención médica y los medicamentos gratuitos. Los beneficios existen y los disfruta la mayoría de la población. Hay una columna vertebral en su gobierno, esta ha sido el combate a la corrupción.

Antes de llegar al gobierno de la república ofreció combatir la corrupción y gobernar sin lujo, con una política de austeridad, sin endeudar al país, ni aumentar impuestos y sin subir los precios de los combustibles. Todo parece indicar que lo ha cumplido. Se realizaron reformas constitucionales para combatir y convertir en delitos graves, la corrupción, el robo de hidrocarburos y el fraude electoral. Todos los días recuerda esa batalla que libra cotidianamente en distintos frentes.

Lleva en forma paralela una campaña de dar a conocer actores y hechos de la corrupción que privó en el sexenio anterior. Ahí están Emilio Lozoya y la maestra en pillerías, Rosario Robles, la cual ha traído como consecuencia una ola de aprobación e indignación de los que eran beneficiados de ese modelito, donde la corrupción no se castigaba, más bien se premiaba.

Larga sería la lista de las acciones emprendidas. Él dice que ha cumplido 97 de los cien primeros compromisos que hizo cuando tomó posesión hace dos años. Se creó la Guardia Nacional, se canceló la condonación de impuestos, se garantizó la posibilidad de realizar consultas populares, se aprobó el procedimiento de la revocación del mandato, se eliminó el fuero al presidente para que pueda ser juzgado por cualquier delito. Se han ahorrado en dos años un billón 300 mil millones de pesos en compras y contratos, se redujo el huachicol, la defraudación fiscal y las malas prácticas en la hacienda pública.

Una de las medidas que más se ha discutido en la prensa radio, tv y memes, fue la cancelación de más de cien fideicomisos y fondos que se manejaban -según el presidente- “de manera discrecional, deshonesta y en beneficio de minorías”. Cada día recuerda que el principal enemigo de la administración no son sus adversarios políticos, dice que no tiene enemigos -pero yo conozco dos tres que, con gusto, lo quemarían con leña verde- sino la corrupción en el sector público.

Los gobernantes por el solo hecho de serlo, tienen una serie de adversarios políticos. Tener el poder y la posibilidad de tomar decisiones que nos afectan a todos crea animadversiones sociales. Son atacados por motivos económicos, emocionales o políticos. López Obrador dice que desde la etapa de Francisco I. Madero no hay ningún presidente que haya sido cuestionado tantas veces como él. Hay mucho de verdad. Se ha descubierto que existían corporaciones dedicadas a crear corrientes de opinión pública adversas a AMLO, Grupos de “intelectuales” como Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, que tenían un círculo de escritores y creadores desde hace tiempo, los cuales ponían al servicio de quienes les pagaban y que ahora, ante la falta de pago, le tunden a AMLO. Los ataques se ven, se contraatacan, tenemos una opinión pública más informada y formada, los medios han aumentado y además de periódicos, televisiones, radios, existen las redes sociales que han abierto posibilidades infinitas para expresar las más disímbolas pasiones.

Los gobernantes tienen que hacerse de un resistente, variable y fuerte caparazón, para ponerse fuera del efecto de esos ataques, destinar una hora determinada para verlos, clasificarlos, ver de dónde vienen y quien los paga. Saber ¿cuándo son mensajes espontáneos y cuando son orquestados? ¿Cuándo son de los enemigos de siempre y cuando son de nuevos adversarios? No hay que dedicarles mucho tiempo, pero sí saber de dónde vienen. Tenemos un gobierno federal fuertemente confrontado, en parte porque el modelito económico de “primero los pobres” para empezar a distribuir la riqueza está dando resultados. El dinero en manos de los que nada tienen y lo invierten en sus necesidades primarias finalmente llega a manos de los comerciantes e industriales, pero ya rindieron un primer beneficio en manos de la población pauperizada. Eso habrá que reconocerlo, es otro modelito de distribución de la riqueza que en México está funcionando.

Fin.

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