Los seiscientos y algunos más
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Los seiscientos y algunos más

 


-¿Acedia?

Un punto más de la escalada de confrontación que tienen algunos articulistas y editores de revistas se dio esta semana cuando León Krauze, un editor que vive, escribe y publica en Miami y seiscientas personas más publicaron una carta pidiéndole al presidente que no atente contra la libertad de prensa, lo cual me parece una situación totalmente equivocada y extraña porque durante los últimos treinta años los que atentaron contra la libertad de prensa fueron ellos, al aceptar ser cooptados y comprados por los gobiernos neoliberales y decir la verdad que les ordenaban y no su verdad, o la verdad periodística.

El problema es más sencillo, no existen problemas por falta de libertades, ni amenazas, ni se está coartando a nadie su libre albedrio, ni existe un régimen dictatorial.

El problema es que aquellos que recibían dinero del gobierno mediante diversos mecanismos como comprar toda la edición de una revista, dar cursos, realizar estudios, proponer estrategias de comunicación y otras más, dejaron de recibir ese dinero. La administración López Obradorista cortó todas aquellas ayudas y compensaciones que se les daban a la prensa con el fin de tener una pléyade dócil que escribiera. Hay que reconocer que nunca como ahora tenemos tanta libertad de escribir y expresar lo que pensamos y que como nunca la prensa es libre. Ya no está maniatada al dinero que le daban los gobernantes en esta naciente democracia.

La forma como los presidentes de la república aseguraban la no crítica, era comprando las plumas y las conciencias. Joaquín López Dóriga era el columnista mejor cotizado y el que más negocios hacía con el gobierno.  Uno de ellos era que su esposa tenía una tienda de regalos cuyos clientes eran todo el gabinete hasta nivel de oficial mayor.

Que yo sepa y lo ha dicho el presidente, hasta este momento a nadie se le ha censurado, ni pedido que escriba en uno u otro sentido. Tampoco se les ha dado dinero. La prensa goza de una absoluta libertad, pero también nadie tiene ahora dinero ilícito del gobierno. Enrique Krauze recibió del gobierno como ayuda, subsidio o vil transacción económica a través de la revista “Letras Libres” 90 millones de pesos y por la editorial Clío 185 millones. Héctor Aguilar Camín por la revista “Nexos” recibió más de 140 millones de pesos. Este dinero se entregó disfrazado de venta de publicaciones, conferencias, cursos, asesorías. Tenían como fin que las versiones que escribieran de las tareas y acción del gobierno fueran la que quería el gobierno. Nunca protestaron por el Fobaproa que fue el robo más vil y cruel al pueblo, al tener que pagar el dinero que perdieron los banqueros, la prensa aplaudió la reforma energética que entrego a particulares los recursos de Pemex y CFE.

No hay que permitir que cambien los términos, ni permitir que hagan malabarismos ideológicos para confundirnos, hoy tenemos libertad absoluta de prensa y de todo, Lo que no tenemos es una serie de subsidios y beneficios a los periodistas y a los intelectuales para que tuerzan su pensamiento. El mensaje del manifiesto de los seiscientos y más, es el grito suplicante de este grupo social que pide ser cooptado nuevamente, la libertad de expresión les vale un comino.

Acedia

Cuando empezó la cuarentena por la pandemia del Covid-19 me preocupé por los efectos que me iba a causar el encierro al que estaría sometido. Pensé que mis filias y fobias de acentuarían. Busqué algo de literatura y encontré que el encierro y la reclusión de quienes pasan tiempo confinados se convierten en una forma de asfixia espiritual. Encontré que el encierro y la soledad provocan varios síntomas y que estos se llaman acedia, un estado en que no se tienen ganas y deseos de hacer algo. Uno se vuelve perezoso, flojo, deprimido. Fernando Escalante, del Colegio de México dice que Evagrio Póntico en el siglo IV, es el primero que hace una reflexión sobre la acedia cuando habla de los anacoretas y los cenobitas y de su propia experiencia que lo atormentaba y se le había convertido en un vicio.

Miles de personas han buscado en la soledad y en el retiro la quietud del espíritu, la paz interior, algunos le han dado un toque religioso como Pafnucio, el personaje de Anatole France, de Thais, la pecadora de Alejandría, que sólo sale de su retiro cuando sabe que Thais va a morir. Las iglesias, todas, tienen algunos personajes que buscan en la soledad el reencuentro y la justificación de su existencia. Pero encerrar a varios cientos de millones por una pandemia nunca se había visto, no se pensó en los efectos que esto tendría no solo para las personas sino también para la economía y la existencia misma del planeta.

La pandemia ataca preferentemente a los ancianos lo mismo pasa con la acedia que ha llevado a varios miles al suicidio; de los millones que han padecido el Covid 19 la mayoría son ancianos o de más de 60 años. Esa situación nos hace pensar en algunas expresiones nefastas que han pronunciado diversas personalidades sobre las personas mayores y la humanidad. He aquí unas pequeñas muestras. Mucha gente va a morir, pero el mundo será un mundo mucho mejor para los que sobrevivan, Henry Kissinger; los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global, tenemos que hacer algo, Christine Lagarde. Bill Gates, opina que sería conveniente reducir la población mundial un 10 o 15 por ciento. Ellos son los que han tomado y toman las grandes decisiones en el mundo.  Ante esas voces, la acedia se vuelve en estos casos cosa de risa y se cura con un poco de amor.

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