Pobreza y devastación de la mano
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Pobreza y devastación de la mano

 


1).- El Santo de espaldas
La historia reciente no registra un inicio de gobierno tan atropellado y doloroso como el que le tocó a Alejandro Murat. Con certeza, jamás imaginó el joven ejecutivo el infierno al que llegó. No sólo por el lastre del Cártel-22 o los sindicatos: CTM, CNP, Libertad, FESO y demás basura, listos para el desmadre. No se diga las organizaciones sociales y los hampones que tienen como dirigentes, sino además, por la forma tan cruel en que la naturaleza y el pasado, nos han golpeado. En diciembre recibió el primer golpe: la amenaza de boicotear su toma de protesta. Salió bien librado. Lo grave vendría en seguida: paliar la tormenta social en una entidad devastada política y económicamente. El saqueo en el gobierno de Gabino Cué no tiene precedentes en la historia política. El erario en números rojos. Pasivos y adeudos millonarios. La protesta de cientos de proveedores.

2).- Un recuento de daños
Durante marzo y abril, Oaxaca vivió una de las sequías más graves de los últimos tiempos. La escasez se cebó más sobre los municipios istmeños. La presa “Benito Juárez” de Jalapa del Marqués se vació a niveles históricos. Hubo que apelar al auxilio de la Federación. Conagua destinó recursos para hacer frente a la emergencia. En ranchos de Juchitán el ganado moría de sed. Pero en unas cuantas semanas la situación se revirtió. El 2 de junio, la tormenta tropical Beatriz tocó tierra en la Costa oaxaqueña. Hubo que desfogar la presa. El meteoro devastó la Sierra Sur y el Istmo, más que otras regiones. Varios municipios, como Ozolotepec, fueron fustigados. Juchitán, Salina Cruz, Tehuantepec, Tequisistlán y otros, también. Muertos, deslaves, desbordamiento de ríos. La red carretera sufrió daños graves. Murat y algunos colaboradores —unos más, otros menos— iniciaron su periplo. Sólo para rehabilitar los caminos y carreteras se requerían 2 mil 500 millones ¿Y de dónde?
En una reunión con su gabinete, el ejecutivo emplazó a sus colaboradores a informar sobre “el estado de fuerza” de cada dependencia o entidad. Y fue más allá: de no dar cuenta del mismo, podrían irse a su casa. Nada ocurrió. Cumplieron dos o tres, al resto le valió gorro. No hubo tiempo para las tareas de rehabilitación. Los efectos del huracán Calvin nos pegaron sobre las heridas abiertas de Beatriz. Nos llovió sobre mojado pues. Más daños, más devastación. Los coletazos de Katia también nos dieron de frente. Los Valles Centrales, la capital y fraccionamientos de Xoxocotlán se inundaron.

3).- Los sismos: la cereza del pastel
Jueves 7 de septiembre. Un día de perros. La visita del presidente Enrique Peña Nieto marcada por los disturbios del Cártel-22. Un cohetonazo penetró la férrea seguridad presidencial. Más de 25 vándalos detenidos. Todos liberados, cínicos e impunes. Por la noche, una tormenta citadina anegó el sur de la capital. Y a las 11:49 de la noche, un sismo de 8.2 grados en la escala de Richter. El más fuerte en más de cien años. Juchitán, Ixtaltepec, Unión Hidalgo, Niltepec, Tapanatepec, Chahuites, los huaves, los mixes, los zapotecas de la Sierra Sur y Choapan, devastados por el siniestro. Remoción de escombros, rescate de cuerpos, recuento de daños, frente a la indolencia de algunos, que sólo buscaron los reflectores, para obtener ventajas político-electorales. Las Fuerzas Armadas y Policía Federal, en la labor humanitaria, igual que “Los Topos”, estudiantes de la UNAM, IPN, UABJO y otros. La ayuda humanitaria ha fluido como nunca.

Hasta los yupies del gabinete —con selfies y todo— tuvieron que testificar daños y mamar pueblo. El gobierno federal ofreció ayuda incondicional para la reconstrucción. El régimen estatal, en la miseria presupuestal, no puede solo. Murat Hinojosa se metió a fondo, día a día, con un equipo que no ha respondido del todo. Ha prevalecido la improvisación, la confusión, el protagonismo. El cesado titular de Protección Civil, Amando Bohórquez, que nunca supo ni en dónde estaba parado. Y los buitres de la COCEI, políticos rastacuero y moto-taxistas, en el pillaje y la rapiña.

El remate: el 19 de septiembre, otro terremoto, éste de magnitud 7.1, reabrió las heridas. Jodidos y más jodidos. La Mixteca, la parte más afectada. El presidente EPN volvió a Oaxaca y la titular de Sedatu y responsable presidencial de coordinar las acciones en el Istmo, ratificó que Oaxaca no está sola —aunque eso no implica que hayamos dejado de representar una prioridad nacional—. Telmex, bancos, transportistas, se volcaron en apoyo, ante cerca de 290 muertos en la CDMX, Morelos, Puebla, Estado de México, Oaxaca y Guerrero, que ampliaron el universo de la tragedia. De la reconstrucción, con certeza, sólo nos tocará una parte. La demanda inédita de destinar los recursos otorgados a partidos políticos, da un viraje a la historia de México.

4).- Colofón
La Federación abrió demasiadas expectativas en el Istmo. Obvio, la tragedia tiene hoy otras caras. Y el gobierno de Murat no podrá solo. Necesita el auxilio de todos. El paternalismo ya no funciona. La reconstrucción será una labor de corresponsabilidad. Apoyo gubernamental y ayuda humanitaria, sí. Pero los afectados deben hacer algo más que alargar la mano: ponerse de pie con trabajo y convicción.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
—-Si bien, en un acto de justicia y reclamo social, fueron detenidos dos peces gordos del gabinato: Gerardo Cajiga y Enrique Arnaud, ex titulares de la Secretaría de Finanzas, hay que hurgar en los niveles inferiores, en donde los sabuesos podrán encontrar la verdadera corrupción.
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