La 4T en Oaxaca: ¿Cuál de todas?
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De Paradojas y Utopías

La 4T en Oaxaca: ¿Cuál de todas?

 


1).- Decepción ciudadana

Hay un factor en el que no han reparado los alfiles del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Oaxaca: el manejo errático de la pandemia y la crisis económica en ciernes, minimizados por el gobierno de la llamada Cuarta Transformación. Luego del triunfo del 1 de julio de 2018, creyeron, ingenuamente, que el camino era liso y llano. Hoy, a nadie, absolutamente a nadie convencen los discursos. Menos los soliloquios mañaneros de AMLO. El desdoro de la figura presidencial, a 19 meses de gestión, son algo inédito. El presidente deviene a diario, una ficción de hombre de Estado en un país sin rumbo.

Más de 51 mil muertes por Covid-19 y casi 470 mil contagios advierten un manejo errático, torpe, obstinado. Echar la culpa al de atrás o al de enfrente ya no cuaja. La omisión respecto a los damnificados del sismo de 7.4 grados del pasado 23 de junio en Oaxaca, refleja insensibilidad. Obvio, no son prioridad, al igual que los afectados por el Huracán “Hanna” en estados del norte. El show Lozoya Austin ha creado graves expectativas respecto a una justicia sesgada, condicionada, mediatizada. No así casos como Ayotzinapa o la desaparición de miembros del EPR.

2).- Los tempraneros

En sus espectaculares y publicidad mediática, el diputado federal por el PT, avecindado en Oaxaca, Benjamín Robles Montoya, insiste en echarle incienso a la 4T. Es más, invita a “construir la cuarta transformación en Oaxaca”. Y se luce tapando baches. Más pragmático y taimado, el senador Salomón Jara, la construye a su manera: ligado con ediles pillos vinculados con negocios ilícitos. Es decir, una transformación ad hoc, que incluya a huachicoleros y blanqueadores de dinero.

Su homóloga, Susana Harp, no tiene ni remota idea de la voracidad de los escualos que tiene enfrente. Se la pueden engullir de un bocado. Su fogueo político -lo sabe- debe ir más allá de interpretar “La Llorona” o “La Martiniana”. Debe capotear el golpeteo; enfrentar un oficio político decadente, ése que se mueve por las atarjeas pestilentes de la intriga, la componenda y la simulación.

No sólo hacer labor presencial como “delegada Covid-19” y tomar “Susana distancia”, en donde sólo valida el manejo errático del gobierno de la 4T, sino de aglutinar las fuerzas dispersas y confusas de chairos y fanáticos. Esta lección tampoco la ha entendido Adelfo Regino, titular del INPI, con sus leales diseminados en las zonas indígenas. Jara Cruz quiere traer a raya a todos y Robles Montoya anda materialmente desatado.

3).- Los rezagados

En Oaxaca, Morena no tiene dirigencia formal. Nancy Ortiz la dejó, con el espejismo de la súper delegación de Programas Federales. Desde el inicio de la 4T ha estado acéfala. Cuando Citlalli Ibáñez –léase Yeidckol Polevnski- tuvo el pandero, designó un delegado político: el diputado Ericel Gómez Nucamendi. Estuvo encargado de la presidencia del partido. Hace al menos tres semanas, en un proceso fast track, Sesul Bolaños López, que fungió como parapeto en la dirigencia, asumió la presidencia interina. Su elección fue calificada como una trastada. No representa a dicho partido ni a su militancia. Tal vez, sólo al segmento de Jara Cruz, su pariente.

Aprovechando ese vacío se llevó a cabo la asamblea de Santa María Atzompa. Algunos diputados federales como Carol Antonio Altamirano y Daniel Gutiérrez la presidieron, acompañados de su correligionario, ex diputado federal, Francisco Martínez Neri. Llamaron a constituir “su” Cuarta Transformación en Oaxaca. Hace un par de semanas, otro grupo de miembros encumbrados de Morena, en el que figuran los dos primeros, pero en donde el burro de la campana es Armando Contreras Castillo y 7 legisladores (as) federales más, además del Grupo de los Nueve en el Congreso local, hicieron su propio cónclave. ¿El tema? Apoyar para crear su propia Cuarta Transformación.

¿Conclusión? Lo que hay en el partido de López Obrador es confusión, simulación y desencanto. Todos quieren, pero no todos pueden. Unos creen que la Virgen les habla. Jalones y empujones, trompadas y codazos. Una guerra de baja intensidad, es lo que se observa.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

-Después de trece años se volvió nota de nueva cuenta, la desaparición de Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, miembros del Ejército Popular Revolucionario (EPR), ocurrida en mayo de 2007.  Un grupo armado –sin acciones de armas- más bien, un membrete. La tristemente APPO, el Cártel 22 y otros, siempre señalaron a dos o tres presuntos responsables. Lo extraño es que ahora se las dejaron caer a otros.

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PIE DE FOTO

En Morena, cada quien interpreta y promueve la 4T a su manera. División, confusión y nerviosismo es lo que permea en dicho partido en Oaxaca.