AMH: La tragedia a cuestas
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Opinión

De Paradojas y Utopías

AMH: La tragedia a cuestas

 


1.- Un mal fario

Ni panegíricos ni apologías. La realidad es cruda. Tal vez haya que solidarizarse con el gobernador Alejandro Murat. La desgracia y el mal fario le han seguido los pasos a su administración. Ni Heladio Ramírez, Diódoro Carrasco, José Murat, Ulises Ruiz o Gabino Cué, tuvieron que capotear tanta tragedia; tanta desgracia. Los hechos del 2006 con URO y el affaire Nochixtlán con Cué, fueron peccata minuta. Esta administración ha sido un permanente bogar contra corriente. Hay quienes gozan del poder público; otros lo padecen. Los hay que han empezado y terminado su gestión sin sobresaltos. Su historia ha sido como una tabla rasa.

Tal vez sólo los adversarios o los recovecos de la política les quitaban el sueño. O la vigilia que antecede a la sucesión. Cada quien hizo lo que llamó las obras de su gobierno. Lo que pudo. Aquello que el tiempo, el azar o la Providencia les permitió. O aquello que el apoyo de la Federación les ofreció y obtuvieron de ella. En el gobierno de AMH, ni en el de Enrique Peña Nieto ni en lo que va de Andrés Manuel López Obrador, se ha advertido su benevolencia. Del último, gira y gira como una eterna campaña, pero nada de recursos adicionales. Jarabe de pico nomás.

2.- Con el pie izquierdo

Desde diciembre de 2016, tal parece que este régimen no la ha visto llegar. Recibió una administración saqueada. Además, con una deuda pública millonaria. Sus primeros pasos fueron al vacío. Proyectos y buenos propósitos. Marzo-abril de 2017, una sequía brutal golpeó a Oaxaca. La presa de Jalapa del Marqués se vació. Miles de cabezas de ganado istmeño murieron. De mayo a julio, la desgracia se volcó con las tormentas y ciclones. Centenas de tramos carreteros fueron arrasados por las intensas lluvias. Miles de damnificados.

Pero la cereza del pastel fueron los sismos de septiembre, de ese año del Señor, que devastaron Juchitán, Ixtaltepec, Unión Hidalgo, Xadani, Chicapa y decenas de comunidades istmeñas. Otros miles de afectados se agregaron también de otras regiones. El apoyo federal a cuenta gotas. Desfile de funcionarios del gabinete de EPN encabezados por Rosario Robles. Más de 5 mil réplicas siguieron a la desgracia. Y unos cuantos desleales, cercanos al gobierno estatal, como buitres, haciendo negocios. Las huellas de la tragedia ahí siguen.

3.- Jamiltepec: otro capítulo

El 15 de febrero de 2018, se dio un nuevo capítulo en esta cadena de tragedias. El helicóptero militar en que viajaba Murat Hinojosa y el entonces titular de la SEGOB, Alfonso Navarrete, se desplomó en un terreno baldío de Santiago Jamiltepec, donde la gente se resguardaba de un sismo. Al menos 17 personas perdieron la vida. Funcionarios y tripulación volvieron a nacer. De nueva cuenta a resarcir daños. A curar heridas.

Fue necesario emprender las obras de reconstrucción y sanear el tejido social post-sismos; insistir en el viejo tema de las súper carreteras al Istmo y la Costa –que hasta hoy siguen sin avances- y enfrentar una creciente protesta social, cuyos dirigentes ávidos de recursos, no cesan en su empeño extorsionador. Todo ha sido una lucha de desgaste. No es fortuito que hayamos cuestionado tanto la ingobernabilidad. Oaxaca es una ínsula de la movilización perpetua y de chantaje.

4.- El revés electoral

Si bien es cierto que el arrase de Morena se veía venir desde antes del 1 de julio de 2018, significó un reto más para el gobierno muratista. No es un secreto que el PRI se allanó. ¿Arreglos cupulares? Es posible. Ni campañas ni candidatos (as). La derrota fue humillante. La bancada federal de aquel partido entró a tambor batiente: protagónica y arrogante; convenenciera e ignorante. La del Congreso local devino instrumento de presión y chantaje.

Gobernar con un congreso adverso no ha sido fácil. Ha sido, además, oneroso. Mantener a 26 morenistas y demás, debajo de la mesa y con cargo adicional al erario, no es asunto menor. Se dice que la solicitud de préstamos –el de 3 mil 500 millones-, aprobación del Presupuesto y otros, han salido demasiado caros. Sólo así están contentos, aunque hacia afuera hagan de la ética y de la moral, su bandera.

5.- ¿El corolario o el coronavirus?

Pero justo cuando advertíamos un viraje, al inicio del cuarto año de gestión, para concretar obras, proyectos e inversión, apareció una nueva tragedia: la pandemia Covid-19, hoy en la fase de mayor riesgo. Hasta ayer, 2 mil contagios y 218 decesos. El incendio en la Central de Abasto, vino a dar la puntilla a nuestra tragedia, aunque sólo fue una raya más al tigre. Y ahí sigue Murat Hinojosa, cargando el fardo de la responsabilidad institucional. Con el pesado lastre de un sector de la población perpetuamente inconforme. Pobreza y esperanzas fallidas; adversarios que lucran con la pandemia y con un erario cada vez más empobrecido; y de pilón: un gobierno federal que nos tiene de los cojones con el famoso proyecto del Corredor Interoceánico (CIIT).

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

El lunes 1 de junio, murió doña Carmen Aguirre, propietaria del bar “La Poblanita” que fundó su madre, doña Gloria. Generosos tragos y muchas mentadas de madre. Quienes fuimos algún día sus clientes -¿o pacientes?- la extrañaremos. Ya está con sus hijos Pepe y Víctor “El Comanche”. Un abrazo a los que viven, Adolfo y Arturo, nietos y demás.

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