Interoceánico: ¿Mito o realidad?
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De Paradojas y Utopías

Interoceánico: ¿Mito o realidad?

 


En memoria de mi madre: Rosa Audelo Jarquín.
Y a todas las madres oaxaqueñas, en éste su día

1.- “Los proyectos” de EPN
En los dos últimos años de su lamentable gestión, Enrique Peña Nieto sorprendió la buena fe de los oaxaqueños y de su gobierno. Nos hizo creer que el Istmo de Tehuantepec sería, al fin, el pivote del desarrollo estatal y regional. En enero de 2016, desde el Astillero 20 de la SEMAR, anunció la construcción de nueve remolcadores para PEMEX y el gasoducto Salina Cruz-Jaltipan. Las promesas incluían una inversión millonaria para la Refinería “Antonio Dovalí Jaime”.
Después, nos habría de sorprender de nueva cuenta con el Decreto de la Zona Económica Especial de Salina Cruz, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 19 de diciembre de 2017. Un proyecto fallido a menos de un año del cierre de su gestión. La incredulidad de los oaxaqueños no ha sido fortuita. En sexenios anteriores hubo al menos cinco proyectos: Puente Multimodal Transístmico, Canal Interoceánico, Plan Alfa-Omega, entre otros. Que se sepa, ninguno arrancó. Todos fueron proyectos y planes huecos. Discursos fatuos y demagogia.

2.- AMLO y sus proyectos
Desde el inicio de su gestión, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció, como uno de sus proyectos prioritarios, el “Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT)”. Tal vez el único viable del resto de sus otras obsesiones: el Aeropuerto de Santa Lucía, la Refinería “Dos Bocas” y el Tren Maya. Se trata de un plan añejo. La vía férrea existe desde el gobierno de Don Porfirio Díaz. Visionario el general, encargó los trabajos a Pearson and Co., en 1899.
Pero AMLO, enajenado con las famosas consultas a las comunidades indígenas, dispuso la primera en marzo-abril de 2019. Fue un fiasco. Aunque oficialmente se cacareó como un éxito. Pueblos originarios zapotecos, zoques y mixes, no han acabado de asimilar el referido proyecto. Menos los dirigentes de decenas de organizaciones sociales, que siguen amenazando con chantaje y movilizaciones. Su modus operandi todos lo conocemos: manotear por arriba y negociar por debajo de la mesa. Si hay dudas, pregúntenle a Carlos Beas de UCIZONI o a los que encabezan las seis fracciones de la COCEI.

3.- Los de siempre y los otros
Otras organizaciones sociales están asociadas con “Maderas del Pueblo”, que opera en Los Chimalapas. Ha convocado a centenas de grupos ambientalistas del país y el extranjero, académicos, activistas, etc. Piden la cancelación del proyecto. Lo consideran “un grave atentado en contra de la Naturaleza, de los Derechos de los Pueblos Indígenas y del Pueblo Negro”. El Istmo, lo sabemos, es el caldo de cultivo de organizaciones dedicadas al chantaje y la extorsión. Las empresas eólicas pueden dar cuenta de ello. 
Pero la zona también adolece de graves problemas de inseguridad. Los grupos criminales operan en absoluta impunidad. Hay sectores indígenas violentos, como los ikoots de San Dionisio, San Francisco o San Mateo del Mar. El eterno conflicto Pueblo Nuevo-Pueblo Viejo. La manipulación de indígenas del Bajo Mixe, que cierran la Carretera Transítmica durante semanas. El bloqueo perpetuo en el Puente de Fierro. Aún hay tiempo de ir allanando el camino. De no buscar los consensos y suma de voluntades; atención a comunidades y desenmascarar a dirigentes, el proyecto aludido puede encaminarse al fracaso.

4.- El optimismo gubernamental
En nota publicada en La Jornada (4 de mayo, p. 7), el gobernador Alejandro Murat delineó una por una las bondades económicas del proyecto. Incluso utiliza el término “inclusión social”, es decir, se espera la participación de las comunidades indígenas. Que los ciudadanos sean los principales protagonistas del desarrollo. Dar prioridad a lo local, luego al capital nacional y trasnacional. Empleo, inversiones multimillonarias, un abanico de opciones para los inversionistas y un plan a largo plazo para revertir los desequilibrios regionales, que históricamente han mantenido al Sur-Sureste, en el atraso, etc.
El CIIT se percibe, en la visión gubernamental, casi como la panacea para elevar el PIB e insertar a la región istmeña en el esquema global del desarrollo. Con modestia –aunque con más dudas- comparto el optimismo de AMH. Ojalá así sea. La integración del Comité Regional de Atención Social al CIIT, es un buen avance. Es el aval de 11 ediles. Ya es tiempo de que Oaxaca salga del fondo de la ignominia y el soslayo de la Federación.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
Todo apunta a que se le descuadró el numerito al senador Salomón Jara y “cómplices”, con la designación de su colega Susana Harp, como responsable de “coordinar los esfuerzos del gobierno federal en Oaxaca, en el tema del Covid-19”. Suena rara la designación. ¿No se supone que la curva “ya se aplanó”?
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