Súpercarreteras: Mito y realidad
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Súpercarreteras: Mito y realidad

 


1).- Envidia de la buena

Es increíble que los grandes proyectos carreteros hayan impactado en casi todo el país, menos en Oaxaca. Da envidia ver la velocidad con la que se terminan. Lo que implican en materia de comunicaciones modernas. Proyectos de primer mundo. En lo personal siento indignación. Aquí no pasamos de minucias.

Salvo la súper carretera Oaxaca-Cuacnopalan de 204 kilómetros, que se terminó en un año, el resto son carreteras sinuosas, jodidas, caminos de herradura. Son pocas vías las transitables. La mayoría son atascaderos de hoyancos, baches, derrumbes. Casi caminos cosecheros, coloniales, ancestrales.

En el año 2000, durante el gobierno de José Murat, los oaxaqueños asumimos que la súper carretera al Istmo -“con su ramal a Huatulco”- era una realidad. Era parte del discurso político. Una prioridad para los oaxaqueños, pero no para la Federación. Ni Vicente Fox ni a Felipe Calderón asumieron que Oaxaca también es México.

No obstante, prometían cumplir con el viejo anhelo de los oaxaqueños. Pero las promesas presidenciales contrastaban con una realidad cruda y lacerante: se avanzaba a paso de cojo. Nunca -ni hoy- ha habido voluntad política de la Federación para terminar ese importante proyecto carretero. Increíble, pero es la única vía que se ha entregado por pedazos: Mitla-Albarradas y Lachiguiri-Tehuantepec.

La primera de 28 kilómetros; la segunda 42. ¿Y el resto? Bien gracias. Los trabajos se han suspendido por largos períodos y a tres sexenios de haberse iniciado, ahí sigue inconclusa. Un factor determinante es, sin duda, la cerrazón de algunas comunidades que exigen el oro y el moro. Otro, el chantaje de los sindicatos del transporte, CTM, Sindicato “Libertad”, CNP y toda esa fauna nociva. Pero hay dos factores irrebatibles: la ausencia de fuentes de financiamiento, la superficialidad con la que ha actuado la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la falta de voluntad política.

2).- La súper a la Costa: Omega e ICA

Según expertos y conocedores del proyecto carretero a la Costa, éste estuvo listo desde 2008. Pero las obras iniciaron en 2010. Previamente el gobierno de Ulises Ruiz cubrió el pago por derecho de vía. El gobierno, se dice, tiene dichos documentos, que validan el Registro Agrario Nacional (RAN) y la Procuraduría Agraria (PA).

Comuneros de Yogana, San Vicente, Santa Catarina, San Pablo, San Francisco y San Sebastián Coatlán, así como de San Antonio Lalana, en el tramo carretero de 104 kilómetros de Barranca Larga-Ventanilla, recibieron el pago. Además -se sabe- el gobierno estatal les apoyó en sus peticiones de orden social, incluyendo los ramales a sus comunidades. Según los pioneros del citado proyecto carretero, hubo buen ánimo desde principio en autoridades y comisariados comunales. Pero el mal fario empezó cuando la SCT le otorgó la concesión a la constructora “Omega, S.A. de C.V.”, que a poco de iniciar se declaró en quiebra. Vino tiempo muerto. Pero el remedio resultó peor que la enfermedad. La concesión se otorgó a “Ingenieros Civiles Asociados” (ICA), que salió peor que la primera.

La trasnacional de la construcción, feudo de Bernardo Quintana, hoy en quiebra técnica, arrastró varios vicios: falta de planeación, mala administración y pobreza financiera. Hace dos años simplemente abandonó la obra. Argumentó problemas sociales y dejó a decenas de empresas que sub-contrató, en la indigencia. Los costos de la obra que en 2010 serían alrededor de 2 mil 400 millones, se elevaron a más de 5 mil millones. El avance es poco más del 50 por ciento.

ICA exige un pago cercano a los 2 mil millones por la inversión hecha. La SCT no acaba de destrabar el entuerto. La Federación ofreció antes de la toma de posesión del gobernador Alejandro Murat, una bolsa de 3 mil millones. Pero el tema se ha entrampado en discursos y verdades a medias; simulación y gatopardismo. Se espera que SCT tome la mejor decisión para otorgar la obra y que el Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN/BANOBRAS), hagan su chamba. Lo que urge, sin embargo, es un gran pacto social y la suma de voluntades, Federación/Estado, además de empresas locales y sindicatos, para cumplir este viejo anhelo de los oaxaqueños.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Muy a tono con esta época el mensaje que un creativo e irónico oaxaqueño propuso: “?Bienvenidos a Oaxaca!, en donde la ley y el orden, sólo se ve por televisión”.

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