Oaxaca y su eterno Viacrucis
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Oaxaca y su eterno Viacrucis

 


1).- ¿Tenemos un mal fario?

Desde hace mucho, los oaxaqueños no la vemos llegar. El año pasado, en pleno despegue del gobierno de Alejandro Murat, pareciera que un entorno apocalíptico nos sometió: sequía, lluvias torrenciales, inundaciones, terremotos y hasta heladas. Inevitables y fatales. Arrastramos una inercia negativa. Por eso añejas obras como las carreteras al Istmo y la Costa estuvieron estancadas. Por fortuna, apenas se reinició la segunda luego de un tortuoso letargo. A nuestra desgracia ancestral hay que sumar la ambición de grupos y autoridades. Cada comunidad por donde pasan las vías pide su “moche”. Si ya le dieron al anterior presidente o Comisariado, el que está en funciones querrá parte del pastel. Y así vamos dando tumbos. Sin obras, sin vías modernas de comunicación, sin atisbar un futuro promisorio. Nuestras carreteras son las más caras del mundo. Como pila de agua bendita: todo mundo mete la mano. Aquí las grandes empresas: ICA, Omega, Tradeco y otras, han quebrado.

2).- Arrastrando la cruz
¿Por qué estamos tan mal en ese rubro? Es simple. El bien colectivo se subordina a la ambición personal. Hay un vicio arraigado en nuestra atomizada geografía. Hasta el más imbécil quiere sacar raja. Ediles que extorsionan. Transportistas que exigen exclusividad y animan la violencia. Por cada metro construido hay que aportar económicamente el costo de dos: que una escuela, una iglesia, un palacio municipal, una entrada al pueblo, etc. El chantaje, la extorsión, la intimidación, son negocios muy rentables. A ello hay que añadir el despojo vil de algunos líderes y organizaciones sociales. El mejor ejemplo son las empresas que generan energía eólica. Están acotadas por todos lados: grupos criminales, bandas locales y líderes sin escrúpulos que se escudan en medidas cautelares. Detrás de todo está el interés pecuniario. Las banderas son las más inverosímiles: la defensa del territorio y “los derechos indígenas”. De la minería mejor ni hablar: es preferible la jodidez, no obstante estar sentados en una veta de oro o plata.

3).- Triquis: Los eternos desplazados
Sin que sea discriminatorio: no existe en este mundo una etnia tan susceptible a la manipulación y parasitaria que la triqui. Se la pasan alargando la mano. Cuando de recibir lana se trata, llegan como buitres a la carroña. Ya no son sólo los supuestos desplazados. Llegan los que están en La Ciudadela, en Tijuana, en San Quintín, etc. En su zona son violentos. Un caso excepcional de exterminio inter-étnico. Matan, secuestran y practican la trata –venden a sus hijas menores hasta por cartones de cerveza-. Pero son intocables. Decenas cuentan con medidas cautelares. Sus dirigentes exigen, gritan, golpean. Extorsionan, chantajean e intimidan. Les dan la mano y agarran el pie. Los ayudan en su papel de desplazados y exigen terrenos, casas, templos, empleos, dinero, etc. Han hecho del plantón en el Centro Histórico su modus vivendi: cada festejo, temporada vacacional o celebración tradicional, hay que pagarles el desalojo.

4).- Maestros y organizaciones sociales: Fariseos
La pobreza presupuestal del gobierno contrasta con la soterrada movilización. El directorio de organizaciones sociales que viven de la dádiva gubernamental ha crecido de manera exponencial. Cada día aparecen nuevos membretes. La llamada “lucha social” es el negocio más rentable en Oaxaca. A diario hay bloqueos, marchas y movilizaciones. Todas, absolutamente todas, piden dinero. Nadie rinde cuentas. La tendencia es que sea a fondo perdido. Opacos, discrecionales. Antorcha Campesina, de Gabriel Hernández, exigió hace poco 200 millones de pesos. “Sol Rojo”, el FALP y cientos más, son sabandijas que no se llenan con nada. Y han aprendido bien de sus guías morales: los maestros del Cártel 22. La vida parasitaria de éstos es directamente proporcional a su tendencia a pedir. El confort, la mendicidad, la irresponsabilidad y el discurso demagógico van de la mano.

5).- El transporte, cual grupo criminal
Ya no es un secreto que el clima de violencia que se ha desatado en Oaxaca tiene un origen: los sindicatos del transporte. Extorsión, cobro de derechos de piso, pago por el traslado de mercancías, intimidación a quien llegue al estado y una ramificada red de sicarios, han formado parte del Viacrucis de los oaxaqueños. El Estado no ha logrado penetrar hasta las atarjeas pestilentes del tinglado de complicidades. CTM, Sindicato Libertad, CNP, FESO, son en el contexto en que se quiera ver, verdaderos cárteles criminales.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
-Zygmunt Bauman cita un pasaje de F. Nietzsche, de punzante lucidez: -“¿Qué es bueno? Todo lo que eleva el sentimiento de poder en el hombre. ¿Qué es malo? Todo lo que procede de la debilidad… (Quien detenta) el poder es enemigo jurado y supresor de la simetría, la reciprocidad y la mutualidad”. Siempre el de arriba tendrá razón. Así sea la barbarie, la torpeza o la pasión. (Daños colaterales, FCE, México, p. 177).

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