¿Cómo quedaron las encuestadoras?
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Opinión

De Frente y de Perfil

¿Cómo quedaron las encuestadoras?

 


Nuevamente las casas encuestadoras quedaron a deber en sus cálculos sobre los posibles resultados electorales y varias de ellas, de plano, hicieron el ridículo. 

Como cada tres años, nacen se reproducen y mueren las empresas dedicadas a los sondeos y encuestas sobre eventuales resultados electorales, las que se regocijan con sus cifras que ofrecen, en muchos de los casos, al mejor postor, creando desconcierto y arrastrando a las empresas serias que logran subsistir las debacles electorales que se presentan cada ocasión en que se realizan procesos electorales. 

Son empresas que con la misma rapidez con la que se forman, desaparecen, sin dejar rastro, aunque algunas intentan participar nuevamente, creando caos y desconcierto entre los electores que gustan de usarlas como parámetro o indicativo para sufragar en favor de tal o cual candidato. 

El mercado es sumamente amplio y más en unos comicios como los del pasado 6 de junio, donde se disputaron tantos cargos de elección popular. 

Los sondeos y encuestas se convirtieron en un buen negocio que cada tres años se disputan diversas empresas, unas con prestigio y otras sin blasones de ninguna clase. 

Los procesos electorales son un bocado apetitoso para las encuestadoras y las redes sociales, de las que surgen un amplio número de embaucadores, que ante el desconocimiento de los interesados encuentran atractivos clientes. 

Esas empresas consideradas “patito” dieron malas señales durante el período de campañas, ya que insistentemente señalaban a un ganador de ese proceso electoral, el que jamás estuvo cerca de ganar y quedando distanciado varios puntos porcentuales del triunfador. 

Como pocas veces fueron varias las casas encuestadoras que fallaron en sus vaticinios en Baja California Sur, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Zacatecas y hasta en Campeche. 

Los errores fueron múltiples, por lo que se puede considerar que, en muchos de los casos, actuaron de mala fe, para desalentar la participación de unos electores que como los mexicanos son reacios para asistir a las urnas. 

Uno de los casos más sonados de algunas encuestadoras fueron las que medían el proceso electoral de Baja California Sur, donde el abanderado de la alianza de PAN, PRI y PRD, aparecía a la cabeza de los sondeos, superando por mucho a Víctor Manuel Castro, quien resultó ganador sin muchos problemas. 

Igual sucedió en Campeche, entidad en la que Layda Sansores era vista como derrotada ante la fuerza del emecista Eliseo Fernández y el empuje del priista Christian Castro y se le relegaba hasta a 10 puntos de distancia. Layda ganó el gobierno estatal en una reñida contienda y siempre fue la favorita para ganar. 

En San Luis Potosí se daba como un hecho el triunfo de Octavio Pedroza, respaldado por la alianza del PAN, PRI y PRD, aunque el triunfador fue el candidato del Verde, Ricardo Gallardo. 

Sinaloa registró la esperanza del candidato de la alianza Va por Sinaloa, Mario Zamora, quien con varias encuestas publicadas guardaba esperanzas de ganar, ya que aparecía cerca y hasta arriba del abanderado de MORENA, Rubén Rocha, quien le sacó 10 puntos de diferencia al priista. 

Alfonso Durazo partió como favorito en Sonora, aunque la declinación del candidato emecista, Ricardo Bours y el empuje de Ernesto Gándara, les hizo creer que Durazo se estaba desmoronando y al final la distancia fue amplia. 

Zacatecas apuntaba a la caída de David Monreal ante la priista Claudia Anaya, respaldada por la alianza PRI, PAN y PRD, debido a una serie de tropiezos del candidato de MORENA, en la que se destacaban los extraños tocamientos a una compañera de lucha y de partido. Finalmente, David ganó con algunos problemillas a Claudia. 

También en otros estados surgieron esas extrañas encuestas que en Baja California llegaban a dar ventaja a Jorge Hank sobre Marina del Pilar Ávila e hicieron creer que el hijo del profesor podría ganar, aunque, finalmente, Marina del Pilar le sacó casi 20 puntos porcentuales de ventaja al segundo lugar. 

Algunos otros vaivenes de las casas encuestadoras tuvieron final feliz como fue el caso de Samuel García en Nuevo León, quien inició en cuarto lugar de las encuestas, detrás de Clara Luz Flores, Adrián de la Garza y Fernando Larrazábal, aunque al primer de campaña, Samuel ya encabezaba las preferencias y así lo dictaminaron los sufragios recibidos el 6 de junio. 

Por esta ocasión, como en el pasado, muchas casas encuestadoras fallaron terriblemente, aunque seguramente estarán listas para participar el año próximo en la elección de seis gobiernos estatales. 

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