La alianza en Sinaloa se debilita
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Opinión

De Frente y de Perfil

La alianza en Sinaloa se debilita

 


Sinaloa es una entidad en la que el PRI ha dominado casi siempre y la única ocasión en que perdió el gobierno estatal fue porque uno de sus militantes encabezó una alianza de partidos contra el tricolor. 

El priismo se manifiesta siempre y ahora con una alianza con sus adversarios del pasado, PAN y PRD, parecía encaminarse a una fiera disputa con MORENA. 

Desde siempre el PAN le ha peleado la plaza, pero solamente le gana uno de los dos principales ayuntamientos, Culiacán o Mazatlán, no ambos. 

En el pasado se cuestionaron dos victorias de candidatos priistas al gobierno del estado, la de Francisco Labastida Ochoa, a quien Manuel de Jesús Clouthier le compitió al igual que el hoy candidato de MORENA, Rubén Rocha Moya y la de Jesús Aguilar Padilla que le sacó una magra diferencia de once mil votos a Heriberto Félix Guerra, yerno del “Maquío. 

Cuando parecía que Sinaloa era una de las pocas plazas en las que el PRI podría repetir como gobierno estatal y más con la alianza con el PAN y PRD, las cosas se complicaron con la disputa entre el gobernador Quirino Ordaz y el dirigente nacional tricolor Alejandro Moreno. 

La plaza parece hecha a la medida de las aspiraciones priistas, ya que Quirino tiene una buena aceptación entre la población y Alejandro logró establecer la alianza con PAN y PRD, correspondiéndole a los tricolores designar al candidato a gobernador. 

Es aquí donde surge el problema entre ellos, toda vez que traen distintas visiones sobre el nombre del personaje que enarbolará los colores de la alianza. 

Quirino quiere sea uno de los hombres de su gabinete (ya se definió que el candidato sea varón) y menciona nombres como Juan Alfonso Mejía, secretario de Educación Pública (quien ya manifestó que no se registrará como aspirante) y Javier Lizárraga, secretario de Economía, entre otros, mientras que el dirigente priista piensa en la figura de Jesús Valdés, presidente estatal del PRI. 

El anuncio de la publicación de la convocatoria y el registro de los aspirantes fijado para el viernes 22, desató a los demonios y surgieron una lista de prospectos, algunos de ellos del pasado que intentan revivir laureles. 

Uno de los primeros en alzar la voz fue el senador Mario Zamora, ex director de la Financiera Rural y cercano al grupo de José Antonio Meade, quien poco o nada puede aportar al electorado sinaloense que por dos veces le ha dado la espalda. En 2010 fue candidato a la alcaldía de Ahome y perdió y en 2018 al Senado de la República y solamente aplica como primera minoría. 

Aarón Irízar, un ex diputado y ex senador, aspirante desde hace muchos años al gobierno estatal, alzó la mano nuevamente, aunque sus posibilidades son desestimadas, además de que desde 2010 los priistas guardan distancia con él, por ciertos asuntos no clarificados ocurridos cuando coordinó la campaña electoral de Jesús Vizcarra uno de los principales empresarios del estado y quien perdió ante Mario López Valdez. 

Sergio Torres es otro de los aspirantes que había amagado con renunciar al PRI y hasta el MC lo nominó como su candidato, mantiene esperanzas de abanderar al PRI. De estilo bronco y aventado, ya fue alcalde de Culiacán, diputado federal y secretario de Pesca estatal. 

Alfredo Villegas, es otro priista sinaloense que ha sido varias veces diputado federal y que pertenece al grupo del dirigente de la burocracia, Joel Ayala Almeida, pero al que tampoco se le concede crédito alguno para ganar una elección. 

Diva Gastélum es una mujer que ha sido diputada federal, local y senadora, pero por cuestión de género no entra a la contienda. 

La intención del PRI es que el próximo viernes se registre un solo candidato que sea cobijado como “aspirante único”, se limen asperezas y salgan todos unidos, para que de la mano de la alianza puedan competir en igualdad de circunstancias con el poderoso MORENA que en 2018 arrasó con las principales alcaldías, las senadurías, diputaciones federales y locales. 

De conseguir esa candidatura de unidad, los priistas podrían respirar aliviados de que presentarán un frente sólido con los apoyos del PAN y PRD. De otra manera estarán condenados al fracaso. 

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