El engañoso Manuel Velasco
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Opinión

De Frente y de Perfil

El engañoso Manuel Velasco

 


Uno de los grandes eventos de Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial fue el inicio de su campaña por tierras chiapanecas, en su lugar preferido, Palenque. 

El escenario era esplendoroso, su segundo lugar de residencia, especialmente el sitio elegido para descansar, reflexionar y convivir con sus amigos, se vio sumamente concurrido y contó con una presencia especial, la de su amigo y benefactor de muchos años, Fernando Coello, abuelo del entonces gobernador Manuel Velasco Coello. 

López Obrador aprovechó la ocasión para hacerle un amplio reconocimiento a quien dijo era su amigo de toda la vida y lanzó dardos, supuestamente, envenenados hacia su nieto, haciendo un parangón entre uno y otro, marcando amplias diferencias en su relación con su amigo Fernando y su adversario Manuel, un gobernante que no cumplía con sus funciones. 

Causó sorpresa que se refiriera de esa forma a uno y otro, en un juego que hasta ahora se comprende. El gobernador de Chiapas era otro alfil en el ajedrez de López Obrador y jugaba como infiltrado. 

Velasco actuaba soterradamente contra su candidato presidencial, José Antonio Meade, con ese estilo peculiar de hacer política que le permitió realizar una meteórica carrera política, para llegar a los 32 años a gobernar el mismo estado que su abuelo paterno y que su padre no pudo por morir demasiado joven. 

Desde los 21 años ocupó posiciones de elección popular y mostró tener una amplia capacidad para cumplir sus proyectos personales. Decidió incursionar en el Partido Verde, con la mira en apoderarse de un organismo sin pies ni cabeza, pero con cierta presencia en algunos sectores de la población, especialmente entre los jóvenes de posición acomodada, como lo era él. 

Contaba con todo a su favor, apellidos de renombre en Chiapas, juventud, carisma y amplios recursos económicos, además de una dirección eficaz de su madre y mentora. 

Diez años le costó cumplir con sus propósitos, pasando de diputado local, a federal, senador y gobernador, metiéndose en las entrañas de un partido que en Chiapas manejó a su conveniencia y a nivel nacional compartió el rumbo, haciendo de lado al dueño y fundador del mismo, Jorge Emilio González. 

Velasco mostró tamaños políticos, capacidad de operación, manejo electoral, contar con recursos e inteligencia, para sacar adelante todas sus propuestas, sin mostrar el lado oscuro de su personalidad. 

Siendo gobernador, Velasco Coello aspiraba a convertirse en candidato presidencial del binomio que lo llevó al triunfo en Chiapas, ya que sabía que dentro de los priistas no existía un aspirante fuerte, aunque sus excesos como gobernante lo fueron relegando de esa posibilidad. Ya ensoberbecido contrajo una gran deuda pública, no atendía los reclamos de que los principales contratos se daban a su familia, promovió la creación de varios partidos políticos locales y trató de forjarse, sin éxito, una presencia nacional, a costa del erario. Contrató expertos en todas las materias necesarias. 

Era tal el poder concentrado en Chiapas que jugaba con sus partidos locales, con la alianza PRI-Verde (la que consiguió romper) y apostó por MORENA, logrando su propósito en todos los sentidos. 

Operó todo para que Rutilio Cruz Escandon fuese el candidato de MORENA y convenció a Eduardo Ramírez de aceptar una nominación al Senado y deshizo la alianza Verde-PRI, por lo que Roberto Albores se quedó sin ese respaldo y cuando advirtió que Rutilio trataba de librarse de su protección, le soltó a Fernando Castellanos como candidato del Verde, bajando las preferencias del hoy gobernador de más del 50 por ciento a apenas el 39 por ciento con que ganó. 

Y mientras operaba su sucesión, se alejaba del binomio PRI-Verde, para mostrarse plenamente a favor de MORENA, negociar su candidatura al Senado y mantenerse como gobernador de Chiapas, lo que denota una gran madurez política para los efectos que desea. 

Toda una gran estrategia que le rindió frutos y que hoy parece desvanecerse por la filtración de unos videos, cuya filtración y filmación se le atribuye a él y en los que aparecen uno de sus operadores, David León y Pio, hermano favorito del Presidente López Obrador, recolectando dinero para campañas, los que dejan en claro parte del engaño de un gobernador ambicioso, cuyo sueño es ser parte del gabinete presidencial y después candidato a la Presidencia de la República, que al fin tiene tiempo para eso, ya que recién cumplió 40 años de edad. 

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