¿Qué tipo de líder necesita Oaxaca?
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Crónicas Oaxaqueñas

¿Qué tipo de líder necesita Oaxaca?

 


A partir de la creación del Instituto Federal Electoral se pensó en aglutinar lo más posible las elecciones para no tener todos los años que organizar casillas, elegir y capacitar a ciudadanos para que participen como funcionarios de casillas, medir tiempos aire y participación de cada uno de los partidos políticos, verificar que la actuación de cada candidato sea apegada a lo autorizado incluyendo sus gastos, etc.

Antiguamente las campañas duraban un par de meses más de lo que se autorizan actualmente, las ciudades se tapiaban de pendones de plástico, mantas, volantes y muchísima basura que difícilmente se ocupaban de recoger, el gasto no contemplado era infinito y extenuantes las labores de limpieza una vez terminados los procesos electorales.

Por esas y muchas otras razones se empezó a regular el gasto, la duración de las campañas y acortar en lo posible el periodo de duración de algunas gubernaturas y presidencias municipales para que coincidieran con los tiempos electorales federales lo más posible, es decir, que hubiera elecciones cada tres años en lugar de cada año en todo el país, muchos estados estuvieron dispuestos a apoyar la iniciativa.

Hace cinco años hubo elecciones federales, Diputaciones, gubernaturas y Presidencias municipales, en estas últimas disminuyeron su periodo de tres a dos años y en la gran mayoría de los estados donde había comicios aceptaron que sus gobernadores electos duraran en el encargo igual dos años, de esa forma se empatarían los tiempos electorales.

Oaxaca fue uno de los pocos estados que no estuvo dispuesto a acatar esa recomendación, el gran jefe ya perfilaba a su descendiente a la candidatura y no iba a permitir que le quitaran ni uno de los años de un sexenio, ni siquiera que fuera de cinco para empatarlo con el siguiente proceso electoral, se quedó de seis y parece que se van a cumplir cabalmente, como sea la continuidad abona a la paz en un estado.

Muchos de los municipios de Oaxaca se rigen por los antiguamente llamados Usos y Costumbres, es decir, las autoridades se eligen en una asamblea del pueblo y no por votación a partidos políticos, la mayoría de esas autoridades municipales han continuado en sus encargos por los tres años acostumbrados, por eso hubo elecciones en 2021 en unos 140 municipios y a finales del 2022 se elegirá al resto.

Oaxaca es un pueblo difícil de domar, muy politizado y extremadamente inculto, los encargados de la educación hace muchos años que solo ven por sus intereses, sin vocación alguna, sin importarles la preparación de los niños y jóvenes y pareciera que lo prioritario es transmitirles ideología, por eso es fácilmente manipulable y no es capaz de exigir sus derechos.

Con resignación se aceptan las marchas, los plantones, los baches, incluso a candidatos francamente impresentables, no somos capaces de decir ya basta, necesitamos líderes que sean ejemplo, que sean estadistas, que piensen en el bienestar de la ciudadanía y no solo de su gremio, pues entre políticos se protegen como un modus vivendi.

Con el apoyo de las mayorías en nuestro estado y el aparente visto bueno de la clase gobernante actual, cuyas raíces eran priistas, morena se perfila para ganar en las próximas elecciones, lo mínimo que debemos exigir es que perfilen a alguien decente, sin antecedentes con sombra de corrupción en sus anteriores encargos como funcionario público.

En una entrevista que vi en redes sociales a fines del año pasado de un alto dirigente de ese partido, cuando se supone que aún había unos catorce precandidatos con posibilidades, que alguien ya se perfilaba para ser elegido porque era quien más había trabajado consiguiendo firmas para la revocación y en todos los demás temas en apoyo a ese movimiento, ¿en serio?

El derecho a gobernar se debe obtener no solo por un trabajo partidista cuya mayor virtud sea pagar muchísimo dinero y de forma no transparente para que se haga, lo más importante no es la lealtad al ejecutivo sino la preparación, la capacidad, la honestidad, el trabajo serio con todos los sectores productivos del estado, el saberse rodear de gente preparada y saberlos escuchar, tener buenas relaciones públicas.

Que no tenga compromisos con grupos delictivos, que sea capaz de aplicar mano dura contra la informalidad, contra los que organizan marchas y plantones ya que se organizan para presionar y extorsionar al gobierno, sin embargo, a quien verdaderamente perjudican y termina siendo pisoteada en sus derechos es la ciudadanía.

Lo que queremos y necesitamos es alguien que no sea corrupto, ni ambicioso, se requiere alguien decente, honesto y preparado, que tenga más virtudes que solo declamar o cantar, quien dijo yo, quien cumple con lo requerido, que levante la mano y lo haga bien en beneficio del pueblo sabio.

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Facebook: Jaime Palau Ranz

Twitter: @jpranz

Seguiré comentando la próxima semana.