Insomnio
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Opinión

Comentario Pediátrico

Insomnio

 


(Primera parte)

Es un problema de inducir y mantener el sueño que incluyen diversas variantes, que siempre preocupan a los padres y ameritan orientación adecuada, ya que a menudo, afectan en forma negativa la calidad de vida tanto de los hijos, como de quien los cuida. 

En la mayoría de las ocasiones los niños experimentan insomnio transitorio ocasional que no es recurrente o prolongado. Cuando es persistente conlleva a un mayor riesgo de problemas de comportamiento y estado de ánimo, fracaso académico e incluso influye para empeorar algunas enfermedades. 

Para ser considerado como alteración significativa deberá de ocurrir al menos tres veces por semana, persistir durante los últimos tres meses y asociar un deterioro importante del desempeño del niño, los padres y/o la familia. Su prevalencia general fluctúa entre el 20 y 30%, pero en diferentes grupos de edad hay variantes. En los mayores de seis meses alcanza hasta 50% disminuyendo luego con la edad, a 20% en preescolares, incremento ligero en escolares hasta de 40% y en adolescentes hasta un 10%. 

En ocasiones, este trastorno se identifica asociado a alguna enfermedad en particular o secundario a dolor recurrente y de intensidad variable, empleo de medicamentos o trastornos especiales del sueño (alteraciones respiratorias o movimientos frecuentes), donde su tratamiento correspondiente mejora en forma asociada el problema.

Como condiciones asociadas, pueden ser señaladas algunas dependientes del paciente y otras relacionadas con el ambiente. Del afectado puede establecerse su relación con su temperamento, problemas de salud, desempeño de actividades (por las noches o durante el día), estrés, genética y discapacidades (motoras y/o de conducta). En relación con los ambientales, influyen: labores familiares, ambiente físico, recámara compartida, salud emocional familiar, condiciones socioeconómicas. La combinación de estos elementos, genera variados cuadros de insomnio con opciones a considerar en su manejo.  

Para los niños es conveniente considerar los factores que contribuyen a este cuadro bajo diferentes categorías, que incluyen: insomnio conductual, relacionado con asociaciones del inicio del sueño, con el establecimiento inadecuado de límites por los padres, el insomnio condicionado (psicofisiológico) y las alteraciones transitorias. 

El insomnio de tipo conductual se basa como un comportamiento de resistencia a la hora de acostarse, inicio prolongado del sueño o despertar durante la noche. Son problemas más comunes en menores de cinco años. Su causa principal se debe a una falta de adaptación adecuada al inicio del sueño asociado con dificultad de los padres en el establecimiento de límites. 

El relacionado con asociaciones del inicio del sueño, establece que al final de cada ciclo de sueño (60-90min) el niño no puede volver a dormir a reserva de volver a tener las condiciones similares (por ejemplo, la forma de ser mecido o alimentado) al inicio. 

El establecimiento inadecuado de límites por parte de los padres, genera insomnio más frecuente en edad preescolar y mayores.