Psicosis secundarias
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Opinión

Comentario Pediátrico

Psicosis secundarias

 


(Primera parte)

Este tipo de alteración puede llegar a presentarse a partir de la infancia o adolescencia, como un comportamiento anormal, que puede aparecer en forma súbita o gradual de acuerdo con su causa que la origina.

La psicosis es la alteración del pensamiento, acompañada de delirios o alucinaciones. Entendiendo que los delirios representan creencias fijas y falsas que no pueden resolverse mediante argumentos lógicos, mientras que las alucinaciones son percepciones falsas que no tienen base en estímulos externos reales.

En el desarrollo del niño, durante los primeros años se debe distinguir las alucinaciones de los fenómenos relacionados con el sueño y de otros estados normales para su edad. No es raro que durante las etapas previas a su asistencia escolar (menores de seis años), manifiestan tener amigos imaginarios o creen en la existencia de figuras fantásticas. La existencia del pensamiento lógico y la presencia de asociaciones específicas a partir de los seis o siete años, justifican llegar a considerar la existencia de psicosis cuando a las funciones previas adecuadas, se manifiesta la alteración del pensamiento en forma recurrente o constante. 

Estos niños o adolescentes empiezan a manifestar alteraciones en pensamiento, con alucinaciones de predominio auditivo que refieren en el interior de su cabeza, a base de comentarios o de órdenes específicas, asociadas con alucinaciones visuales y táctiles que desconcierta a familiares cercanos por no encontrar justificación a esas referencias. Otros pueden tener alteraciones de su pensamiento al no poder identificar en forma adecuada las experiencias emocionales, pudiendo manifestar su condición depresiva con actitudes de irritabilidad, llegando a tener actitudes violentas recurrentes, con arrebatos de ira ante provocaciones menores. En otras ocasiones el estado de ánimo se expresa en forma equivocada con actitudes de depresión con manifestaciones atípicas a diferentes edades, causando en algunos impulsos de comer mucho o de dormir en forma prolongada, pueden manifestar también agitación en su comportamiento sin quedarse quietos con movimientos repetitivos o frote de ropa, su forma de hablar puede ser impulsiva y excesiva o mutismo predominante. Pueden presentarse también euforia excesiva, ideas de grandeza o delirios, idea de superpoderes y poder influir en otros con el pensamiento, pensamientos rápidos y desorganizados, realización de muchas actividades, distracción, lenguaje rápido, falta de sueño, impulsividad y conductas de riesgo.