Dieta vegana (parte 1)
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Opinión

Comentario Pediátrico

Dieta vegana (parte 1)

 


En búsqueda de ofrecer una dieta que pueda ser de mayor beneficio para sus hijos, los familiares pueden verse motivados a seguir algunas tendencias sociales y culturales especiales, que en casos particulares pueden ser de riesgo a su desarrollo natural. En ocasiones la iniciativa se genera como secuencia de una familia que ya es vegetariana y en otras por iniciativa propia, generando conflictos con la dieta habitual familiar.

Dentro de esas variantes de alimentación, se ha incrementado la inclusión a la dieta vegetariana o vegana, que sin orientación apropiada -como cualquier otro tipo de alimentación-, puede causar alteraciones significativas en el desarrollo de los niños y adolescentes para su vida adulta. 

Cuando se habla de dieta vegetariana se pueden involucrar conceptos variados, por lo que conviene señalar distinciones específicas. Se considera como vegetariana a la limitación en la ingesta de todo tipo de carne, sus derivados (embutidos, salchichas, etc.), pescados, mariscos, insectos. El lacto-ovo-vegetarianismo incluye el consumo de huevos, leche y productos lácteos. El lacto-vegetarianismo excluye el consumo de huevos y cuando se excluye el consumo de leche y sus derivados se consideran ovo-vegetarianismo. 

El vegano incluye en su ideología una forma de rechazo a la explotación de animales, por lo que se niega a su consumo y explotación, descartando en su dieta la leche, huevos, mariscos, carne y miel; llegando a incluir el empleo de prendas de seda, cuero y lana.

En este grupo de veganos aún existen otras tendencias extremas. A quienes excluyen el consumo de algunas frutas y verduras, practican la dieta macrobiótica cuya alimentación se compone del 50 a 60% de granos enteros, vegetales, legumbres, algas y productos de soya fermentados. Otro grupo corresponde a los veganos frutarios con ingesta exclusiva de frutas secas y pulposas. Pero también hay veganos considerados como flexibles ya que ocasionalmente consumen carne, pescado y productos lácteos.      

En forma particular, se reportan estudios efectuados a poblaciones pediátricas que indican a favor de aquellos que siguen una dieta vegetariana, son algo más propensos a cumplir los objetivos generales de una dieta saludable, en comparación con aquellos que tienen una dieta habitual, ya que los hacen más específicos en la cantidad y calidad de nutrientes, lo cual suele fallar y puede establecer cuadros extremos de alteración nutricional, cuando solo se consumen los alimentos por preferencias o por limitaciones específicas. 

El consumo de una dieta vegana expone a niños y adolescentes a múltiples deficiencias nutricionales, en algunas vitaminas, minerales y grasas específicas, por lo que no se recomienda su empleo,  por asociaciones nacionales expertas en nutricional infantil. Pero si los familiares persisten en su preferencia, se les debe establecer una orientación nutricional apropiada y un seguimiento estrecho de su desarrollo biológico, para cubrir las deficiencias nutricionales asociadas a este tipo de consumo.

La dieta vegana normalmente proporciona suficientes proteínas, excepto en lactantes y preescolares que no tienen una diversidad completa y en forma alterna, reciben  aporte inadecuado con bebidas a base de plantas. 


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