Medidas preventivas en coronavirus infantil
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Comentario Pediátrico

Medidas preventivas en coronavirus infantil

 


En consideración al posible incremento de contacto con el virus, en el ambiente y sociedad humana, se establecen a continuación una serie de medidas a tomar en cuenta para evitar la adquisición del virus en la población infantil en especial, así como su posible contagio a otros miembros familiares, en virtud que la mayoría de los casos de esta edad pueden no mostrar alteración alguna y ante ello, podrá afectar a otros integrantes familiares, que en riesgo potencial constituyen los adultos mayores. 

Todas las embarazadas que se consideren en riesgo de portar o padecer la enfermedad, deben ser vigiladas en forma regular por el ginecólogo, para descartar las alteraciones al curso del embarazo por el virus hacia el producto, que incluyen: amenaza de abortos, retraso del crecimiento intrauterino, parto prematuro, alteraciones renales; y posterior al nacimiento, posibles alteraciones sanguíneas. Hasta el momento no se ha demostrado que el niño se infecte directamente superando la barrera placentaria y en forma secundaria al nacimiento tenga alteraciones respiratorias.

Toda persona con sospecha de padecer el cuadro, haber tenido contacto con una persona confirmada de la enfermedad o padecer de síntomas respiratorios (estornudos, tos, congestión nasal, carraspeo, dolor de garganta, ronquera) son las que de forma obligada deben portar mascarillas especiales o doble cubrebocas, en intención de poder retener sus secreciones potenciales de eliminar el virus hacia el exterior; y de preferencia, con cambios del mismo en intervalos de cada dos horas, si las alteraciones son muy importantes. El virus eliminado por estornudos o tos se incluye en partículas de secreciones que pueden ser retenidas en esos filtros. Este material eliminado, deberá ser colocado en una bolsa de plástico con sello apropiado que, a su vez, debe colocarse en otra bolsa adicional, para ser retenido en recipientes de basura con un tiempo de aislamiento mínimo de 72 horas antes de ser tirados a la basura, con intención de inactivar al virus bajo estas condiciones del ambiente. Su eliminación en la vía pública o recolección de basura inmediata permitirá la posibilidad de su persistencia en el ambiente. Los virus que se eliminan en el momento de hablar (sin exceso de secreciones) pueden alcanzar una distancia máxima de metro y medio, por lo que se justifica ese distanciamiento establecido como medida eficiente para evitar su aspiración. En el personal de salud (médicos, enfermeras, laboratoristas, etc.) se justifica el empleo de mascarillas, ante la posibilidad potencial de tener contacto en algún momento, con la aspiración del virus, para evitar poder transmitir a otros susceptibles. 

En el momento del nacimiento para una gestante con diagnóstico de esta enfermedad, ya sea por parto normal o por cesárea, la madre y familiares no deben extrañarse que el equipo humano de atención en la sala porte una ropa quirúrgica diferente y especial, que evita la exposición de alguna superficie corporal al exterior. En forma adicional es natural que a la madre se le coloque una mascarilla especial, para disminuir la posibilidad de eliminar el virus al espacio lo más estéril posible que debe tener un quirófano, solicitando además que evite hablar en forma innecesaria. El niño al nacimiento, se le evitará contacto con las secreciones maternas de riesgo (en especial besos y lágrimas) a fin de evitar el contagio secundario. Puede tener contacto inmediato con la madre piel a piel a fin de preservar el parto humanizado y, además, iniciar la succión al seno y continuar su lactancia materna habitual, solo con protección materna con mascarilla apropiada; y en caso necesario, se podrá extraer la leche materna con dispositivos específicos, dejando como última alternativa el empleo de fórmulas lácteas. La atención al nacimiento para el bebé no incluye otras medidas adicionales, quedando en observación para los familiares revisar y reportar si en las siguientes dos semanas aparecen alteraciones de tipo respiratorio que puedan justificar su atención inmediata. 

Se considera como caso de sospecha a todo niño que manifiesta fiebre, tos y dolor de cabeza (llanto intenso y constante en niños más pequeños) como datos más importantes, que pueden asociarse a otros menos frecuentes, como cansancio, dolores corporales, falta de apetito, diarrea, secreciones respiratorias (flemas) y dificultad respiratoria, con antecedente de contacto o relación con algún familiar o conocido que sufra la enfermedad o sea portador (prueba positiva y sin datos de la enfermedad) en los cinco a diez días previos. 

Estos niños deberán de mantenerse en aislamiento domiciliario en las siguientes dos semanas para vigilar la evolución de su enfermedad, además de evitar el contagio a otros susceptibles. Se consideran de riesgo especial, los niños expuestos en forma previa a irritantes respiratorios o contaminación ambiental (tabaquismo pasivo), para tener la evolución a complicaciones pulmonares graves. 

Estos niños en sus casas deberán portar de preferencia cubrebocas, para evitar la diseminación del virus entre los diferentes objetos de su ambiente. Su ropa al momento que se manche con otros líquidos, polvo o tierra, no deberá ser sacudida para evitar la dispersión del virus por el aire. El lavado de la ropa se realizará en forma habitual, pero en caso de no contar con lavadora o agua suficiente, se juntará toda su ropa que emplee en el transcurso de los siguientes diez días, para retenerse durante otros tres días más antes de enviarse al servicio de lavandería. La ropa manchada con secreciones (vómito o diarrea) podrá considerar su eliminación definitiva; o bien, guardada en doble bolsa con resguardo mínimo previo de 72 horas, para su lavado posterior habitual. La eliminación de pañales deberá de guardarse en forma similar en doble bolsa y con periodo previo de 72 horas a su eliminación con la basura restante. 

Toda persona que cuide de los niños, de preferencia, deberá de realizar lavado de manos con agua y jabón antes y después de tener contacto con ellos, por un tiempo mínimo de 20 segundos, ya que el jabón contiene sustancias que disuelven elementos químicos especiales del exterior del virus, que lo desintegran en su composición y evita su agresión al ser humano. De forma similar, todo objeto en donde los niños hayan depositado secreción respiratoria (saliva, moco o flemas) en forma inmediata deberá ser limpiado con agua y jabón con el mismo objetivo. La aplicación de gel en forma constante, solo se realiza ante la ausencia de agua y jabón. Los cubrebocas, deberá procurarse que se cambien lo más frecuente posible, ya que en la medida que pasa el tiempo, acumulan en forma significativa mayor carga de virus entre sus fibras, que después pueden ser eliminadas por saturación. Se calcula que un niño de 15kg en dos horas puede filtrar por ese cubrebocas una cantidad aproximada de 500 litros de aire.

Otras medidas a considerar en casa, incluye el no compartir la cama con los afectados y tampoco las toallas en los baños. Evite que los niños se encuentren en ambientes contaminados y en especial con tabaquismo pasivo (familiares fumadores), ya que es un factor que influye para la gravedad de la enfermedad. Motive que los niños se laven en forma frecuente sus manos y que eviten con ellas tocarse partes de la cara. Una alternativa en forma de juego es dibujar un pequeño monstruo (o el virus que oyen) en punta de dedos, dorso y palma de manos, para que intenten durante el día desaparecer con lavados frecuentes y no les toque su cara lo menos posible. 

En relación con adultos mayores (abuelos) de preferencia deberán de evitarse en su relación en las siguientes dos semanas a fin de evitar que algún niño (en especial los que no manifiestan síntomas) pueda contagiarlos de esa enfermedad, con un pronóstico grave o fatal a ellos. Las llamadas telefónicas y videoconferencias pueden considerarse. 

El aislamiento relativo y las medidas apropiadas para aplicar en cada hogar pueden lograr que esta enfermedad no se transmita en un plazo corto. Tome responsabilidad de su familia y evite que los niños se queden con los abuelos… también deben cuidarse. 

 

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