El regreso
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Opinión

Columna sin nombre

El regreso

 


Sin guayabera, AMLO vistió correctamente, claro, con su corbata de la suerte

El Mapache Guasón

 

Se puede hablar ya del resultado del viaje del señor Presidente López Obrador a la capital de los Estados Unidos de América.

En términos generales se puede decir que fue un éxito para AMLO.

Se debe destacar la eficiencia y discreción de Marcelo Ebrard y de la Embajadora de México en USA.

Fue una reunión donde privó el lenguaje diplomático, en donde nunca se deben mencionar agravios y rencores presentes.

En ese contexto de lenguaje controlado, Trump, como él mismo lo dijo, se portó bien, lo cual ya es ganancia.

No mencionó el muro, tampoco el narcotráfico, menos el problema migratorio, y cosa curiosa jamás habló mal de los mexicanos, ni de México, inusual en él, ya que cada vez que puede, habla mal de los mexicanos e incluso lucha para deportar a los ya famosos Dreamers, es decir los mexicanos que llegaron de niños a los Estados Unidos.

Por parte del señor Presidente Mexicano, se debe destacar que jamás improvisó como es su hábito diario en las mañaneras; llevaba un discurso escrito que leyó perfectamente y que en su estructura hablaba de la relación cordial de Juárez y Lincoln, además de su agradecimiento a Trump por las ayudas que ha recibido nuestro país, y remató con vivas a los Estados Unidos de América, correcto el nombre del país vecino,  a Canadá y tres entusiastas vivas a México.

Señalan los medios y el mismo Trump, que en la reunión privada previa a los discursos, que por cierto fueron pronunciados en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, no se trataron, insisto, aún en privado, los problemas graves que agravian tanto a un país como al otro.

Así las cosas, al menos yo vi un presidente mexicano muy distinto a cómo se comporta en México, sin polarizar, sin aplicar motes, sin calificar de conservador o neoliberal a nadie, y destaco que el acto de celebración de puesta en marcha del tratado T-MEC, fue típicamente un acontecimiento neoliberal.

Se debe mencionar que en la reunión de trabajo existió una suerte de reconciliación con los inversionistas mexicanos, y que probablemente cese el ataque a la llamada “Mafia del Poder” y se logre la tan ansiada unidad entre estos factores de la producción, es decir Gobierno e iniciativa privada.

El viaje en líneas aéreas comerciales y el uso del tapabocas, pasa a segundo término por lo trivial.

Hay que esperar el comportamiento de Trump y de López Obrador, ya libres de la tensión del suceso de alta diplomacia y ver si en algo cambian su personal manera especial de gobernar.

 

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.