Cierre de industria

“Como payasitos, algunos aplauden. Más parecen focas que personas”.

-El Mapache Guasón

La crisis por coronavirus, este auténtico jinete del apocalipsis, lleva aparejada una crisis económica aguda, que se torna grave día tras día.

Si sumamos la decisión en el norte del país, en Mexicali, de impedir la construcción de una planta cervecera con inversión de mil quinientos millones de dólares, de los cuales se llevan invertidos novecientos, eso es echar gasolina al fuego.

En efecto, esa planta proporcionará ciento cincuenta empleos directos y muchos más indirectos.

Por eso sorprende la virtual orden de cancelar el proyecto por el Gobierno Federal alegando causas triviales salidas de una encuesta patito, en donde votaron solo cosa de veintisiete mil personas y con esa base se suspende la cuantiosa inversión.

Muy mala señal para los inversionistas.

Aquella planta exportaría a los Estados Unidos y al mundo, millones de pesos que tanta falta nos hacen, amén del pago de impuestos que aligeraría la carga del Gobierno para hacer frente a la crisis. Algo parecido a la cancelación del aeropuerto de Texcoco, considerado ya el máximo error del señor presidente López Obrador.

Si el cierre de comercios, el impacto brutal en centros turísticos por la falta de clientes, la parálisis de la industria automotriz y que debemos sumar a la debacle de la industria textil, estamos ante un escenario grave, ante una realidad terrible, que el Gobierno federal está enfrentando hasta hoy, con caprichos como el que relato.

Yo también soy pueblo, por allí nos  encontraremos.