México, ¿en guerra?

Desde hace varios años, cuando Jacobo Zabludovsky (1928/2015), transmitía sus emisiones noticiosas radiales, “De una a tres”, tenía un segmento en su noticiero sobre la violencia en la República Mexicana, decía: “Ahora vamos con el reportero fulano de tal, desde el frente de guerra…”

Aquello, en verdad, se escuchaba disparatado. ¿Frente de guerra en México?  ¿Jalado de los pelos no?

En esos años, la violencia del narcotráfico se cernía sobre ciudades del norte del país, como Coahuila, Monterrey, Sonora y Chihuahua. Ya actuaban con toda crueldad, “Los Zetas”.

Pero eran sólo algunos estados del norte. Poco a poco la violencia se fue extendiendo por todo el país y las víctimas propias de esa violencia inusitada, alcanza hoy día, los fines de semana, hasta 200 personas muertas. Incluso, hasta en la Ciudad de México, pues el crimen organizado opera en algunas delegaciones y barrios populosos como Tepito.

A todo eso usted se preguntará: ¿A qué hora nos llegó la guerra que no me di cuenta?

En imágenes propias de las redes sociales, se ve el frecuente desplazamiento de tropas por el país, tanto de la Guardia Nacional como de la Secretaría de la Defensa Nacional, como ocurrió recientemente en Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Por ejemplo, el pasado 3 de mayo, la agencia Infobae México, daba cuenta de la siguiente información:

“Después de varios días de enfrentamientos y más de una docena de bloqueos en varios municipios de Tamaulipas, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ordenó el despliegue de cientos de militares para hacerle frente a los grupos criminales en la región.

Según especificó Luis Cresencio Sandoval, titular de la secretaría, el Ejército Mexicano tendrá 17 bases de operación y desplegará 550 elementos, a los que se sumarán 60 guardias nacionales y 100 integrantes de las Fuerzas Especiales. En total, son 710 agentes castrenses los que tratarán de restaurar la paz en el estado”.

Y los militares y la Guardia Nacional patrullan las calles. Pues sí. Estamos en guerra.

Con Salinas de Gortari, la guerra fue contra los grupos zapatistas, pero estaba focalizado. Era solo Chiapas. Y más bien, sólo fue mediático, no como ahora.

El académico de la Universidad Autónoma de Tlaxcala y fundador del Centro de Investigación de Crímenes Atroces, en México, así como exintegrante del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas (2014-2020), José Antonio Guevara Bermúdez, señala:

“Datos oficiales reportan que, entre el 1 de enero del 2007 y el 31 de diciembre del 2020, efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sostuvieron 4.995 enfrentamientos en contra de “agresores civiles”. Elementos de la Secretaría de Marina (Semar), en el periodo 2008 a 2020, participaron en 389, mientras que integrantes de la ahora extinta Policía Federal y su sucesora la Guardia Nacional (que se integra principalmente de militares), han reportado que se enfrentaron en 1.751 ocasiones. La Guardia Nacional, desde su entrada en funcionamiento en julio de 2019 y hasta el 31 de diciembre de 2020, reportó 156 enfrentamientos.

Desde la Revolución Mexicana (1910-1917/1920) no se había experimentado un escenario de violencia armada prolongada de estas dimensiones, coloquialmente al periodo en comento se le conoce como la “guerra contra las drogas”.

Pero, que dice el gobierno, ¿estamos en guerra?

El 1 de enero de 1919, la BBC de Londres publicó la siguiente nota:

“El comentario duró unos segundos. Pero fueron suficientes para desatar una nueva polémica sobre la seguridad en México.

Casi al terminar la conferencia de prensa del 30 de enero, un periodista le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador: “¿Se acabó la guerra contra el narco?”.

“No hay guerra” respondió el mandatario. “Oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz”.

La frase de López Obrador surgió cuando explicaba la estrategia de seguridad de su gobierno, que busca reducir la violencia y homicidios más que capturar a grandes capos.

Pero la declaración desató controversia en pocas horas. Algunos cuestionaron que se pretendiera dar por terminado el conflicto con una declaración a periodistas”.

Este domingo, un grupo armado dio muerte a tres personas que tenían un puesto de barbacoa en una de las calles de Pinotepa Nacional, en tanto que un adolescente resultó lesionado.

El fin de la semana pasado, del viernes 12 al domingo 14 de mayo, se cometieron 221 asesinatos en el país, en donde Guanajuato nuevamente ocupó el primer lugar con 31 casos, y Oaxaca se ubicó en quinto con 16 crímenes, de acuerdo con el informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Según las cifras del informe Víctimas reportadas por el delito de homicidio (Fiscalías Estatales y Dependencias Federales), en los primeros 14 días de mayo se han cometido mil 45 asesinatos, con un promedio diario de 74.6 casos.

¿Es esto o no, una guerra?

 

ESE COBAO

Ni bien inició el cargo como titular del Colegio de Bachilleres de Oaxaca (Cobao) y Verónica Hernández González ha sido objeto una serie de señalamientos no solo por actos de corrupción y el ingreso de sus familiares a la nómina de la institución, sino por tener comportamientos agresivos hacia los trabajadores con apoyo de su esposo y grupos de choque.

Lejos de hacer un buen trabajo y poner en alto el nombre del Cobao, la directora general solo ha sido evidenciada por su mal desempeño y por mantener callada a la dirigencia del Sindicato Único de Trabajadores del Cobao (SUTCOBAO), a la que ha llenado de dádivas.

Además de las constantes quejas de los alumnos de los diferentes planteles por el encubrimiento de docentes que intimidan y acosan a los estudiantes, trabajadores del Cobao se han sumado a las inconformidades contra esta funcionaria, a quien culpan de intimidar a aquellos que muestran el rechazo a su forma de actuar.

La gota que derramó el vaso fue el reciente festejo por el Día del Maestro, donde los trabajadores no solo fueron protagonistas de un zafarrancho en el lugar de celebración por una mala organización, sino también fueron objeto de burlas por el menú que recibieron en estado de descomposición.

Si el gobernador del Estado decide hacer cambios en las direcciones de instituciones educativas, la que debería considerar en primer lugar es la del Cobao, donde en años anteriores no se habían registrado tantas quejas como las que ahora se presentan.