Editorial
Madres trabajadoras
Las mujeres que son madres, se insertan en el mercado laboral en condiciones más adversas que el resto de las personas, pues tienen que combinar la crianza de los hijos y los quehaceres domésticos con sus actividades laborales. En 28 de los 30 municipios con mayor porcentaje de mujeres jefas de familia se ubican en Oaxaca, los restantes están en Puebla y Sonora, donde además de cumplir con ser proveedoras únicas del sustento de su casa, son también responsables de las labores del hogar y acumulan jornadas de actividad entre 14 y 16 horas al día.
El municipio de Catarina Tayata, Oaxaca, es el de mayor índice de madres solteras de su población femenina, le sigue Santa María Nativitas en Puebla y Santa Magdalena Jicotlán en Sonora. Las mujeres que se desempeñan como jefas de familia tienen muchos más estudios que aquellas que son esposas o madres de los jefes del hogar.
Ser madre trabajadora en México es un problema público, porque no es un tema personal, sino es más bien la falta de un sistema nacional de cuidados, de políticas públicas con perspectiva de género. Tal situación puede deberse a que muchas mujeres optan por renunciar a las empresas donde laboraban al convertirse en mamás, debido a las dificultades que enfrentan o que saben que van a enfrentar.
La participación de las mujeres en el mercado de trabajo disminuye conforme aumenta su número de hijos: la mitad de las mujeres de 15 años y más que tienen de uno a dos hijas o hijos participa en el mercado de trabajo, mientras al tener de 3 a 5 hijas e hijos disminuye y apenas participan de quienes tienen 6 o más hijas o hijos, es económicamente activa.
Durante la pandemia, las empresas comenzaron a implementar nuevos modelos de empleo debido a la contingencia sanitaria. El home office fue el más adoptado por millones de personas trabajadoras. Sin embargo, millones también manifestaron dificultades al laborar desde sus viviendas. En consecuencia, miles de mujeres en abandonaron sus empleos.
Calidad del agua
Las fuentes de agua pueden estar contaminadas por metales pesados, compuestos orgánicos complejos como los derivados del petróleo o los productos farmacéuticos, isótopos radiactivos y elementos traza. La circulación de estos contaminantes por el medio acuático depende de lo hidrosolubles que sean y de la facilidad que tengan para combinarse con partículas finas.
Así, algunos contaminantes pueden recorrer grandes distancias desde su origen, mientras que otros se combinan rápidamente y pesar de que las Naciones Unidas han reconocido el agua limpia como un derecho humano fundamental, gran parte de la población mundial vive con agua de mala calidad en su día a día.
Es decir, agua que no es apta para ser bebida o fuentes de aguas superficiales que no son de la calidad adecuada, o sea, ríos, lagos y océanos contaminados. Esto afecta a todas las formas de vida y no solo a los seres humanos, sobre todo cuando es necesario garantizar la calidad del líquido en nuestra capital y hacer eficiente las pocas plantas potabilizadoras existentes.
A través de ellas se debe eliminar altas concentraciones de fierro y manganeso debido a que por naturaleza se encuentran presentes en el agua que se extrae de los acuíferos ubicados en los Valles Centrales.
El agua limpia es esencial para todos los seres humanos y, al utilizar un sistema de purificación de agua, puedes asegurar que el agua de tu hogar sea siempre segura y sostenible. Aunque el acceso al agua potable debe ser un derecho humano básico, un número cada vez mayor de regiones se enfrenta a desafíos por la falta de recursos de agua potable.
Consumir agua que contiene bacterias y virus puede provocar graves problemas de salud y enfermedades como diarrea, cólera y disentería. El plomo, los pesticidas, las bacterias, los virus y muchos más compuestos y sustancias llegan al suministro de agua, de ahí se necesita impulsar sistemas de purificación de agua, pues limita el ingreso de estos agentes contaminantes.