Solución diferida y onerosa
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Opinión

Editorial

Solución diferida y onerosa

 


Según algunos que conocen a fondo el tema, la cuestión del manejo de la basura, antes del cierre del relleno sanitario ubicado en jurisdicción de la Villa de Zaachila, se debió a un mal arreglo político, sobre todo de parte del ayuntamiento de la capital. Sin embargo, el mal está hecho y, desde el 8 de octubre en que el citado lugar fue cerrado por presiones de autoridades y vecinos de la agencia Vicente Guerrero y colonias aledañas, el problema no ha sido resuelto del todo. Es cierto, la recolección de desechos no se ha interrumpido, pero no así con la falta de un predio para la instalación definitiva del relleno sanitario. Según datos conservadores, trasladar la basura a un relleno sanitario del que no se conoce su ubicación, a través de vehículos de motor denominados góndolas, cuyos operadores y trabajadores recogen los desechos en las márgenes del Río Atoyac, habría tenido un costo para las arcas municipales mayor a los 50 millones de pesos,

Luego de la toma de posesión del gobernador Salomón Jara el primero de diciembre de 2022, trascendió que la administración estatal habría de intervenir para buscar una solución negociada al conflicto de la basura. Pero no fue así. El problema persiste y, en la medida en que no se sigan buscando alternativas de solución, todo serán remedios menores para grandes males. Con lo invertido en el traslado de los residuos sólidos, ya se hubiera adquirido y tal vez equipado, el predio para usar como relleno sanitario. Desde este espacio y en las páginas de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, se ha ventilado la posibilidad que podrían hacer que la capital oaxaqueña tuviera un depósito de basura acorde a la tecnología más moderna en la materia. Obviamente, se requiere de una gran inversión que el gobierno municipal, cuya queja ha sido arrastrar deudas y miserias del pasado, no la tiene.

Desde hace tal vez dos meses en que nada se sabe de algunas gestiones o búsqueda del terreno aludido. Ahí deber haber negociación política, en la que el municipio por sí mismo está imposibilitado. De querer volver a lo mismo, construir un relleno sanitario a la antigüita, como el de Zaachila, obviamente a ningún particular de ninguna comunidad más o menos cercana a la capital le habrá de interesar. Si, por el contrario, se trata de un proyecto moderno, equipado con tecnología de punta y capaz de generar fuentes de empleo o alternativas energéticas, es seguro que muchos estarán interesados.

 

Normalistas: Cerrazón y sinrazón

 

La pregunta que muchos nos hacemos es: ¿quién o quiénes están detrás de los supuestos egresados del sistema de escuelas normales de la entidad, plantados en el Centro Histórico y trastocando la paz social? Hace poco más de una semana, el titular de la Secretaría de Gobierno, José de Jesús Romero López, develó una situación preocupante: la postura temeraria y desafiante ante las autoridades se explica si se parte de la premisa de que dicho bloque de supuestos normalistas está infiltrado por delincuentes. Sigue la toma cotidiana de camiones del servicio urbano; el plantón es las calles de Armenta y López, además de los ya cotidianos abusos y atropellos para la sociedad civil. El pasado lunes, en su conferencia de prensa, el gobernador Salomón Jara repitió lo que se sabe desde hace tiempo. Si bien es cierto que existen más de mil plazas docentes disponibles, la responsable de la contratación por ley, es la Secretaría de Educación Pública.

Los referidos normalistas –o sus asesores infiltrados- respondieron que ellos se mantendrán en plantón hasta tener las más de 800 plazas docentes que reclaman. Una pregunta es: ¿por qué no les aplica el gobierno estatal la misma dosis que les aplicó a las triquis de Lorena Merino y a los vecinos de Santiago Xiacuí? Es obvio que hay un miedo cerval para aplicar la ley. Por eso los insistentes llamados a la cordura y a conducirse conforme lo dispone la norma, que sólo llegan a oídos sordos y posturas cerradas. De nada han servido las protestas de comerciantes y empresarios del Centro Histórico ante las afectaciones económicas y al turismo que ha habido con el plantón de la sinrazón. Es la segunda estocada que reciben luego de casi tres años de pandemia.

No es difícil que el gobierno tenga en sus manos la lista de quienes pretenden desestabilizar la administración de Salomón Jara a través de estos vándalos. Tampoco desconocen en las esferas gubernamentales la forma tan ruin en la que los mismos son manipulados y movidos como títeres para tomar camiones, secuestrar vehículos de mercancías o atracar en casetas de peaje. Desde el año pasado, todavía en vigor el antiguo régimen se identificaron al menos tres titiriteros, pero tal parece que los mismos o sus familiares ya recibieron beneficios en la actual administración. Sin embargo, tal parece que siguen prevaricando: cobrando como mercenarios y pateando el pesebre jarista.