La transformación. Gobierno de imagen y palabras
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Opinión

La transformación. Gobierno de imagen y palabras

 


En este este periodo de gobierno es posible advertir que los postulados constitucionales, con el tiempo han sido transformados en un esqueleto sin carne que los cubra y propicie que camine en la ruta que marca nuestro documento básico que los armoniza cuando dispone que el pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno vinculado a que su voluntad determinó, originalmente, constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.

Esta afirmación parte de un hecho incontrovertible que nos muestra la realidad de la forma sui generis que ha implementado el actual gobierno denominado de la cuarta transformación como algo inentendible e intangible en cuanto a su materialidad, pero efectiva en su planteamiento, gobernar mediante la repetición cotidiana del discurso sobre unas cuantas acciones que siempre tienen el mismo sentido y alcance, la corrupción, conservadurismo, medios de comunicación vendidos, enemigos de “nosotros” .

El alma de este gobierno es eso, el discurso de una misma persona, la del presidente López Obrador, y su imagen sostenida, aun bajo una crítica que le achaca el abandono de la salud, seguridad, economía, el secuestro de las instituciones y de la imaginaria voluntad del pueblo con la restricción de sus derechos humanos que retroalimenta día con día; se gobierna con la palabra, la imagen permanentemente difundida, lo que a su vez le sostiene con alto porcentaje aun de popularidad.

No se necesita ser experto en encuestas de opinión, para saber que las que se hacen sobre su persona, implican la renovación de su figura, sus palabras y el resultado de estas atados a los comentarios en los medios que destrozan la palabra oficial, por la mañana, al mediodía, por la tarde y por la noche, tejido que acrecienta que el receptor tenga gran parte del día presente la figura presidencial, su discurso aun cuando sean huecos o incongruentes con las preguntas de algún periodista agresivo; este es un buen método para conservar la popularidad de su persona no de su corriente política.

Hoy que escribo esta colaboración me convenzo de lo afirmado y para ello, como muestra reciente vi y oí el video de la mañanera del viernes 10 en la parte que contestó diversas preguntas a una reportera de animal político. Se puede apreciar que los factores señalados, imagen, palabras y discurso son la forma de gobernar del presidente, mismas que le permiten permanecer vigente, como tal, en la mente de los oyentes, comentaristas y el pueblo en general.

En el video, el presidente refleja ese propósito publicitario electoral, en sus palabras, sus gestos bien estudiados corresponden a lo que contesta, irradiando enojo, cambia cuando se mofa de lo que le preguntan y que además elude con habilidad, no sé si con ayuda del telepromter o por propia iniciativa, para luego volver a una postura tranquila.

En esa mañera destaca como ante la pregunta acerca del espionaje por parte de Sedena a particulares, defensores de derechos humanos, le imprimió un sentido diverso a dicho tema, cuando dijo, que no era espionaje sino inteligencia para investigar al crimen organizado no para fines políticas como las que él había sufrido y de lo cual incluso exhibió un documento de los archivos en donde se informa de alguna de sus actividades en el pasado en Tabasco.

Arremetió contra la mayoría de los medios de comunicación, a los que alude invariablemente como corruptos al servicio de la corrupción y del conservadurismo del pasado que atribuye al Presidente Felipe Calderón y al Lic. Peña, así lo llamó que les pagaban a esos medios que hoy son enemigos de “nosotros” supongo los que gobiernan para el pueblo afirmó, agregando que mediante esa labor de inteligencia se supo anticipadamente de que el Secretario de Seguridad de la Ciudad de México iba a sufrir un atentado y se le sugirió usar vehículos blindados.

Cuando se le preguntó si podría ir el general Adumaro a explicar lo relativo a la base legal del espionaje y transparentar la compra del programa pegasus para ese efecto; magistralmente replicó que no, porqué los periodistas no ponían la agenda para tratar lo que les convenía para golpearlos a “nosotros”; que, al día siguiente daría a conocer cuánto dinero les pagaban a esos medios los anteriores gobiernos que explicaría esta actitud, pero mediante su área de comunicación se les haría llegar la información.

Indicó que tienen todos los medios para atacarlo que no hay objetividad profesionalidad sino se trata de una prensa vendida alquilada al servicio de los corruptos y que no la verdad y no tenían por qué hacerles el caldo gordo a ustedes, los medios vendidos; es un golpe para “afectarnos” El periodismo sirve a los ciudadanos, ustedes no están cerca del pueblo, sino al servicio de la oligarquía, son piezas claves de ese grupo corrupto que tanto daño a la nación que tiene que ver con el poder económico.

Cerro asegurando que también Estados Unidos también les da dinero a los medios que lo critican. Destaco que López Doriga, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Federico Arreola, Beatriz Pages, recibieron cantidades millonarias y que los jueces y ministros forman parte del grupo conservador por eso ampararon a Jacobito para que siga en el INE. Con todos estos argumentos evadió dar respuestas congruentes.

La respuesta de los medios será igual de agresiva y ello mantendrá la imagen del presidente en la mente de los mexicanos y a su vez conservará su popularidad.

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