Columna sin nombre
Una rosa blanca
Al menos un ramo de claveles…Olé.
El mapache guasón
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
Ese poema de José Martí debería sustituir el lenguaje de algunos gobernantes como forma de vida para lograr, en lo posible dentro de la política, un acercamiento con adversarios, neoliberales, fifís, periodistas y otros seres humanos.
En términos religiosos, y desde luego si se cree en ángeles y arcángeles, sería deseable que a todos los gobernantes los tocara en la mente y en el corazón con sus alas doradas, un arcángel de la paz, con el objeto de evitar rencillas y calificativos que polarizan a las poblaciones. Por supuesto, lo mismo para los delincuentes y crimen organizado. Claro, estamos en época mística cristiana, aunque esa forma de ser debe existir todo el tiempo, en tal forma que quizá, se eviten guerras, atropellos y calificativos desdeñosos que enfrentan a los hombres.
Mis mejores deseos para los delincuentes, esperando que cambien, también buenos deseos a nuestros gobernantes y para todo el Mundo a partir de hoy y para siempre.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.