Nuevos tiempos
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Opinión

Nuevos tiempos

 


En Oaxaca está próxima a iniciar de manera oficial la transición del Poder Ejecutivo Estatal de un gobierno emanado del Partido Revolucionario Institucional a uno conformado por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Los problemas de la entidad parecen ser los mismos, pobreza y marginación como arista derivada de la multidiversidad y distribución de su población. 

A nivel internacional el contexto está determinado por la polarización de las posiciones ideológicas, un ejemplo de ello, es la reciente elección intermedia en Estados Unidos, en la cual todavía no se terminan de contar los votos definitorios para conocer cuál de los dos partidos tendrá ventaja en el Senado. El resultado muestra la influencia que sigue teniendo Donald Trump en el Partido Republicano y el intento que hace Barack Obama del Partido Demócrata por motivar el voto razonado de la ciudadanía.

Recientemente en Brasil, las elecciones por la presidencia dieron como ganador por tercera ocasión a Luis Inácio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores, resultado que confirma el giro que Latinoamérica está dando hacia las izquierdas.

La crisis del modelo capitalista es un hecho innegable, los bloques económicos internacionales no han podido distribuir la riqueza resultante de las decisiones macroeconómicas y las democracias siguen generando sin sabores cuando se convierten en gobiernos.

Oaxaca puede tener ante sí, dos de los mejores años de su historia reciente, ocasionados por la coincidencia del mismo partido en los tres órdenes de gobierno y la cercanía que tiene el presidente López Obrador con la entidad. Con la aprobación del presupuesto 2023, se dio a conocer que la entidad recibirá 86 mil millones de pesos, 10 mil millones de pesos más que en el presente ejercicio y más del doble de lo que recibirá Yucatán, que se encuentra en el orden de los 41 mil 421 millones de pesos. Lo anterior, parece ser una gran noticia, pero el análisis detallado tiene como punto de llegada, el que gran parte del presupuesto destinado a las dependencias está orientado a pagar los salarios de la sobrepoblación burocrática, lo que prácticamente deja a las instituciones sin la capacidad de poder articular nuevos proyectos, salvo administrar los problemas recurrentes sin soluciones a largo plazo.

Sin lugar a dudas, habrá que tomar decisiones difíciles, pero será necesario articular mecanismos innovadores para hacer frente a los problemas y así evitar caer en lo mismo de siempre, patear el bote hasta que alguien le reviente, como es el caso lamentable de la basura, tema que devela que se requiere de colaboración interinstitucional, buenos perfiles de servidores públicos y definiciones políticas en función de proyectos técnicos serios y viables.