La elección de gobernador, una esperanza a renovar para el pueblo de Oaxaca
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La elección de gobernador, una esperanza a renovar para el pueblo de Oaxaca

 


Se aproxima la fecha en que se desarrollará la jornada electoral para que los ciudadanos oaxaqueños decidamos cuál de los seis aspirantes, mujeres y hombres que, bajo esquemas y tendencias políticas diversas aspiran a dirigir y orientar el destino del pueblo de Oaxaca, todos sustentados,  en ciertas frases rituales para lograrlo, como son la pobreza, la salud, educación y la de moda el bienestar, evento que se llevará a cabo, en un contexto de contradicciones ancestrales acentuadas.

El ciudadano oaxaqueño, no escapa a la escena nacional de confrontación que prevalece en el país impulsada desde el centro bajo el signo de divide y vencerás.  Esta cuestión, en Oaxaca se reproduce con menos intensidad, pues la influencia derivada de las políticas de apoyo a las comunidades por el gobierno federal, hace prevalecer la figura de Presidente López Obrador y lógicamente a la corriente política que encabeza, Morena, sobre una debilitada oposición representativa de membretes que, en periodos pasados fueron preponderantes.

Este panorama me permite pronosticar cuál de los candidatos será el que obtenga la presea para manejar los recursos y el destino de los y las oaxaqueños que, en los últimos, cuatro sexenios, han permanecido igual, lo digo no en sentido positivo, sino de la acumulación de rezagos y promesas incumplidas y el incremento del sofisticado esquema de desvío de recursos, apropiación y despojo de propiedades, y el manejo de toda esta estrategia, por colaboradores ajenos al estado, sin identificación ni mucho menos preocupación por la creciente problemática social, de justicia, política y económica del pueblo de Oaxaca.

Las inquietudes de la ciudadanía de las zonas urbanas del Estado de Oaxaca, que no comulga con las políticas nacionales del Presidente López Obrador, no alcanza para impactar el que el ingeniero Salomón Jara, sea el próximo gobernador electo, amén de que la debilidad de la oposición, no constituye una opción viable para ser competitiva, pues lo que tiene como efecto es dividir el voto para ellos, no al que prevalece  a favor la candidatura del ingeniero Salomón Jara.

Los candidatos en contienda son políticos que, de alguna manera, salvo excepciones, han transitado, en diversos partidos o corrientes, conocidos en sus aspectos negativos, sobre todo en actos de desapego a la ley, desvío de recursos, venta de candidaturas en sus partidos, mal uso de bienes del estado; sin embargo eso ha quedado atrás, no olvidado, dado que curiosamente no se hecho presente la publicidad negra, la que qué pone a flote las habilidades negativas de los aspirantes.

Hasta ahora, dada las estrategia de los coordinadores políticos de cada candidato, se conoce poco de las promesas, no compromisos, de estos, en lo que constitucionalmente son el quehacer de un gobernador, en los rubros de la administración pública, ni en los controles objetivos de su manejo que eviten, trato de empresas facturarás que,  me aseguran, dejan buenos millones a ciertos servidores públicos; tampoco ha anunciado que vayan a designar colaboradores oaxaqueños, no extraños que hacen lo suyo y se van como estamos viendo. Este último punto es relevante para ponderar los propósitos positivos del próximo gobernante.

La frase de “que quien dijo que en Oaxaca no se puede” espero que quien la hace como promesa le de contenido en la práctica durante el próximo gobierno; que sean oaxaqueños los que colaboren y entiendan la problemática de Oaxaca y aprovechen los recursos federales en programas efectivos de mejoramiento en salud, educación, seguridad, procuración y administración de justicia; que reconcilie a la población que le otorga la facultad de gobernarla. La renovación de la esperanza porque durante el próximo sexenio se mejoren las condiciones de vida de la población están puestas en el próximo gobernante, este tiene la responsabilidad de cumplirla.

Consideró como oaxaqueño que conoce a los candidatos que, el ganador debe tener como objetivo primordial, en este momento, mantener un estado de paz y tranquilidad para que la población pueda desarrollar, en ese ambiente, sus actividades de trabajo, productivas, de tránsito. La prevención en rubro de las policías es primordial, no militarizar el cargo, sino ponerlo en manos de quienes conocen esa materia y los medios de hacerla eficiente, no a improvisaciones a cargo de políticos que la desconocen.

Aunado a lo anterior, revisar y reformar la estructura de los aparatos de procuración y administración de justicia, incluyendo la justicia administrativa, pues requieren de una cirugía mayor. Ninguno de los candidatos se ha pronunciado al respecto y es necesario hacer una revisión exhaustiva sobre los recursos asignados para su funcionamiento, que fortalezca este rubro y reubique o desaparezca otras que no justifican el gasto con su productividad ni eficiencia.

El sistema de procuración y administración de justicia en todos sus rubros, no producen recursos económicos, pero  si sus servicios son óptimos y confiables, propician paz y tranquilidad a la población, cuantos estos órganos legitiman y garantizan en sus  decisiones lo que a cada quien corresponde. Una fiscalía autónoma como la instrumentada en el Estado de Nuevo León es un medio de atemperar la corrupción.

Que recuerde el próximo gobernador que, como oaxaqueño  la protesta que haga al tomar el cargo, conlleva el imperativo de hacer efectivo el apotegma del Benemérito Don Benito Juárez, “El Respeto al Derecho Ajeno”, como medio de garantizar  la prevalencia del Estado de Derecho.

 

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