Pinkett, Cruz y la bofetada
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Opinión

Pinkett, Cruz y la bofetada

 


En torno a la comentada bofetada durante los premios Oscar 2022, dos mujeres fueron utilizadas por un “comediante” para hacer reír a millones, pero muchos comentarios se redujeron a estar en favor o en contra, se centraron en sólo dos hombres sin ir a fondo sobre las conductas patriarcales.

La mofa, la burla a costa de la apariencia de una persona está tan naturalizada que no nos percatamos cuán violento es el acto y cuánto daño hace. Tiene nombre y se llama violencia estética. Y es siempre grave. Y más aún si esta persona está enferma, si es una mujer negra racializada recibiendo violencia en vivo y a todo color, enmarcada por millones de gargantas cómplices riéndose a su costa. La broma no justifica la violencia. Humillar no es humor.

La violencia estética, que deviene de la imposición hecha por un orden patriarcal, donde hombres poderosos han impuesto cánones de belleza, generalmente occidentalizados y que ensalzan la blanquitud, estuvo presente en ese evento y  está todo el tiempo en los medios, padecida en silencio por las mujeres a quienes las industrias creadas por hombres nos han mandatado qué cuerpos, qué medidas, qué colores de piel, que tipo y color de cabello u ojos, qué forma de cara o cuerpo son “perfectos”, cuáles “aceptables”. Cuáles, “feos”, susceptibles de burla.

Para entender la magnitud del daño es importante precisar que la violencia estética se fundamenta en cuatro formas principales de discriminación: el sexismo, el racismo, la gerontofobia y la gordofobia, las cuales describe de manera muy clara Esther Pineda en su libro Bellas para morir: estereotipos de género y violencia estética contra la mujer.

Hay que decidir dejar de reírnos de una persona por su aspecto físico, porque cuando hace daño, el humor es violencia si se usa para señalar a la gente que se desvía de la norma de los mandatos hegemónicos.

Es preciso seguir insistiendo en la cero tolerancia, ante la violencia contra las mujeres, incluyendo la violencia estética u otra forma de violencia que es la invisibilización, como hizo Chris Rock con la gran actriz Penélope Cruz, quien pese a poseer más nominaciones que su esposo Javier Bardem, el sexismo del comediante ni siquiera digna en mencionar por su nombre y además hace una broma misógina a costa de ella. 

Y luego Smith, el esposo de Pinkett se presenta como el “afectado”, como la víctima. Incluso usó el argumento del amor para excusar su inexcusable violencia física. Pero como dice Coral Herrera, amor y violencia no pueden ir en una misma frase y siempre habrá otras formas de resolver conflictos sin violencia.

Es imprescindible socializar que la violencia no es “natural”; es socialmente construida. Como lo señala Foucault, la violencia es una modalidad extrema de poder que implica abuso y negación de la libertad y en efecto, la ceremonia de los Oscar retrata una industria que además de poderosa es misógina y machista en un mundo patriarcal.

Afortunadamente, se sabe de acciones positivas en el ámbito escolar que buscan detectar y prevenir situaciones de acoso escolar, humillaciones o trastornos de salud mental relacionadas con la apariencia física. En Canarias la Dirección General de Juventud publicó la guía didáctica Violencia estética e imposición del ideal de la belleza, elaborada por la periodista y cineasta, investigadora y experta en género Nadia Martín.

Con base en el último informe de la UNESCO (2019), la apariencia física es la principal causa de acoso escolar y cómo la sufren con mayor presión las niñas y quienes no encajan en los mandatos de género y no se ajustan a los estereotipos de masculinidad y feminidad.

En la 90 edición de los premios de la Academia de Hollywood en 2018, hubo mujeres las protagonistas de reivindicaciones feministas del #MeToo, así que esperábamos que esa llamada colectiva marcara un antes y un después en la industria del cine. No fue así. En 2022 el machismo, el sexismo y la violencia vuelven a inundar la ceremonia. La invitación es a que pongamos un alto a toda la violencia. La violencia ni en broma. Dejemos de reírnos ya de chistes, sexistas, racistas, misóginos. Dejemos de ser cómplices de los bullys y de los perpetradores de violencia. 

Que nunca más un comediante, locutor, maestro, novio, esposo, hombre con poder se siente cobijado y arropado por un sistema para invisibilizar y violentar a mujeres, La violencia ni en broma.

Chris Rock, un “comediante” y el presentador de los premios Oscar 2022, utilizó a dos mujeres para hacer reír a millones.

ENTRE TEXTO

“La invitación es a que pongamos un alto a toda la violencia. La violencia ni en broma. Dejemos de reírnos ya de chistes, sexistas, racistas, misóginos. Dejemos de ser cómplices de los bullys y de los perpetradores de violencia”


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