Orgullosamente naciones
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Opinión

Orgullosamente naciones

 


Somos futuro: estamos seguros que la sociedad occidental va colapsar, producto de sus propias contradicciones, su ruta es la destrucción, su producto es el vacío, la nada.

Nosotros aparecemos como alternativa, somos una civilización con sólidos valores y principios, somos el fin de la historia, somos los nuevos sujetos de la historia, Somos la síntesis de las contradicciones de la cultura capitalista. En el capitalismo todo lo que es sólido se desvanece en el aire.

Desde el México Profundo resurgiremos para desvanecer este México imaginario, ficticio, construido sobre bases falsas. Hemos sido un México de opinión, debemos ser un México de cultura sedimentada en nuestras raíces.

Los zapotecos de la alta serranía del Estado de Oaxaca México cantan y entonan a través de  sus bandas su propio himno que constituye una síntesis de lo escrito:

Nosotros los serranos

de firmes convicciones

de leales corazones

sin duda ni temor;

tenemos cual tenemos

por ley nuestros derechos

vivimos satisfechos

sin duda ni temor

 

Amamos nuestros bosques

de cumbres elevadas

altivas y enclavadas

allá en la inmensidad

 

Amamos nuestros montes

pero con más anhelo

con más ardiente celo

la hermosa libertad

 

No importa cual torrente

nos lance la metralla

tenemos cual muralla

valor y dignidad

 

Amamos nuestros montes

cubriendo nuestros lares

la herencia del gran Juárez

la hermosa libertad

 

Pero si viento adverso

nos sopla despiadado

entonces coronado

con luces de arrebol

 

La frente levantada

el Máuser en la mano

el último serrano

caerá mirando el sol.

Somos nación: mucha gente suele llamarnos  población, poblado, grupo, etnia, tribu, no por ignorancia, sino por estrategia política, para minimizarnos, inferiorizarnos, actitud propia de los gobernantes, temen reconocer que somos una nación compuesta de pueblos, incluso, estos pueblos se definen a sí mismos como naciones. Cierto es que los occidentales le temen a las palabras. Ha llegado tanto el temor de reconocernos como nación-pueblo, que el gobierno de Oaxaca, México, nos reconoció primero por nuestras  lenguas, antes que por nuestros pueblos.

Somos nación-pueblo porque al levantarnos en la madrugada en la comunidad, siempre nos topamos con una cara sonriente y solidaria que nos dice: soy tu hermano, soy de los tuyos, somos los de aquí, los de allá son los otros, son los opresores, son los que te niegan tus derechos. 

Los hombres de entendimiento dicen que el concepto nación – pueblo denota una asociación política, los asociados son seres humanos que ocupan un territorio, tienen una historia común, gozan de una identidad  y se rigen por normas jurídicas, políticas, sociales, económicas y culturales acordadas por la propia nación –  pueblo.

Quiero destacar el hecho de que seamos una asociación política porque nos asociamos para vivir comúnmente, para no destruirnos, para conservarnos. Esta politicidad de nuestra  asociación implica que no somos una simple asociación de necesidades sino de acción y de organización política, no somos sociología o antropología, sino política. Sociólogos y antropólogos nos acercan más a la tribu. La politología nos acerca más al Estado. Nuestros antepasados llamaban a esta asociación política Altépetl.

Somos nación-pueblo porque tenemos una enorme voluntad para serlo y seguir siéndolo, así llueva, truene o relampaguee. A esta nación-pueblo le llamo Quinto Sol, compuesto por pueblos y a la vez estos pueblos se organizan en comunidades o en Altéptl.