Mezcaleros: ¿Fin de la disputa?
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Editorial

Mezcaleros: ¿Fin de la disputa?

 


El mezcal, aunque ahora se dispute la denominación de origen con otras entidades del país, ha sido para los oaxaqueños nuestra ancestral bebida. Hace décadas era sólo para el consumo local. Era la favorita de las personas de bajos recursos y se vendía en cualquier miscelánea o tienda de pueblo. Es más, para muchos, era sinónimo de bebida de baja estofa, hasta que se fue convirtiendo en lo que es hoy en día: una bebida digna de los paladares más exigentes, en materia de consumo con contenido alcohólico. En Oaxaca, hay sitios de hospedaje en donde una copa de mezcal, cuesta más de 750 pesos. Es, como si estuviéramos en Europa y no en el lugar en donde se producen millones de litros al año, de las distintas variedades de agave. Ir a cualquier antro o cantina local y pedir mezcal, es estar dispuesto a pagar como si fuera un trago del whisky más caro.

Uno de los factores para el éxito de los productores del destilado y abrirles el mercado internacional, es el proceso de certificación, el cual se realiza a través del llamado Consejo Regulador de la Calidad del Mezcal (Comercam o CRM), un organismo que aglutina a dichos productores, además de tener el reconocimiento de la Secretaría de Economía del gobierno federal, en todo lo que concierne a denominación de origen, patentes y marcas. Durante 9 años dirigió dicho organismo, Hipócrates Nolasco, doctor en Química. Tres veces fue reelegido y, como en todo, tuvo aliados y detractores. Pese a ello, el CRM o Comercam tuvo importantes logros en materia de posicionamiento frente a bebidas de agave, como el tequila, que estaban más consolidadas en el mercado.

Ante la posibilidad de una cuarta reelección, grupos antagónicos, con intereses bien definidos se enfrascaron en una disputa por el control del Consejo. El grupo mayoritario aprobó la elección de Abelino Cohetero Villegas; el minoritario, la de Juanito Martínez. Desde hace meses, la Secretaría de Economía no había podido reconocer ni a una ni a otra, hasta el jueves 15 de julio en que validó la que encabeza Cohetero Villegas, con lo que ahora sí, el CRM o Comercam, podrá cumplir sus funciones, una de ellas validar el producto de exportación. Se sabe que en las bodegas de las aduanas se encuentran retenidos millones de litros de mezcal para el mercado europeo y asiático. Dicha disputa había empezado a ocasionar daños colaterales, como el cierre de carreteras y bloqueos al Aeropuerto, por parte de los seguidores de Cohetero Villegas. 

Chantaje bien aprendido

La semana pasada, habitantes de Santiago Textitlán, privaron de la libertad a 20 elementos de la Guardia Nacional, 10 policías estatales, 5 de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), 5 agentes del Ministerio Público y 5 peritos y los mantuvieron retenidos hasta el tanto tuvieran, así lo dijeron, una respuesta favorable de la Secretaría General de Gobierno, respecto al conflicto añejo que libran con Santiago Xochiltepec, quienes se encontraban realizando labores de investigación sobre hechos recientes en dicha zona. Es importante subrayar que, según la SEGEGO, se han realizado varias reuniones entre vecinos de la cabecera municipal, Textitlán, con sus agencias, una de ellas, Xochiltepec. Todo encaminado a restablecer las condiciones de paz en una zona caracterizada por las vendettas, las emboscadas y los asesinatos.  

Sin embargo, como siempre lo hemos dicho, hay grupos y organizaciones que manipulan a la población, sólo así se explica que hayan tomado estas medidas calificadas como secuestro, lo que implica la comisión de un delito, más cuando las víctimas son servidores públicos que cumplen una función ante la sociedad. Se trata, del eterno conflicto entre la cabecera municipal y las agencias, por el reparto del presupuesto. Muchas veces los ediles ignoran las demandas de las agencias municipales y de policía, aun cuando los recursos de las participaciones municipales ya están debidamente, etiquetadas. He ahí que actitudes como ésta, de retener a elementos de la GN o de corporaciones policíacas debe verse bajo otra perspectiva, no con la complaciente mirada de que se trata de un hecho aislado o de inmediato montar mesas de diálogo a los rijosos y violentos.

Hace poco más de un mes, por la misma zona de la Sierra Sur, una patrulla de la Policía Estatal fue baleada. La delincuencia está desatada y a nadie pretenden sorprender con el argumento de que cuidan sus cultivos, sí, pero de estupefacientes. Todo mundo recuerda la masacre de 26 personas, en mayo de 2001 en el paraje “Agua Fría”, perteneciente a Santiago Textitlán, cuando las víctimas, trabajadores de un aserradero, viajaban en la caja de un camión de volteo, fueron arrojados al suelo y ahí fueron cosidos a balazos, de armas de grueso calibre. Hay pues, todo un historial de hechos violentos, sin soslayar la cadena de muertes que han sido los conflictos agrarios en otras comunidades vecinas como Santiago Amoltepec, San Lorenzo Texmelucan, Santa María Zaniza o San Mateo Yucutindoo.