6 de junio: la patraña de Morena de que regresaríamos a los tiempos del PRI
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

6 de junio: la patraña de Morena de que regresaríamos a los tiempos del PRI

 


Martín Moreno-Durán/SINEMBARGO

Una de las patrañas que los propagandistas de la 4T y AMLO han divulgado en las últimas semanas es reducir la estratégica elección del 6 de junio a un sólo riesgo: si no votan por Morena, equivale a regresar a los tiempos del PRI. Esa es una mentira rotunda y comprobable. Es un intento de manipulación morenista que no nos debemos tragar por una serie de razones de fondo que aquí presentamos.
¿Cuáles son esas razones para desnudar otra mentira más del régimen obradorista, que ha soltado el embuste de que estamos en camino de regresar a los tiempos del priismo absoluto si no se vota por los candidatos de Morena– impresentables muchos de ellos: violadores, acosadores, ligados al narco, etc.- en la cada vez más cercana y clave elección intermedia?
Van las razones:
PRI CONTROLADO. El PRI de la actualidad ya no es el mismo de décadas pasadas. Ni de lejos. Ha sido debilitado por el voto ciudadano ante los malos gobiernos y, por tanto, a golpe de votos, se le ha restado fuerza político-electoral. Se le sometió. Por lo tanto, pretender hacer creer al votante que regresaríamos al poderoso PRI de los años setenta, ochenta y noventa, si obtiene abundante votación el 6 de junio, refleja ignorancia, mala fe y no entender un ápice de historia política. ¡Uy, ahí viene el PRI de nuevo!, es el sustito que se nos quiere imbuir para el día de las elecciones. No, señores: ese PRI poderoso y avasallador ya lo controlamos con nuestros votos de castigo en 2015 y 2018, y ya no tiene forma de regresar todopoderoso aunque, hoy por hoy, se ha convertido en una opción opositora viable.
DEMOCRACIA CIRCULAR. Ocurre en las grandes democracias: si en Estados Unidos el Partido Demócrata hace un mal Gobierno, los votantes lo castigan en las urnas. Si el Partido Republicano hace un mal Gobierno, también lo castigan en las urnas. Un ejemplo claro fue la última elección presidencial: Trump fue echado de la Casa Blanca porque la mayoría consideró que su desempeño fue negativo. Y se acabó. No le demos tantas vueltas. En el Reino Unido, si el Partido Conservador gobierna mal, se le castiga con votos. Y lo mismo ocurre con el Partido Laborista. En México, se sancionó al PAN en la intermedia de 2009 y en la presidencial del 2012 porque la mayoría no estuvo de acuerdo con su forma de gobernar. Se castigó al PRI duramente en las elecciones en 2018 porque su Gobierno no convenció. Punto. Y el 6 de junio próximo seguramente habrá un fuerte voto de castigo en las urnas contra Morena porque el Gobierno de López Obrador – economía, pandemia, salud, seguridad, educación, etc.- ha sido un desastre. La democracia es circular: de vuelta completa y de castigo infaltable para todos los partidos y gobiernos, sin excepción, cuando dan malos resultados. Cuando el PAN abusó, se le castigó. Cuando el PRI abusó, se le volvió a castigar. 2021 no será la excepción con Morena y su régimen fallido, a pesar del grosero intervencionismo de AMLO en la elección de NL, que finalmente perderá.
DEMOCRACIA PERFECTIBLE. La democracia está en constante transformación, y no es perfecta, pero sí perfectible. En cada elección hay una depuración de prácticas nocivas de gobernar contra aquellos partidos, gobernantes o corrientes políticas con las cuales el electorado se siente defraudado o engañado, y una forma de hacer más eficiente la democracia común es, precisamente, ir desechando, en cada elección, lo que no funciona, y premiar lo que sí funciona. Lograr una democracia no perfecta, aunque sí menos dañina.
VOTO DE CASTIGO. Es la herramienta más poderosa del ciudadano. Así como se ha castigado al PAN y al PRI, también se castigará a Morena porque ningún partido, ni Presidente alguno, ni sistema político aguantan lo que hoy está ocurriendo en México: una crisis económica que sigue empobreciendo a millones en sólo dos años y medio de administración socialista de la 4T. Ningún partido ni ningún Presidente aguantan una crisis económica en las urnas. La historia así nos lo enseña.
VOTO CONDICIONADO. Si el PRI y el PAN – mediante la alianza electoral denominada “Va por México”-, obtienen alta votación el próximo 6 de junio, ganando la mayoría en la Cámara de Diputados y alrededor de entre ocho y 10 gubernaturas, y gobiernan mal de aquí a las presidenciales del 2024, se les volvería a castigar. El voto no es eterno. El voto es caprichoso, pero justo: si gobiernas mal, te castigo en las urnas. El voto manda.