Género y sustentabilidad
De acuerdo con la ONU, hablar de sustentabilidad o sostenibilidad, hace referencia a un tipo de desarrollo que satisfaga las necesidades de las generaciones actuales, sin comprometer los recursos y oportunidades para el desarrollo de las generaciones futuras, concepto que implica el equilibrio entre el modelo económico, la preservación del medio ambiente y el bienestar social.
La hoja de ruta que conduce a los gobiernos a restaurar ese sano equilibrio es la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que no por nada establece en el Objetivo 5, que poner fin a todas las formas de discriminación contra niñas y mujeres, no es sólo un derecho humano básico, sino un asunto crucial para el desarrollo sostenible.
Y sin embargo, las cifras globales aún nos plantean los grandes retos a combatir: Hoy las mujeres ganamos solo 77 centavos por cada dólar que ganan los hombres haciendo el mismo trabajo; 1 de cada 3 mujeres ha experimentado violencia física y/ó sexual; las mujeres sólo representamos el 13% de las titularidades de las tierras; 750 millones de mujeres y niñas hoy vivas fueron forzadas a casarse antes de los 18 años.
Además, todavía falta que un tercio de los países alcance la paridad de género en la educación primaria; así como el hacer realidad la paridad política, reto que hasta ahora ningún país ha completado, y que se calcula que al ritmo que vamos, pueda completarse hasta dentro de 175 años. De seguir así ni nuestras hijas ni nuestras nietas verían este objetivo cumplido.
Este último punto es clave, tomando en cuenta que cuando hablamos de paridad política nos referimos al 50-50 en las mesas de toma de decisiones, gubernamentales, académicas, de los organismos internacionales y de sector privado también. No sólo porque es lo justo, sino porque es conveniente para la sustentabilidad del mundo.
Les pongo un ejemplo. Hablando de medio ambiente, Naciones Unidas afirma que si bien, hoy por hoy son las mujeres jóvenes quienes lideran las acciones contra el cambio climático tanto en las comunidades (como guardianas de los recursos naturales) como en las urbes (promoviendo planes de movilidad sustentables y con perspectiva de género), el 67% de los puestos de toma de decisión relacionados al cambio climático y medio ambiente, están ocupados por hombres. ¿Qué pasaría si ellas, quienes hoy luchan desde el anonimato haciendo acciones congruentes a favor del medio ambiente, tuvieran capacidad de decidir?
De manera que lo paradójico del panorama actual en cifras globales, injusto para las mujeres, es que son ellas, autónomas, libres y empoderadas, quienes pueden acercarnos más al logro de los objetivos que la Agenda 2030, hacia un futuro sustentable para todas y todos.
