Y tú, ¿Qué esperas?
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Opinión

Y tú, ¿Qué esperas?

 


Y tú, ¿Qué esperas?

Pongamos fin al acoso

 

Como dice la experta Valeria López Vela “sabemos que la violencia de género es progresiva. Las palabras que comienzan siendo dulces e inocentes terminan por ser un instrumento para subyugar y cosificar a las mujeres”.  Y es que una de las conductas más normalizadas por la sociedad patriarcal ha sido el acoso y hostigamiento sexual, que no es sino otra manifestación de la discriminación de género y una forma de violencia contra las mujeres, que se da en el espacio público, sea la calle, las aulas, las oficinas, los parques, los comercios, el transporte público.

El acoso sexual representa una forma de dominación mediante palabras y expresiones físicas, que genera en la víctima sentimientos de angustia, miedo, humillación e incomodidad, y por tanto limita su cotidianeidad, y sus oportunidades de desarrollo, al inducir deserción escolar, severo estrés laboral y depresión. Por esto es tan importante llamar a las cosas por su nombre: los “piropos”, las miradas lascivas, los chiflidos, y aún más, los acorralamientos, manoseos u otro tipo de tocamientos de tipo sexual, las fotografías a escondidas, el exhibicionismo sexual, las amenazas de perder una calificación o un trabajo si no realiza cierta conducta con connotación sexual son actos de violencia sexual. No solo las violaciones. Digámoslo claro.

En el mundo se estima que 3 de cada 4 mujeres han sufrido un episodio de acoso u hostigamiento sexual en su vida. En Oaxaca, se estima que al menos 2 de cada 10 mujeres han sido víctimas de acoso callejero, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), publicada a inicios de 2020. Asimismo, en 2020 la Unidad de Atención a Mujeres en Situación de Violencia, del Centro de Atención Integral PAIMEF-SMO, registró un incremento del 8% en casos de acoso con respecto a 2019. Esto es sumamente grave considerando que quien es capaz de acosar sexualmente está a pocos pasos de cometer violación, una forma de violencia feminicida.

Ante este panorama, en el marco del segundo “Día Naranja” del 2021, el Gobierno de Oaxaca a través de la Secretaría de las Mujeres, la Secretaría de Seguridad Pública, la Corporación Oaxaqueña de Radio y TV, así como la Coordinación de Comunicación Social, ha impulsado la campaña de prevención y concientización sobre el acoso “Y tú, ¿Qué esperas?”, con el objetivo de prevenir y erradicar este tipo de violencia, que afecta a todas las mujeres, pero sobre todo a las más jóvenes, siendo los 16 a los 24 años el grupo más acosado y hostigado. Esta campaña es que refleja situaciones cotidianas con quienes hombres y mujeres pueden identificarse. Además, los contenidos serán traducidos al zapoteco del Istmo, del valle, el mazateco, el mixe, el chimalteco, etc.

Con esta campaña, buscamos atacar las raíces socioculturales de estas conductas, a través de contenidos que ayudan a los hombres a identificar el acoso, generando conciencia, empoderando a las mujeres para denunciar y pedir ayuda, y promoviendo masculinidades positivas basadas en el respeto entre los sexos, pues aunque el acoso sexual ya es un delito tipificado, la realidad es que la mayoría de las veces no se denuncia, lo que contribuye a que las incidencias queden en la impunidad.

Durante la presentación de la campaña, la Dra. Valeria López Vela, investigadora y catedrática del CIDE, dio una conferencia magistral en la que explicó que a nivel mundial 3 de cada 4 mujeres, es decir el 75%, hemos sufrido acoso sexual del alguna u otra forma. Nos hemos acostumbrado a vivir con miedo, a vestirnos para no provocar, a desear pasar desapercibidas con tal de no ser agredidas, y restringir horarios y rutas para no exponernos al miedo de ser acosadas. Pero esto no es vivir. López Vela nos recordó un principio fundamental expresado en las letras de la gran Nina Simone “La libertad es no tener miedo”.

Por eso es tan importante que mujeres y hombres pongamos un alto al acoso sexual, los hombres reeducándose y tomando conciencia de los daños que causan esas conductas violentas hacia las mujeres y acabando con el acoso. Las personas que atestiguan el acoso, hombres o mujeres, sabiendo que pueden intervenir, interviniendo para romper la dinámica al momento, y no permanecer indiferentes. Hay que apoyar a la víctima. A su vez, las mujeres conociendo sus derechos, alzando la voz y denunciando el acoso. No sólo se trata de “no hacer” y “no dejarse hacer”, se trata de que haya un rotundo rechazo social, si nos toca ser testigos, no seamos cómplices, ayudemos a las víctimas, porque hoy puede ser alguien que no conocemos, pero mañana puede ser una hija, una amiga, una esposa, así que tú, mejor, no esperes para actuar.