El culto a Juárez
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Opinión

El culto a Juárez

 


Está a punto de terminar el Mes de la Patria y con él se van los huracanes, el verano y llega el otoño por los días 22 o 23 del mes, acompañado de los fríos y la desaparición de las lluvias, las que popularmente deben terminar con el Cordonazo de san Francisco el  día 4 de octubre si la memoria no me falla.

Al momento de escribir estas líneas, no se conoce de alguna celebración del Grito de Independencia, en la plaza pública de alguno de nuestros 570 municipios de nuestra Entidad.

En el caso de nuestra ciudad capital, como estaba anunciado, tampoco dimos el Grito, y todo  ha vuelto a la nueva normalidad.

Tradicionalmente, en las embajadas y consulados de México en el Mundo, tampoco se celebraba la tradicional fiesta con lo cual el erario federal se debió ahorrar algunos cientos de millones de pesos, que están haciendo falta en otras áreas de la administración, como hospitales y auxilio al desempleo.

Son mis mejores deseos.

Como ya he comentado en este mismo espacio, el 15 de septiembre fue el aniversario del natalicio de Porfirio Díaz Mori, “Nuestro Porfirio” como le llamaba el propio presidente Benito Juárez antes del rompimiento entre ambos, pero además ese día 15, según el santoral católico, es celebrado san Porfirio, doble partida pues para llevar el Grito al día 15.

Se me viene a la memoria la causa del rompimiento de Díaz y Juárez, que fue al triunfo de la República y la llegada de Benito Juárez a la Ciudad de México y hacer su entrada triunfal.

Resulta que Porfirio Díaz era el jefe del cuerpo de Ejército en la Ciudad de México, y presentó alrededor de 30 mil hombres uniformados, abastecidos y con su paga al corriente, cosa poco común en aquellos años y, lógicamente, Díaz esperaba subir al carruaje de don Benito Juárez a su llegada a la Ciudad Capital llena de arcos de triunfo, pero resaltó que Juárez no le permitió acompañarlo y el jefe de la guarnición tuvo que entrar en el tercer carruaje y en ese momento, a juicio de algunos historiadores, se dio el rompimiento entre ambos oaxaqueños.

Quizá, digo yo, Juárez ya veía venir a Porfirio con fuerza como aspirante a la Presidencia de la República, de la cual solo lo pudo separar la muerte.

Por otro lado, debemos recordar que Porfirio Díaz, durante su época de presidente, inauguró el Culto a Juárez, sobre todo con la inauguración del Monumento en la Avenida que lleva el nombre del patricio en la Ciudad de México, precisamente en la Alameda Central.

Además de muchos otros actos, encontramos que la estatua de Juárez en el Cerro del Fortín, fue ordenada y traída a Oaxaca por órdenes de Porfirio Díaz.

“Cosa veredes, Sancho”

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.