Llegaron las lluvias
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Opinión

Llegaron las lluvias

 


Estamos en verano, lo que quiere decir temporada de lluvias.

Desde luego en primavera no faltaron los “aguaceros de mayo”, y recuerdo aquel puntual del 1 de mayo que a mi juicio fue el más fuerte en los Valles Centrales; no faltó el del 10 de mayo y otros, pero ninguno tan dañino como el que se presentó el pasado lunes 6 de julio, en la ciudad y zonas conurbadas de Oaxaca de Juárez. 

Lo más destacable fue la caída de una veintena de árboles, lo que para mí fue muy triste, tanto por los daños causados como sobre todo por la pérdida de viejos y conocidos amigos vegetales.

Les llamo amigos, ya que a muchos de ellos los veía diariamente en mis recorridos por la ciudad, antes del confinamiento, y comentaba con quienes me acompañaban de la situación peligrosa de algunos, fundamentalmente por su inclinación y falta de verticalidad.

Voy a echar de menos a uno en especial, que se situaba en la Calzada Madero, precisamente a la salida de la calle de Miguel Negrete, justo para dar vuelta a la derecha, al oriente pues, y llegar al Jardín Morelos para entrar a la primera calle de independencia; ese árbol incluso dio nombre a un hotel, El Hotel del Árbol, y de hecho lo veía diariamente para dirigirme a mi oficina.

La desaparición de tantos árboles, quizás, pudo haberse evitado, aunque hay que decir que son decenas los que están en peligro y sería necesaria una legión de jardineros para podarlos y hacerlos menos vulnerables.

Sin embargo, si yo un simple ciudadano particular notaba el riesgo de algunos, con la advertencia del lunes pasado, es necesario que la autoridad haga por simple observación, un inventario de estos árboles en peligro y proceda, uno por uno, con el tiempo necesario y quizás con una sola cuadrilla, a podarlos y en su caso eliminar la inclinación francamente aserrando la parte peligrosa, con el objeto, en el futuro de evitar daños en estas temporadas, y se logre evitar daños como a los automóviles a los que les cayó encima todo el peso del árbol y les causó pérdida total.

No sé a ciencia cierta si en los seguros de automóvil se cubre este riesgo, pero lo dudo.

Así las cosas, espero que las próximas trombas de esta temporada de huracanes no causen daños materiales.

A pesar de todo, hay que decirlo, estas manifestaciones de la naturaleza son benéficas, en el corto plazo para la agricultura, como para el lleno de nuestros mantos friáticos y presas, para ser utilizada esa agua la próxima temporada de secas.

 

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.

 


aa

 

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