La pandemia del abuso policial municipal en Oaxaca
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La pandemia del abuso policial municipal en Oaxaca

 


Por: Eduardo Castillo Cruz

No solo ha sido la policía de Acatlán de Pérez Figueroa y San PabIo Huitzo. Hay 120 quejas presentadas ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca contra policías de diferentes municipios.

Los municipios que registran la mayor incidencia de quejas contra sus elementos policiales en el primer semestre de este año son: Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, Santa Lucía del Camino y Ciudad Ixtepec.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado en el párrafo 37 de su Resolución 1/2020 (Pandemia y Derechos Humanos en las Américas), la siguiente obligación que deben cumplir los Estados:

“Garantizar que no se realicen detenciones arbitrarias durante la vigencia de estados de emergencia o restricciones a la circulación de las personas, y que toda detención cuente con el debido control judicial, de conformidad con los estándares”.

El siguiente caso de detención arbitraria y uso desproporcionado de la fuerza, sucedió la noche del diez de mayo de dos mil veinte, en la región del Istmo, en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, para ser específico.

Eran aproximadamente las nueve horas con cincuenta minutos, cuando un ciudadano de la tercera edad (denunciante) regresaba de Juchitán. Luego de pasar la caseta de cobro en Ixtepec, se impactó contra la parte posterior del autobús con número económico 60 de la empresa FYPSA (“me distraje al guardar el cambio en mi cartera después de haber pagado en la caseta”).

La portezuela del coche compacto que manejaba fue la que presentó mayor daño, sin que nadie haya sufrido lesión alguna. Se detuvo, pero como vio que el autobús siguió su marcha decidió pedir ayuda en el Campus Universitario que se encuentra a menos de un kilómetro.

Ahí los guardias le abrieron la reja y le permitieron estacionar su vehículo, lugar hasta donde, minutos después, llegó quién se identificó como chofer de FYPSA y reclamó el daño ocasionado. Sin negarse al diálogo salió del Campus Universitario para arreglar el incidente.

Al no contar con seguro de daños le preguntó al chofer sobre el costo de la reparación del daño menor que el autobús presentaba en el costado y parte posterior izquierdo.

Un leve “rozón”. Sin embargo, el chofer exigió la cantidad de veinte mil pesos. Al considerarla exagerada le pidió que fuera consciente, pero el chofer se negó al sentirse protegido por la policía municipal de Ixtepec y por una persona que dijo ser periodista, a quien le permitieron tomar imágenes sin ninguna limitación.

Si dar intervención a la policía de tránsito o vialidad, elementos de la policía municipal de Ciudad Ixtepec, tres hombres y una mujer, señalaron que como tenía aliento alcohólico se lo tenían que llevar a los separos. Situación que nunca fue confirmada o descartada, porque a pesar de que le cobraron setecientos pesos, nunca le practicaron una prueba de alcohol.

Un supuesto periodista con ánimos de extorsionar, un chofer envalentonado y unos policías molestos porque el señor de la tercera edad no aceptaba pagar todo lo que le exigían, lo acorralaron mientras una mujer policía le ponía esposas como si se tratara de un reo en fuga.

Sin importa que le lastimaran las muñecas y sin consideración de la disminución de movilidad que padece en una de sus piernas, con uso de fuerza desmedida, de forma arbitraria lo sometieron, lo inmovilizaron y lo subieron a la batea de una camioneta patrulla, como si se tratara de un delincuente altamente peligroso.

“Me sentí indefenso, impotente, porque soy una persona de buena fe que confía en la honestidad y bondad de las personas”.

Ya en la comandancia, “no hay más que hablar”, le dijeron. Sin informe, sin peritaje, sin acta, ni documento que hiciera constar la privación material de su libertad, a tanto ruego aceptaron 15 mil pesos, como pago del daño reclamado. Los únicos que el señor de la tercera edad pudo conseguir en ese momento, sin dejar pasar el cobro de setecientos pesos, por lo que llamaron “servicio médico”, aun cuando nunca hubo tal.

“Pude vivir en carne propia la arbitrariedad de la policía municipal de Ciudad Ixtepec que actuó como cobrador del chofer y del que se dijo periodista. Se les olvidó que su obligación es brindar seguridad y protección a la ciudadanía”.

SERVICIOS JURÍDICOS

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Twitter: @Edu4rdoCastillo

Facebook: Eduardo Castillo Cruz

*Presidente del Foro Permanente de Abogados A.C.