Acción por la salud de las mujeres
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Opinión

Acción por la salud de las mujeres

 


El pasado 28 de mayo se conmemoró el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, una fecha imprescindible para garantizar plenamente su derecho a la salud, particularmente el acceso a la información de sus derechos y servicios de salud reproductiva y sexual. Aunque es algo básico que en el siglo XXI los gobiernos del mundo deberían tener cubierto, cuesta creer que aún hay resistencias y lagunas que obstaculizan a millones de mujeres la apropiación de sus cuerpos y proyectos de vida, frente a costumbres y pensamientos arcaicos.

Resulta paradójico que las mujeres tengamos mayoritariamente con las tareas de cuidados, un 76% en América Latina, y sin embargo, muchísimas no cuenten la conciencia de que cuidar de ellas mismas debe ser una prioridad.

Debemos hacer que el autocuidado en la salud de las mujeres, el poder decidir libre y responsablemente acerca de su vida sexual y reproductiva, así como que  contar siempre con las medidas de prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, se conviertan en prácticas habituales y no solo derechos en el papel.

La educación juega un papel trascendental para que las mujeres conozcan su cuerpo, cómo cuidarlo y disfrutarlo plena y responsablemente. Sin embargo, en sociedades como la nuestra donde los estereotipos de género aún le niegan a las mujeres, de muchas formas simbólicas, el derecho a tomar sus propias decisiones y a sentir placer, hablar de sexualidad todavía es un tabú, del que se derivan múltiples problemáticas colaterales.

Sólo mencionar que el cáncer cervicouterino es la segunda causa de muerte de las mujeres en nuestro país, derivado en la mayoría de los casos de alguno de los muchas cepas del virus de papiloma humano (VPH), de ahí que las citas conel o la ginecóloga deban ser periódicas, desde que las niñas comienzan a menstruar y más aún a partir de llevar una vida sexual activa.

Otra problemática derivada son los embarazos adolescentes. Desde hace años ya, México ocupa el primer lugar en este rubro entre los países de la OCDE y Oaxaca el tercero a nivel nacional. Como ya lo hemos comentado en otras ediciones, esta situación no sólo corta el desarrollo de las jóvenes, sino que las ancla a ciclos de violencia y de pobreza.

Con el propósito de abrir un diálogo franco con especialistas en la materia, desde la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca organizamos el conversatorio “Mujeres, sexualidad y salud”, contando con las participaciones de la Mtra. Lorena Brena, de la Dra. Mónica García, y del Dr. Mario Galindo, quien además de compartirnos datos duros que las mujeres debemos tener presentes para tomar decisiones, generosamente donó estudios de Papanicolau y descuentos.

La respuesta de la audiencia fue muy nutrida y por supuesto que nos motiva a generar más contenidos en estos temas, porque hay mucho de qué hablar. Además de las medidas preventivas como el uso de preservativos en mujeres y en hombres, la realización anual del papanicolau en mujeres con vida sexual activa, y de la mastografía a partir de los cuarenta años; también está el tema de la auto exploración para disfrutar del placer sexual, porque cuando hablamos de salud sexual no sólo nos referimos a la falta de enfermedad, sino a un estado de bienestar en el sentido mucho más amplio que lo erótico, en el que la persona toma sus propias decisiones para gozar de una sexualidad placentera. Y para ello debe empezar por conocerse mejor.

Y por supuesto, me quedaría corta al hablar de derechos sexuales y reproductivos sin mencionar la importancia de la reciente aprobación de la Interrupción Legal del Embarazo en nuestro estado, que garantiza el derecho a decidir de las oaxaqueñas por maternidades deseadas, libres y consensuadas. Pero que desde luego implica sin duda una política amplia de promoción de derechos y prevención de la violencia de pareja y de embarazos no deseados, particularmente entre adolescentes, así como la erradicación de la grave violación de derechos que implican los matrimonios forzados y violaciones de niñas que hacen que se conviertan en madres siendo aún niñas.  Hace falta seguir hablando de estos temas desde un enfoque de derechos humanos y perspectiva de género e interculturalidad, que contribuyan a quitar los velos que generan la controversia y dificultan la aplicación de políticas públicas.

Para quienes tengan hijas e hijos, les invito a reflexionar, informarse  y atreverse a hablar de sexualidad abierta y naturalmente con ellos. La vida sexual en adolescentes -es un hecho -está empezando muy temprano así que debemos hablar de manera informada y empática con ellas y ellos, con el objeto de que puedan tomar mejores decisiones, incluyendo por supuesto retrasar el inicio de su vida sexual activa, lo cual es difícil en un mundo que fomenta la hipererotización y la cosificación del cuerpo de las mujeres. Infórmense sobre las responsabilidades que conlleva la sexualidad, sobre los servicios de salud preventivos, y también les recomiendo consultar fuentes desde una visión holística que les ayude a conectarse con sus propios cuerpos antes de conectar con el de otro ser humano. Por la salud de las mujeres, y por relaciones de pareja corresponsables, consensuadas y satisfactorias.