¿Hasta diez?
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Pegatinas Reivindicativas

¿Hasta diez?

 


Otra de las consecuencias de la pandemia de Covid-19 ha sido la necesidad de mantenernos en casa, lo que significó para la gran mayoría de mexicanas y mexicanos mantener una convivencia inusual con los miembros de nuestras familias, ya sean nucleares, compuestas o ampliadas. Según el INEGI, en 2015, el hogar mexicano era integrado por 3.8 personas en promedio por vivienda (https://bit.ly/3dh7Rn7), es decir, en promedio entre tres y cuatro personas han tenido que mantener cercanía inusitada.

Cuando el mínimo de metros cuadrados de vivienda social es de cuarenta metros cuadrados, existiendo incluso de un metraje mucho menor (https://bit.ly/2yP6Uni), las situaciones de tensión y renegociación de límites y reglas son inevitables.

No obstante, para un número importante de mujeres mexicanas, esta nueva realidad implica mucho más que disgustos o discusiones, puesto que la violencia de género se ejerce en gran medida precisamente dentro de los hogares.

Como se ha señalado por la métrica oficial, y aunque negado por el titular del Ejecutivo Federal (https://bit.ly/3cnDhHz), los reportes de la violencia de género dentro de los hogares mexicanos se han incrementado de forma importante debido a que las mujeres mexicanas han tenido que mantenerse encerradas en sus domicilios, en los mismos en el que su agresor se encuentra (https://wapo.st/2BamquE).

La Secretaría de Gobernación, principal instancia para dictar la política pública no punitiva en la materia, respondió a las exigencias de la sociedad civil por una acción institucional con refrito: la campaña de comunicación “Cuenta hasta diez”. La estrategia muestra spots y carteles en los que diversas personas en una vivienda demuestran enojo de forma caricaturesca tras un altercado menor para luego tranquilizarse contando lentamente… hasta diez. La pauta raya en lo cursi y minimiza la violencia doméstica -cuyas principales víctimas son las mujeres- a malentendidos y enojos en los que no se reconoce el factor del género.

Falta de imaginación, además de sensibilidad, tino e inteligencia, de la administración federal al decidir revivir una trillada campaña de hace treinta años que apela a “valores familiares” como solución, sin reparar que, de haber sido una buena idea para empezar, no estaríamos enfrentando el grave problema que es la violencia doméstica en razón del genero el día de hoy.

Como un secreto a voces, la violencia en contra de las mujeres se ha mantenido dentro de lo permisible en las familias mexicanas. Los tan aclamados “valores familiares” tradicionalistas han mantenido sin castigo o cuestionamiento agresiones, vejaciones y humillaciones en contra de las mujeres, dentro de la estructura de subordinación de lo femenino en los roles de género, y es por ello que alabar a los falsos ídolos de la “fraternidad familiar” o “los valores familiares” como antídoto de esta epidemia de violencia es tan ingenuo como decir que el Covid-19 se eliminará con abrazos.

¿Cuánto tendremos que contar nosotras para “no perder la paciencia” con la administración federal ante sus tantos tropiezos en materia de igualdad y equidad de género?

@GalateaSwanson