Migrantes: “Pásenle a lo barrido”
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Migrantes: “Pásenle a lo barrido”

 


¿Y pues dónde quedó eso de “Pásele a lo barrido, aunque regado no esté…” o aquello de “Pase usted, que mi casa es su casa”… o “Donde come uno comen dos”… y todo aquello que dicen que son frases mexicanas de cordialidad y bienvenida?

Pues nada, que de pronto mexicanos al grito de “¡fuchi!”, de forma abyecta y con su pequeño Trump que llevan en el alma, levantaron la voz a la mitad del foro para repudiar la llegada de los migrantes centroamericanos, digamos llegada, aunque lo único que quieren es que se les permita el paso para llegar a la frontera con Estados Unidos de América y ahí encontrar el Vellocino de oro, de Jasón; el Mundo feliz, de AldousHuxley; El paraíso perdido de Milton.

Y a la manera más pueblerina de rebozo de bolitas y enaguas de percal argumentan ¿Por qué hemos de cargar con los problemas de su país; por qué no arregla sus problemas allá; por qué nos meten en un problema que es su problema? … Otros les dicen “delincuentes”.
Y pronto, el gobierno mexicano de Enrique Peña Nieto mandó al general Manelich Castilla y sus huestes, para formar un muro, el mismo que no queremos para nosotros en el norte, pero que como valla humana contiene a los 5 mil hondureños, salvadoreños, guatemaltecos en nuestra frontera sur. ¡Vaya contradicción!

¿En dónde quedó la firma del gobierno mexicano en la “Declaración de Cartagena sobre Refugiados” promovida por México en 1984 para la protección de los derechos de los refugiados? ¿Y la Declaración de los Derechos Humanos para migrantes y desplazados firmada con la ONU?…

Mientras, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, contesta con frases hechas que son más cliché: “hay que arreglar el problema desde su raíz.” Sí, pero el problema está aquí, y los hondureños-hombres-mujeres-niños– están en la línea fronteriza… ¿van a esperar ahí a que se arregle el problema ‘de raíz’?

En tanto, el presidente estadounidense, Donald Trump, vocifera, grita, amenaza y dijo primero que iba a bloquear el Tratado de Libre Comercio para América del Norte si México no contenía a los “hondureños-criminales”. Y que suspendería apoyos económicos a Honduras y Guatemala. Y que mandaba un mensaje “muy duro” a México… Al final felicitó a México porque “México si entiende el liderazgo de Estados Unidos” twitteó. Nosotros nos sentimos orgullosos de nuestro gobierno.

Las fronteras son punto de encuentro, o adiós. Son el lugar en el que las manos se estrechan o se sueltan. Son las cicatrices que el hombre impuso a la geografía mundial. Pero las fronteras no pueden contener el movimiento humano que es como agua de río. Y es histórico.
Migrantes fueron los primeros pobladores de Europa. Lo fueron los primeros pobladores del continente americano y nuestros padres fundadores, para dar esa forma multicultural a lo que hoy es México.

Y por años, México mantuvo su política de puertas abiertas para quienes llegaran de distintos países: ocurrió con la migración Española durante la Guerra Civil; ocurrió con Argentinos durante la dictadura de Videla, con Chilenos durante la dictadura de Pinochet; ocurrió con nicaragüenses a la salida de Anastasio Somoza: todos ellos migrantes-perseguidos políticos; muchos de ellos intelectuales y académicos.

Lo de hoy es de otro modo lo mismo: la diferencia es que los que hoy huyen de sus países centroamericanos lo hacen por hambre, por necesidad de comer, de vivir, de tener para la subsistencia propia y de la familia y los hijos. Lo hacen porque en sus países la violencia se ha enraizado y su gobierno los acusa – ¡oh, sorpresa! de “criminales”…

‘En Honduras hay realidades ineludibles: falta de empleo, violencia extrema, desplazamiento y el alto costo de la vida [La inflación en septiembre de 2018 fue de 4.4% según el Banco Central Hondureño]. Una familia promedio con solo un integrante trabajando devenga el salario mínimo, recibe de ingreso aproximadamente nueve mil lempiras menos deducciones (unos 385 dólares).

“Lo que están haciendo es un tobogán en el que están metiendo a la clase media, la clase pobre y las están empobreciendo más”, dijo el economista Ismael Zepeda al valorar la situación.

Según el Observatorio de la Violencia de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras, “De enero a diciembre de 2017, 71.2% de las víctimas de homicidio fueron jóvenes con edades de 15 a 39 años, y de este grupo, la mayor frecuencia ocurrió entre los 20 y 24 años, con 19.9% para ambos sexos. Los niños y niñas representan 6.8% del total de homicidios”.

Pero, bueno, ya están ahí. Y a la vista de sus expectativas uno no debe olvidar a nuestros oaxaqueños que emigran, porque quieren soluciones que no encuentran en Oaxaca y, por lo mismo, es una de las entidades que mayor migración aporta e la economía de Estados Unidos: al momento hay allá un estimado de 2.3 millones de oaxaqueños.

… Los que tan sólo en 2017 enviaron remesas por 1,464 millones de dólares para sus municipios. Las regiones más beneficiadas con estas remesas son la Mixteca, Valles Centrales, Sierra Sur, Sierra Norte, la Costa, Istmo de Tehuantepec, Papaloapan y en menor escala la Cañada.

También estos 2.3 millones de oaxaqueños han sido migrantes y a ellos también les han llamado “¡Criminales! ¡Violadores! ¡Sucios!” ¿Lo son?

Pues ahí está: Seamos generosos y de mano extendida para los centroamericanos de buena voluntad que quieran pisar tierra mexicana de paso a su propio sueño. Dejemos que busquen y acaso encuentren el Paraíso Perdido.

 

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