Zozobra en la Cruz del Sur por plan de cerrar siquiátricos
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Zozobra en la Cruz del Sur por plan de cerrar siquiátricos

El hospital Cruz del Sur sigue siendo la mejor opción para atender a las personas con padecimientos mentales


Muchos de quienes están en el hospital Cruz del Sur sencillamente fueron abandonados por sus familiares
Muchos de quienes están en el hospital Cruz del Sur sencillamente fueron abandonados por sus familiares

La edad de Angela ronda los 82 años estima el personal que la adoptó como familia y le otorgó identidad. Ella es una de las 37 pacientes crónicas residentes en el Hospital Cruz del Sur, ubicado en la agencia de Reyes Mantecón, municipio de San Bartolo Coyotepec, uno de los 37 hospitales psiquiátricos que hay en el país y cuya continuación está en la tablita y manos del gobierno estatal.

En abril del 2022 se modificó la Ley General de Salud, se reformó y, por primera vez en la historia del país, se dejó de lado a los psiquiátricos para reconocer que la atención a la salud mental debe ser universal y apegada a los derechos humanos.

Con eso, se busca prohibir los internamientos forzosos y dar pie al fortalecimiento de los centros de salud para que cualquier persona pueda ser atendida desde las unidades de primer y segundo nivel.

 

Hospital Cruz del Sur, refugio para las personas

En el caso de la entidad, el Hospital Cruz del Sur, fundado el  9 de agosto de 1963 y sigue siendo refugio para quienes enfrentan enfermedades mentales; en ocasiones los pacientes llegan por propia determinación y en otras son obligados por sus familias.

“La granja”, como se le conocía desde el inicio de sus funciones, dejó de promover el trabajo en la cosecha y lo sustituyó por terapia ocupacional, con personal especializado, señala enfática la directora del hospital, Thalía Saynes Ríos.

En la estancia hay personas de estados como Veracruz, Chiapas y Puebla, y son 17 quienes encontraron en ese lugar el hogar de donde saldrán cuando sus días finalicen.

Hace años, entre los planes de mejora, se intentó adoptar el “modelo Hidalgo” con un conjunto de villas que no funcionaron; hoy están sus restos, 2 están inservibles por los daños que les provocó el sismo de 2017.

EL IMPARCIAL “El mejor diario de Oaxaca” visitó el viernes el Cruz del Sur; constató que requiere de inversión en tuberías, estructuras ya deterioradas, pero en donde el personal realiza su mejor esfuerzo por ofrecer calidez y atención a pacientes que por mucho tiempo, estuvieron estigmatizados.

 

Izquierda: Thalía Saynes Ruiz, directora del Hospital Cruz del Sur
Derecha: Bien arropados en la zona de dormitorios

 

“QUE NO DESAPAREZCA”

 

Como en muchas decisiones erróneas del gobierno de la 4T, el plan de cerrar los siquiátricos genera zozobra.

Esperamos que no desaparezca, no hay indicación específica hasta el momento, pero puede permanecer con servicios y atenciones ampliadas con el personal especializado, además de ser como un área de evaluación final”, defendió la directora del Hospital Cruz del Sur, Thalía Saynes Ruiz.

No obstante, reconoció que es el único hospital de la región Sur Sureste por lo que se encuentra alejado de otras regiones y hay familiares de personas que viven a varias horas de Reyes Mantecón.

Se ha dicho que la mejor idea es cambiar la imagen y la estructura de tal de forma que el presupuesto destinado a salud mental sea redistribuido; hoy el 80% del gasto se destina a hospitales psiquiátricos y entonces se deben entregar herramientas a los segundos y primeros niveles de atención”, dijo.

Sin embargo, el programa Más Bienestar permite que cada estado haga su propuesta de hacía dónde se va a dirigir el presupuesto con base en los recursos existentes para otorgar un buen servicio.

Por eso, quedaría en manos del gobierno estatal el determinar el fin de este lugar, que ha servido para la atención de cientos de personas al año.

Es cierto, somos una unidad lejana y el paciente y sus familia, deben contar con el derecho y la seguridad de una unidad cercana, sin embargo, esta clínica desde su origen ha tenido una evolución dirigida y generó experiencia en el manejo de pacientes, cuenta con personal capacitado por experiencia y una estructura que se puede aprovechar no solo en la atención de la salud mental si no para ofrecer atención a necesidades locales y cercanas”, refirió la responsable.

 

LOS CASOS

 

Con una sala como dormitorio compartido, áreas comunes y terapias, hombres y mujeres buscan enfrentar sus miedos. Hay quienes acuden por una situación personal o de forma voluntaria y en casos de descontrol, brotes de agresividad e intentos de suicidio.

Angélica es una anciana que sale poco, su condición física se va deteriorando por la edad y lleva más de dos décadas en este lugar.

De acuerdo con los registros, familiares abandonaron y olvidaron a personas que tienen más de 20 o 30 años, por eso se quedaron en un refugio donde reciben atención y alimentos.

Este hospital funciona con casi 2 millones de pesos, es el recurso logrado desde hace varios años y aunque la reforma actual y lineamientos piden que sea gratuito el servicio, sin embargo, la normativa estatal permite que en ciertos casos se soliciten cuotas de recuperación sustentado en un estudio socioeconómico.

Al dividir el presupuesto a lo largo de 12 meses, toca a 166 mil pesos por cada 60 días, mismos que se destinan a alimentación y a gastos varios.

La directora reconoció que un desabasto en medicamentos controlados del 30% y 20% los enfrentan, pero no debido a carencias financieras sino a la falta de fármacos, principalmente los controlados.

Y eso viene a incidir en la población fluctuante y pueden haber 43 o más pacientes y que en su mayoría logra egresar en un lapso de 10 a 14 días o como sucedió a finales del año pasado que una personas estuvo 4 meses.

 

Izquierda: La estancia de las personas en un ambiente tranquilo
Derecha: Esmerada atención de enfermeras que se apoyan en juegos de mesa

 

Villas infuncionales y optaron por sala de dormitorios

 

En el 2006, como parte de la Reforma Psiquiátrica para la Reestructuración del Sistema de Servicios de Psiquiatría y Salud Mental en México, la entonces secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental, promovió la construcción de 7 villas de este nosocomio, desde donde se operaría el ‘modelo Hidalgo’ para dejar atrás el  sistema de asilo.

Con eso, el punto intermedio de recuperación con el regreso a la sociedad estaría puesto en operación. Pasaron 17 años y las edificaciones fueron redireccionadas para otros fines y dos de ellas se encuentran deterioradas por los daños provocados por los sismos de 2017 e incluso, en el 2018 se proyectó demolerlas.

En esos espacios se echaría a andar la estrategia de que los pacientes vivieran como en casa, pues están equipadas con cocinas y un área de sala-comedor, además de los cuartos.

De acuerdo al historial de esta obra, pasaron 9 años para que en el 2015 lograra la directiva el equipamiento y al fin usarlas, objetivo no logrado.

Ahora, están destinadas al uso como áreas de terapia conductual, ocupacional y física.

Las habitaciones son dos salas grandes divididas para hombres y mujeres, desde donde se bañan y descansan la mente que se ha debilitado por eso, se encuentran en este lugar.

 

“Mamá ven, quiero para mi coca”

 

Ella es una mujer de aproximadamente 7 décadas, porta un vestido floreado y estaba en el área de esparcimiento, compartiendo el patio con varias compañeras a las que solamente las unían las mallas metálicas.

Para la directora Thalía Saynes sería mejor no delimitar espacios con estructuras de metal, por el aspecto de frialdad, como el día de ayer con los vientos fuertes y un cielo medio nublado.

Sin embargo, la falta de recursos les niega la oportunidad de colocar otro material para delimitar espacios y proteger a la comunidad.

Irene (nombre ficticio) sentada en una silla pega las manos y al ver al personal pide a su mamá.

¡Mamá, mamá, ven, quiero mi coca!”, lanza en repetidas ocasiones y extiende la mano para que le den una moneda.

La auxiliar técnica que estaba cerca le sugirió esperar la llegada de mamá a quien llamaba con tanto interés.

La directora, una mujer de bata blanca y con el mejor de los ánimos para atender este hospital se mostró sensible a los padecimientos y enfermedades mentales que han provocado estigmas sociales.

La vida en el hospital de Cruz del Sur transcurrió de manera normal, en medio de las carencias en los sanitarios, en regaderas que tienen fugas y en otros faltantes en la infraestructura.

Afortunadamente, el área de urgencia, un espacio aislado y con candado, no estaba ocupado.

En las salas, las camas estaban en su mayoría vacías. Solo un par de personas no podían salir al área libre por el cuadro que estaban pasando.

Ayer, transcurrió un día normal para la treintena de personas que habitan el Hospital Cruz del Sur.


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