Encabeza Neri la marcha patriótica
Regresa en el aniversario 212 de la Independencia de México
“Atención banda de guerra, paso redoblado, ¡ya!” Minutos antes de las 21:30, los vendedores se apresuraban a pasar entre los contingentes para guardar sus dulces regionales y retirar sus puestos del jardín Sócrates. La señorita América, Rebeca Ortiz, bajaba rápidamente por las escaleras en compañía de sus dos coristas para dirigirse al carro alegórico.
Cuadras más adelante, agentes de vialidad buscaban a los propietarios de los autos que seguían estacionados en avenida Independencia. El tráfico ya se había desviado en el cruce de Morelos y Tinoco y Palacios, también en 20 de Noviembre y Miguel Hidalgo, en Crespo y en García Vigil.
Al frente, la banda de guerra de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Movilidad y Protección Civil afinaba detalles.
A dos años de la pandemia de Covid-19, la marcha patriótica volvía para ser parte de la conmemoración del aniversario 212 del inicio de la Independencia de México. El público tomaba sus lugares en la banqueta de la avenida Independencia y las escaleras del jardín Sócrates para presenciar el recorrido del contingente.
¡Ahora sí, a pasito de tortuga, no aceleren!” Las indicaciones seguían para la banda de guerra. Frente a ella, las motopatrullas encendían los motores. Atrás, la escolta oficial del municipio, con el presidente Francisco Martínez Neri como abanderado, esperaba que el reloj marcara las 9:30 para partir.
En punto, al compás de los tambores, la marcha patriótica inició. Pero lo que hasta 2019 reunió a 35 escoltas escolares ahora contaba con seis y varios contingentes de funcionarios municipales y uno del Pentatlón. Todos custodiados por patrullas municipales avanzaron por Independencia hasta topar con Valdivieso. Ahí doblaron para ingresar Jardín de la Constitución (zócalo).
Al final, el carro alegórico entonaba parte del himno nacional. El público saludaba a la Señorita América y sus coristas y éstas devolvían el saludo con las manos.
Tan pronto ingresaron al zócalo, la escolta entró al Palacio de Gobierno para entregar el lábaro patrio a la escolta del Ejército Mexicano y este, a su vez, al gobernador del estado, Alejandro Murat.
Afuera, un templete aguardaba por la Señorita América y las coristas, encargadas de acompañar con sus voces la ceremonia del Grito de Independencia.
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