Magisterio, carrera de largo aliento y constante aprendizaje
Deja la pandemia un profundo hoyo negro educativo; Sosa Velasco debió aprender a construir salones virtuales e impartir clases en línea.
Proveniente de una familia dedicada a la docencia, Fulvia Itamar Sosa Velasco incursionó en esta profesión por casualidad, sin imaginar que cuatro décadas después profesora sería uno de sus mejores logros y mayores satisfacciones.
A los 18 años de edad, la profesora ingresó a estudiar la licenciatura en Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO) y, en coincidencia, en esa misma época un tío la invitó a cubrir un interinato de 3 meses en el magisterio.
Fue de esta manera, cubriendo a un profesor, como ingresó a la Escuela Secundaria Técnica (EST) 49 en Zimatlán de Álvarez.
En sus inicios fue difícil, toda vez que llegó al tercer grado, con estudiantes casi de su edad e incluso le rebasaban en la estatura.
Ahí “hubo algo que me marcó; cuando el profesor titular observó cómo di la primera clase, simplemente me reprobó, dijo que no sabía ser profesora”, narró.
Con más de 6 décadas de edad y en la antesala de la jubilación, Sosa Velasco volvería a ser profesora ante la satisfacción que le ha dejado su profesión.
“Una carrera de constante aprendizaje”
Constante aprendizaje
Para Itamar Sosa Velasco, ser maestro no es nada más querer serlo, es aprender que se trata de una carrera en constante aprendizaje.
Dicha visión la llevó a que a la par de estudiar Administración de Empresas, entró a la Escuela Normal Superior para profesionalizarse en su actividad.
Durante 9 años, estuvo en Zimatlán de Álvarez enseñando a cientos de hombres y mujeres, posteriormente, se trasladó a la Escuela Secundaria Técnica (EST) 118 en el fraccionamiento Los Ríos, donde suma ya una trayectoria de 32 años consecutivos.
La profesional, tiene carrera magisterial y cobra en uno de los niveles más altos que da el magisterio.
Cuando la profesora inició con su actividad docente, también se estaba dando el inicio del movimiento magisterial democrático de la Sección 22, sindicato al cual pertenece y que reconoció ha logrado beneficios para este sector.
Sin embargo, sin ahondar más en el tema político-sindical, señaló que los tiempos han cambiado.
Ahora, Itamar tiene planeado jubilarse en octubre próximo, toda vez que esa era su intención en el 2020, justo cuando llegó la pandemia por Covid-19.
La pandemia dejará un gran rezago educativo
La profesora con licenciatura en biología, observó que en esta pandemia, se ahondará el rezago educativo, toda vez que existe una brecha digital en la entidad.
En su caso, después de desistir en su proceso de jubilación hace 2 años, se inscribió a talleres para el manejo de las tecnologías y programas de clases a distancia.
Aunque en un principio fue difícil, Itamar Sosa Velasco aprendió a crear salas de estudio y atender a su clase vía internet.
“Los profesores y profesoras dimos lo que podíamos para no dejar abandonados a nuestros alumnos, sin embargo, no en todas las regiones de la entidad habían las condiciones; es más, tan sólo en la ciudad es diferente el contexto en el centro que en la periferia”, dijo.
La docente recibirá un reconocimiento de 40 años de servicio y este tipo de acciones, así como el cariño de alumnos, alumnas, como padres y madres de familia, son la mejor recompensa.
Y en este contexto recomendó a quienes son tutores a estar pendientes en la formación educativa de sus hijos e hijas, toda vez que puede ser un proceso complicado.
En esta época, la adolescencia está susceptible a diversos factores negativos por lo que, la atención debe ser puntual a fin de guiarlos de la mejor manera, opinó.
En México, este domingo 15 de mayo se celebra el Día del Maestro, una fecha en la que se conmemora el trabajo que realiza el profesorado.
