Pide la iglesia mantener la paz durante las campañas políticas

Con el inicio de las campañas políticas para la elección del próximo gobernador o gobernadora del estado de Oaxaca, el Arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, urgió a las y los actores políticos a mantener la paz.

Bendice a cada uno de nosotros Señor, a nuestras familias, pueblos, bendice a nuestro Oaxaca que en este tiempo vivirá estas campañas políticas, que no se pierda la paz, que no sintamos que somos enemigos unos de otros, aunque pensemos diferentes seamos capaces de respetarnos y de valorarnos, ayúdanos Señor a vivir en paz, de saber elegir a quién tenemos que elegir”.

Al encabezar la homilía del Quinto Domingo de Cuaresma en la Catedral Metropolitana, también pidió a la ciudadanía a convivir en estos tiempos como hermanos, amigos, como personas, “como tus hijos, en gracia y en paz con Dios”.

Todavía es tiempo de conversión”

Previo a la Semana Santa, invitó a las y los feligreses a evitar la soberbia, divisiones o resentimientos para iniciar a con la reconversión. “Regresemos a vivir lo que aquí nos ha enseñado Nuestro Señor. Le pido que siga tocando nuestro corazón, que siga moviendo nuestras voluntades para que mejoremos en la vida”.

Todavía es tiempo de conversión, de la práctica de la virtud. Todavía es tiempo de que miremos con amor y misericordia a nuestros semejantes. Son tan pecadores como yo, tienen defectos como yo, están llenos de miseria, como yo, pero también tienen grandes virtudes como creo que las tengo yo. También tienen grandes virtudes y también necesitan de nuestro amor y de nuestra misericordia, como lo necesito yo. También necesitan del perdón como siento necesidad de ser perdonado”.

Vázquez Villalobos recordó que el próximo domingo la iglesia católica celebrará el Domingo de Ramos y, “si Dios lo permite, entraremos a profundizar en los grandes misterios de nuestra redención, la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.

Disfrutemos, en esta semana, disfrutemos de sentirnos mirados por Nuestro Señor y que no somos condenados por Él. Experimentemos Su amor y Su misericordia para que podamos llegar a vivir su triunfo, que también es nuestro triunfo. Para que lleguemos con un corazón nuevo, siendo unos hombres nuevos, llenos de Gracia, dispuestos a responderle al Señor generosamente”, concluyó.