Pide Arzobispo no bajar la guardia ante pandemia
Cada tercer domingo ordinario del año se celebra como el Día de la Palabra de Dios
Al encabezar la misa del tercer domingo ordinario del año, fecha en que se celebra en la Iglesia Católica como el Día de la Palabra de Dios, el arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, invitó a las y los feligreses que por amor a la vida no bajen la guardia ante el Covid-19.
“Sigan fortalecidos y siganse cuidando, cuídense mucho, por el amor a nuestros hermanos sigamos sacrificando nuestro cuerpo con este cubreboca porque es un sacrificio traerlo, vale la pena el sacrificio por el amor a nuestra vida y por la vida de nuestros hermanos, tal vez digamos no estoy contagiado, pero a lo mejor algún hermano está contagiado y nos puede contagiar no porque él quiera, sino porque esto que estamos viviendo es así”.
El arzobispo explicó que por instrucciones del papa Francisco, el tercer domingo ordinario del año se celebra como el Día de la Palabra de Dios, “porque quiere el sucesor de Pedro que todos nosotros amemos la Palabra Divina, la leamos con el respeto debido, sabiendo que no es cualquier libro lo que tenemos en nuestras manos cuando tomamos una Biblia, no es cualquier libro, es la palabra de Dios, es el mensaje divino, es lo que nosotros necesitamos escuchar de Dios en los diferentes momentos de la vida”.
“Ojalá ninguno de nosotros nos acostumbremos a escuchar la palabra Divina que no toque el corazón. La palabra Divina siempre tiene que tocar el corazón nuestro. No se te olvide cuando tomes tu Biblia y leas la palabra Divina, no se te olvide pensar: hoy me dice Dios a mí esto”.
“Yo quiero que tomes la Sagrada Escritura, te sientes y, sobre todo en este año litúrgico lean poquito a poquito el Evangelio de San Lucas, el Evangelio de San Lucas, que es el Evangelio de la Misericordia para que seamos capaces de oír hoy cómo es Dios conmigo y cómo quiere Dios que yo sea con mi hermano”, añadió.
Vázquez Villalobos expuso que cuando se aprende a escuchar a Dios, “no solamente con los oídos sino con el corazón, se toma conciencia de que eso que me habla Dios es para mí y lo llevo a la vida, ese día yo seré distinto y, tarde o temprano, mis seres queridos también serán distintos”.
En ese sentido, agradeció la bondad y devoción de los fieles católicos, tanto visitantes y del pueblo de Oaxaca que cada domingo acuden a las misas. “Que la palabra de Dios que escuchamos hoy nos motive para seguir interesados en dejarnos iluminar por esa palabra Divina, la escuchemos, la meditemos y la hagamos vida”, apuntó.