Fucam y Zancadas de la Esperanza unen esfuerzos

Fue en septiembre del año pasado cuando Ninfa se dio cuenta de un absceso que tenía cerca del pecho, luego de que sintiera un fuerte dolor el cual lo atribuyó a un jalón que le dio una mula cuando juntaba leña con su esposo.

La mujer, de 43 años de edad y originaria de San Pedro Mixtepec, Miahuatlán, percibió una pequeña bolita que no le causaba dolor ni molestia alguna, pero que pudo palpar mientras se sobaba el brazo.

“Antes en el pueblo iba a checarnos una doctora cada seis meses cuando teníamos apoyo. Después ya nadie iba y cada quien hacía lo que le convenía, yo nunca me di cuenta porque no me dolía ni nada”, relata.

Aunque presentía cuál sería la causa de ese absceso que comunicó a su esposo cuando pensaba que era por el descuido con la mula, Ninfa Cruz López decidió no decir más porque su madre estaba enferma y no quería dejarla, ante el temor de no volver a verla.

“Yo ya me daba cuenta que era algo malo, pero preferí esperar para no ir a tratamiento luego y dejar a mi mamá”,  recordó la mujer que dejó pasar tres meses más porque no sentía molestia alguna.

“Mi mamá falleció el 4 de diciembre y yo ya ni me acordaba de eso, pero a los nueve días llegó la hija de una sobrina que me preguntó qué me pasaba y si tenía pensado ir a una clínica. Le dije que no, pero me convenció y fuimos a la del pueblo, donde me pidieron unos análisis porque ya sospechaban que tenía”.

Hasta el 25 de diciembre cuando un familiar de su papá le propuso acudir a la Ciudad de Oaxaca para realizarse los estudios solicitados, fue que Ninfa se animó de nuevo para acudir ante una unidad de salud.

“Fuimos primero a unos laboratorios donde nos dijeron que había algo sospechoso y que tenía que actuar rápido porque eso iba creciendo”, señala la mujer que apenas pudo juntar el dinero para poder viajar a la capital oaxaqueña.

Una vez con los estudios en la mano y al querer regresarse a casa al darse cuenta que no podría pagar el dinero que solicitaban los especialistas para atenderla, Ninfa decidió acudir a la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam) en Oaxaca por recomendación de otro de sus familiares.

“Cuando llegué aquí el 27 de diciembre, le dije al doctor que ya sabía que la enfermedad era mortal y que si no tenía esperanza mejor ya no iba a acudir por falta de dinero. El doctor me dijo que no tenía por qué darme por vencida y verían la forma de ayudarme”.

Fue así que el 28 de diciembre el personal de la Fundación le practicó la biopsia correspondiente, con resultados que confirmaron que tendría que operarse por el cáncer de mama que seguía en crecimiento.

Cuando regresó a Mixtepec para comunicarle a su esposo del resultado, Ninfa cuenta que mostró preocupación por las dificultades que tendrían en conseguir dinero para el tratamiento, al señalar que ella se dedica a la elaboración de tortillas y él al campo, con dificultades para poder moverse, luego de un accidente que le dejó secuelas.

“Le dije a mi esposo que no iba a regresar para el tratamiento, pero me dio ánimos para hacerlo; conseguimos dinero para la cirugía y aquí (en Fucam) nos ayudaron para pagarla; también nos ayudaron en el viaje que tuvimos que hacer a la Ciudad de México”.

Surge otra esperanza

Hace apenas unas semanas, Ninfa fue una de las dos beneficiadas de la asociación “Zancadas de la Esperanza”, que después de un recorrido durante tres días en bicicleta, logró la recaudación de fondos para apoyar en sus tratamientos a pacientes con cáncer de mama.

Luego de que el Fucam quedara sin el apoyo del extinto Seguro Popular para la atención a las mujeres con este padecimiento, la fundación tuvo que iniciar el cobro de sus servicios a bajos costos en comparación con otras instituciones particulares, a fin de no dejar en la indefensión a este sector de la población.

Los integrantes de “Zancadas de la Esperanza”, que vivieron de cerca el deceso de una de sus integrantes por cáncer de mama, decidieron iniciar una rodada en apoyo a las mujeres de escasos recursos con este mal.

“Aunado al apoyo que Ninfa tiene por parte de Fucam, surgió ahora el apoyo de esta asociación para poder cubrir su siguiente ciclo de quimioterapias”, explicó el director de Fucam Oaxaca, Javier Robles Castillo.

Destacó que la Fundación inició el acercamiento con empresas socialmente responsables para buscar la unión de esfuerzos, ante el aumento de casos de cáncer de mama y el registro a la fecha de 263 nuevos detectados en cuatro años y medio de iniciar actividades en el estado.

“Nosotros seguimos manteniendo costos como Fundación y buscamos mecanismos para poder ayudarles aún más”, resaltó el director de Fucam Oaxaca, quien aseguró que tan solo en 2020 tuvieron 70 casos diagnosticados y en lo que va del año 16.

Previo a iniciar el siguiente ciclo de quimioterapias de Ninfa con el donativo de “Zancadas de la Esperanza”, la directora de Administración y Finanzas de Fucam, María Luisa Guisa, constató el apoyo que se brinda a la paciente que acude a las instalaciones de Oaxaca acompañada de su hija de 16 años.

“A nivel nacional hemos tratado a más de 11 mil pacientes con cáncer y la labor de Fucam tiene que continuar”, señaló la representante de este organismo, quien aseguró que esta Fundación no logró contar con el apoyo del INSABI, luego de la desaparición del Seguro Popular, pero continúa en funciones con gestiones constantes con otras asociaciones, en apoyo a las mujeres.