Celebran con bromas a los Santos Inocentes
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Celebran con bromas a los Santos Inocentes

En este día se conmemora la matanza de los niños menores de dos años ordenada por Herodes


Celebran con bromas a los Santos Inocentes | El Imparcial de Oaxaca

Por Rodrigo Martínez

El “Día de los Inocentes” tiene más de mil años de historia y comenzó como la fiesta católica de los “Niños Inocentes”, en conmemoración a la matanza de todos los niños menores de dos años ordenada por Herodes al enterarse que había nacido el Mesías.

Con el paso del tiempo, la tradición pagana fue quitándole el aspecto trágico a la fecha hasta convertirse en el “Día de los Santos Inocentes”: una oportunidad para jugarle bromas a los ingenuos y luego repetir la frase “que la inocencia te valga”.

Cada 28 de diciembre la Iglesia Católica la conmemora para venerar a estos niños que murieron como mártires. Aunque en México y otros países se recuerda del día para hacer bromas y aprovecharse de la inocencia de alguien más.

Durante este día, las normas sociales se vuelven más laxas y la gente busca cualquier oportunidad para gastar bromas o burlarse de sus allegados con una finalidad simplemente jocosa e incluso como una muestra de aprecio.

Aunque hoy en día se trata de una fiesta alegre y divertida, su origen procede de un trágico episodio de la historia antigua.

De acuerdo con la Arquidiócesis Antequera Oaxaca, el Evangelio de San Mateo relata que Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas.

Ellos le contestaron: “Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: “Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel”.

Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo dijo a los Reyes Magos: “Vayan y averigüen acerca de ese niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a adorarlo”.

Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.

En sueños recibieron el aviso divino de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido.

Esto lo enfureció hasta el extremo, por lo que rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y dio la orden de matar a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y alrededores.

El mismo evangelista San Mateo afirma que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: “Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen”.


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