Opciones laborales escasean en Oaxaca por Covid-19
El empleo informal es la opción que toman quienes perdieron su trabajo por la crisis de esta pandemia

A Joaquina no le quedó otra más que aceptar el trabajo de empleada doméstica en una casa, dado que no cuenta con ingreso fijo luego de quedarse sin empleo antes de la pandemia.
De acuerdo a la organización México ¿Cómo Vamos?, Oaxaca se ubica en semáforo rojo en los sectores de crecimiento económico al tener 2.2%, cuando la meta de crecimiento anual fue del 4.5% y ya estamos en el segundo semestre de 2020.
Asimismo en cuanto a empleos formales generados, el estado gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) reporta 9 mil 363 empleos generados, aunque la meta al año es de 19 mil 300.
Otro factor que encendió la alerta de México ¿Cómo Vamos? es el de pobreza laboral, al pasar del 61.4% al 57.3%, además de que la informalidad fue del 75.2% al 73.1% y desigualdad laboral pasó de 0.459 al 0.431.
Y es que en los meses de mayor incertidumbre por el confinamiento ordenado por las autoridades sanitarias dada la llegada del Covid–19 al país y luego al estado de Oaxaca, los empleos comenzaron a perderse.
Uno de esos casos fue el de la mujer de aproximadamente 45 años, tutora de dos hijos en edad escolar y quien fue despedida de la tienda de regalos en donde laboraba, luego de que cerraran por más de tres meses.
“La dueña no quiso seguir pagando los sueldos y con los 500 pesos que nos daba a la quincena no me alcanzaba, por eso decidí irme y buscar en otro lugar para poder tener para la comida y ahora para la escuela de mis hijos”, relata.
Originaria del Valle Eteco dice que ser empleada doméstica es algo que no le genera vergüenza o incomodidad, dado que el trabajo del hogar es algo que ahora hace doblemente.
“Pero aquí me pagan y en mi casa nada más me enojo porque no me ayudan, ahora gano 200 pesos diarios y puedo comprar las cosas de comer y me queda para el pasaje y estoy viendo que más hago porque ya viene la escuela”, dice con preocupación.
Con un hijo por entrar al bachillerato y otro a la universidad pública, no logra conciliar el sueño nada más de pensar en los gastos de inscripción y materiales que pedirán una vez que vuelvan a las aulas.
No les he dicho pero creo que alguno de ellos o los dos se van a tener que buscar un trabajo por la tarde para ayudarnos, si no le hacemos así no creo que pueda mantenerles sus estudios, expone.
“Nadie quiere pagar lo justo, los empresarios se han amarrado las bolsas y los que padecemos la crisis de esta nueva enfermedad somos nosotros y ni el gobierno lo puede resolver”.
Para Joaquina no había otra opción laboral, o era barrer, trapear, lavar ropa, trastes, sacudir el polvo de los muebles, sacar la basura, acudir al mercado y más o ganar mil 200 pesos a la quincena en una de las tiendas de la ciudad, dado que los sueldos hoy día se han desplomado.