Amargo año para el café oaxaqueño
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Especiales

Amargo año para el café oaxaqueño

Luchar contra las condiciones económicas del mercado mundial, el desplome en el precio del café, la pandemia y las plagas como la roya, han complicado el crecimiento de este sector en Oaxaca


Amargo año para el café oaxaqueño | El Imparcial de Oaxaca

A pesar de tener un crecimiento en la producción de 6.6% en los últimos dos años, el sector cafetalero en Oaxaca advierte un complicado panorama para lo que resta del 2020, sobre todo por la contracción de la economía y el cierre de mercados internacionales a causa del Covid – 19. 

De acuerdo con el Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP),  el estado presenta una variación anual del 6.6% en la producción del aromático, toda vez que en 2019 registró 70 mil 454 toneladas, unas 4 mil 365 toneladas más que en 2018.

Esa capacidad ubica al estado en el cuarto lugar nacional, solamente  por debajo del estado de Puebla que tiene una producción anual de 135 mil 710 toneladas, Veracruz ocupa el segundo lugar nacional con 209 mil 769 toneladas y en la cima del mercado se encuentra Chiapas con 354 mil 944 toneladas.

Complicado segundo semestre del año: Clúster Café 

Sin embargo, el panorama no es tan alentador para el presente año tomando en cuenta la situación que atraviesa el país por la pandemia de Coronavirus y las restricciones del mercado.

“La falta de incentivos, sumado a la recesión económica, falta de mercados para comercializar  y una extraviada política federal en materia agrícola nos advierte un cierre de año complicado”, expone  la  presidenta del Clúster Café de Oaxaca, Leticia Ruiz García.

Según la información oficial, en Oaxaca se produjeron 438 mil 130 sacos de 60 kilos de café verde en una superficie cosechada de 111 mil 754 hectáreas, con un rendimiento promedio de 1.252 toneladas de café cereza por hectárea.

Advierte que los diversos factores han generado que para el presente año esperen una disminución de hasta 150 mil sacos en promedio, lo cual dejaría a la entidad con 300 mil sacos anuales para 2020.

“Tenemos que esperar lo que ocurra después de la epidemia, analizar las situaciones con los productores, aunado a que en la cadena de comercialización la situación no es mejor, expone.

Más de 600 empleos y 6 mdp perdidos 

Ruiz García apunta que a lo largo de la contingencia por Covid 19, el sector cafetalero ha registrado una pérdida aproximada de 600 empleos y unos 6 millones de pesos, básicamente por el cierre de cafeterías y barras de café.

“Sin duda que esperamos mayores apoyos por parte de los gobiernos estatal y federal, porque tampoco el paternalismo es bueno, pero vemos que en lo agrícola andan perdidos y no hay programas específicos para la cafeticultura”, sostiene. 

“Tenemos que explorar otros mercados para subsistir como sector y vamos a apostarle a las redes sociales, al comercio digital y pronto anunciaremos la incorporación a un gigante del mercado digital en donde tendremos nuestro carrito de ventas.”

“Le vamos a tirar al comercio el línea, con página en internet, carrito de ventas, aquí vale la pena recordar ese dicho tan sabio y popular que dice, renovarse o morir y nosotros, no vamos a bajar la cortina, no sin antes dar la batalla”.

Precio por los suelos, advierten pequeños productores  

Para Mario Cortés Jarquín, presidente de la Unión Estatal de Productores de Café, la cosecha actual puede ser mala, al tomar en cuenta el olvido en el que se tiene al sector cafetalero.

 “En algunos casos se han recogido tan solo 140 quintales más o menos de café, fue una cosecha baja, el precio estuvo entre 40 y 50 pesos el kilo de pergamino, muy bajo considerando la cantidad de trabajo que implica”.

Relata que los cafetales cada día lucen más abandonados y con mas roya, misma que no se a podido controlar, dado que los programas destinados a apoyar a la producción del café siguen desaparecidos tanto federales como estatales. 

“No se ve de qué manera se reactivará el campo cafetalero, estamos en el olvido, ninguna autoridad convoca y las organizaciones están reducidas a su mínima expresión, tal vez el gobierno pueda tener alguna estrategia para ver  la manera de salir de esta crisis en la producción”, sostiene.

Jarquín dice que aislados en  las zonas cafetaleras, sin tránsito y los precios bajos, las comunidades productoras y sus productoras esperan meses de incertidumbre, dado que el gobierno federal no demuestra voluntad para atender el campo.

Productores se resisten a la tecnificación de cultivos 

México atraviesa por un dinamismo en el mercado del café, sin embargo, la producción se observa a la baja por la falta de adopción de tecnología en el campo tanto en el proceso de producción como para combatir plagas, explica el análisis del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria.

Ahí se advierte la amenaza latente de que la roya vuelva a hacer daño, es por eso que se deben tomar medidas precautorias, por parte de las autoridades correspondientes, ya que no existe plan de acción y prevención antes, durante y después de la roya.

La baja en la producción  se debe a diferentes factores, como el climático que aunado a un mal manejo agrícola producen el ambiente necesario para el desarrollo de plagas como la roya que es devastadora para este cultivo, añade. 

Otro factor importante es el económico, pues la inestabilidad del precio en el mercado provoca que los cafeticultores dejen perder sus cosechas, al ser mayor  la inversión en mano de obra que las ganancias obtenidas por la venta de su producto. 

La baja producción de café ha sido provocada principalmente por la plaga conocida como la roya, que desde el 2013 afecta a los cafetales mexicanos, el cambio climático y la falta de adopción de tecnología para proteger los cultivos de las plagas, reitera.

Por lo que los rendimientos son muy bajos, oscilan entre los cuatro quintales de café por hectárea, por lo tanto no es rentable. 

Sin embargo, expone que el café orgánico y de comercio justo son alternativas para poder seguir aprovechando el café como eje de desarrollo comunitario y regional. 

Por las características socioeconómicas y culturales de los caficultores, al igual que por las características físicas de los cafetales, sus mejores oportunidades para desarrollar ventajas competitivas radican en la producción de estos cafés diferenciados. 

i bien la agricultura orgánica y el aumento de la búsqueda de “lo natural”, es una tendencia mundial, no debe olvidarse que el mercado de café orgánico está constituido fundamentalmente por consumidores sensibles a los problemas de los países en vías de desarrollo, y con un nivel de vida que les permite pagar el café 15 o 20% más caro, asegura. 


aa

 

Relacionadas: