Las misceláneas enfrentan negro panorama por la falta de clientes
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Las misceláneas enfrentan negro panorama por la falta de clientes

En jornadas de al menos 12 horas, los clientes llegan a cuentagotas en varios negocios de la capital


Las misceláneas enfrentan negro panorama por la falta de clientes | El Imparcial de Oaxaca

Han tenido que pasar tres horas desde que Juventino abrió la tienda para que tuviera la primera venta. La tranquilidad que impera en la mañana permite escuchar el ruido de los refrigeradores y uno que otro motor de algún auto que pasa por las calles. El dependiente señala que en toda la jornada llega poco más de una decena de clientes, los que acuden por uno, dos o hasta tres productos.

“Abrí a las 7:00, pero tengo que trabajar porque debo pagar la renta”, explica quien tras cobrar desinfecta sus manos y la mesa tras la cual despacha. La tienda familiar se ubica sobre la calle Porfirio Díaz, en el centro histórico de la ciudad, y en los tres meses de operación Juventino ha sido testigo del descenso de clientes. 

“Sí había mucha gente”, pero eso era hasta la primera mitad de marzo, recuerda. A partir de la segunda quincena de ese mes, la afluencia y ventas han descendido por la pandemia de Covid-19 y el llamado a permanecer en casa para evitar la propagación.

“Ahora vienen por una o dos cosas; poquito”, lamenta quien sin embargo, y hasta que las autoridades le indiquen lo contrario, sigue el consejo de su madre: estar ahí ‘para la gente’. 

Como Juventino, la propietaria de otra “tiendita de la esquina”, quien prefiere omitir su nombre, dice que lo que queda es “pedirle a Dios”. Para ella, las indicaciones para permanecer en casa se han seguido en los últimos días. Y eso, ahonda, es bueno, pues considera necesario cuidarse.

Sin embargo, también ha observado que previo a la Jornada Nacional de Sana Distancia la gente acudió a los supermercados para surtir su despensa y pasar la cuarentena, pero no a las tiendas pequeñas. 

En la última semana, a su negocio ubicado en inmediaciones de una escuela primaria han llegado en promedio seis personas al día, en un horario de 9:00 a 21:00. Pero éstas solo van por algún refresco o botana, no por pan o productos para preparar alimentos. Con el cierre de escuelas, la actividad se reduce y lo mismo pasa con sus ingresos, ya que si bien sus clientes no son los alumnos, sí los padres de estos que van a recogerlos.

Sobre la panorámica del Fortín, en la miscelánea Dulce, la situación es muy parecida. En los más de 25 años de operación del negocio, el dependiente percibe que junto a la disminución de ventas en la última semana llegan las preocupaciones de sus clientes. “Las ventas cada vez son menos y la gente que llega se queja porque no tiene de dónde conseguir para el sustento”.

Muchos de los vecinos son personas originarias de la región Triqui y “a ellos sí les está pegando (la crisis derivada de la pandemia)”, ahonda el propietario. La miscelánea se ubica en una parte de la ciudad cercana al centro histórico y en la que a poco más de un kilómetro se alcanza a ver un supermercado. Pero al parecer de él, esto último no afecta tanto sus ventas, pues la gente habitualmente ha acudido a esta para comprar todo lo necesario. Por cosas “más difíciles de encontrar, sí van al supermercado”, relata quien sin embargo ve cómo cada día sus clientes han bajado hasta ser menos de la mitad. Y eso lo ha llevado a no adquirir tantos panes o botanas industrializados con los camiones repartidores. “Es mínimo lo que les compro; no se necesitan (sus productos), de hecho”.


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