Por falta de oportunidades subsisten en el comercio informal
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Por falta de oportunidades subsisten en el comercio informal

Profesionistas, artesanos y amas de casa han encontrado el sustento de sus familias en este tipo de actividades


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“Prefiero vender mercancía en la calle que prostituirme o estar robándole a la gente”, comenta Abigail mientras explica que su madre ejerció el oficio más antiguo del mundo en la misma calle donde ahora tiene su puesto en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca.

Si bien, aproximadamente el 80 por ciento de las personas que se encuentran vendiendo en la vía pública provienen de familias humildes y pasaron de ser amas de casa o artesanos para convertirse en comerciantes, también existen profesionistas como Mary, que encontró su forma de vida en los tianguis para obtener un ingreso y sacar adelante a su familia.

Entre el aumento descomunal del comercio informal en la ciudad de Oaxaca, existen historias de vida de personas que realmente requieren de un espacio para poder subsistir, pero otros aprovecharon el cobijo de los sindicatos y organizaciones para expandirse y apropiarse de las calles y banquetas.

 

Trabajo digno

Abigail, quien desde hace más de 15 años se dedica a vender diversos productos en calles del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, señala que a pesar de haber concluido solamente la educación básica, su madre, quien por muchos años, ejerció el oficio más antiguo del mundo, la sacó hacia adelante con mucho esfuerzo.

“Fui hija única, estudié hasta la secundaria porque después me dediqué a vender ropa en la calle, me salí de la escuela porque me hacían burla, mis compañeros siempre comentaban que sus papás o ellos mismos veían a mi mamá parada en la calle, en aquel entonces no sabía a qué se dedicaba, solamente salía de la casa para decir que se iba a trabajar”.

“Cuando le comenté lo que decían mis compañeros, al siguiente ciclo escolar ya no me inscribió y mejor nos dedicamos a vender en la calle, como ella se llevaba con los que eran los dirigentes de los compañeros parece que no le cobraron porque antes solamente era participar en las festividades o marchas que hacían”, comentó.

Mencionó que ser comerciante en la vía pública, es un trabajo digno que le da de comer a su familia, “aunque siempre nos critican que estamos invadiendo el centro y que eso se ve mal, prefiero vender mercancía en la calle que prostituirme o estar robándole a la gente, muchos de los que se burlaban de mi mamá ahora los veo perdidos en las drogas y asaltando en la central, nosotros nos ganamos la vida trabajando todos los días, acá no hay descanso”.

La mejor temporada para los comerciantes informales como Abigail, es en la época de calor que va de diciembre hasta julio, “porque en esta temporada vendemos jugos, gracias a dios se vende muy bien”, entre carcajadas omite sus ganancias “no me vayan a secuestrar”, expone en tono de relajo.

 

Negocio propio para evitar la explotación laboral

En la otra cara de este fenómeno que para muchos afecta la imagen de Oaxaca, personas como Fernanda, prefirieron incorporarse a las organizaciones que controlan los tianguis que se instalan en diferentes zonas de la ciudad de Oaxaca.

Con licenciatura en Mercadotecnia y Administración de Empresas, al culminar sus estudios decidió buscar empleo en la iniciativa privada, donde después de mucho tiempo de tocar puertas encontró un trabajo como administrativo.

“En ese trabajo entraba a las 9 de la mañana y salía a las 5 de la tarde, con un salario de 2 mil 500 a la quincena, todo se me iba en comida y pasaje, la verdad lo que pagan en algunas empresas locales, nacionales e internacionales, es una miseria”, comentó.

Pese haberle dedicado más de 17 años para su preparación, no encontró un lugar donde pudiera percibir algún salario digno “por eso muchos profesionistas buscamos alternativas para no quedar estancados, a lo mejor como tianguistas ganamos lo mismo pero solamente nos instalamos tres veces a la semana, tenemos nuestros propios tiempos y estoy más tiempo con mi familia”.

Las cuotas mensuales que aportan a los dirigentes oscilan entre los 20 hasta los 200 pesos, dependiendo del giro y el tamaño del puesto. “En algunos casos yo se puede considerar como comercio informal porque la organización en que pertenecemos está dada de alta ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), donde se paga un impuesto”.

“Los pocos que se dedican a lo que nos preparamos entran a las dependencias de gobierno con una buena palanca, pera los que no tenemos conocidos nos tenemos que conformar con un salario muy bajo o dedicarnos a otra cosa”, añadió.

 

Altos cobros en renta de locales

Yolanda, quien desde hace más de dos años vende tamales en la periferia del Centro Histórico, explicó que el factor principal de haber elegido la vía pública, fue por los altos cobros en la renta de locales.

“Una pequeño local para vender tamales en el centro están cobrando de 5 mil para arriba, a parte los trámites que se tienen que hacer en el municipio, también se tiene que pagar agua, luz y otros impuestos”.

Para poder instalarse en la vía pública, le fue imposible tramitar un permiso ante las autoridades municipales, por lo que tuvo que recurrir a los dirigentes de la Confederación Mexicana de Trabajadores (CTM), para poder obtener un pequeño espacio.

“Me cobraron 3 mil 500 para poder ocupar un espacio, fue lo único que pagué y de repente tenemos que participar en sus actividades sindicales como en protestas o en las festividades que nos invitan.

Actualmente su situación se encuentra en la incertidumbre, ya que de no entrar en el programa de reordenamiento que lleva a cabo el gobierno municipal de Oaxaca de Juárez, tendrá que buscar una nueva forma de ganarse la vida.

“Hasta ahora no nos han dicho nada, nuestros compañeros dicen que si nos aceptan tenemos que pagar al mes como 50 pesos al municipio, algunos ya les están cobrando hasta en 70 pesos pero ya tienen garantizado su lugar, el único problema es que vengan o no vengan, vendan o no vendan tienen que pagar eso cada mes”.

En un sondeo realizado con comerciantes semifijos que cuentan con una estructura de 1.5 X 1.5, señalaron que en calles como Las Casas, Flores Magón, Aldama, 20 de Noviembre, Bustamante y en todas las que se ubican en el primer cuadro de la ciudad, para entrar como vendedores ambulantes tienen que pagar entre 40 a 50 mil pesos.

Para los que tienen que caminar para vender, contar con un permiso de alguna organización cuesta de 3 mil 500 hasta los 5 mil pesos, con una cuota diaria de un peso para no ser molestados por los inspectores municipales.

Lo mismo ocurre en la Central de Abasto, los que recorren los pasillos pagan de 5 a 200 pesos por boleto, esto dependiendo del giro y zonas que elijan para comercializar sus productos. “Siempre de debe pertenecer a una organización, sino de otra manera no se puede”, detalló Yolanda.

 

“La gente no tiene otra forma de ganarse la vida”

Para Carmela Luján, dirigente de la organización Renacimiento, el aumento del comercio en la vía pública obedece a la falta de empleos e industrias en Oaxaca. “En nuestra organización hay muchos profesionistas que no encontraron trabajo de lo que estudiaron y de alguna manera tienen que llevarle de comer a sus hijos”.

“No tenemos industrias y la gente no tiene otra forma de ganarse la vida más que en el comercio, la gente tiene hambre y de ahí mantiene su familia, reconocemos que muchos no tienen permiso pero tienen antigüedad de estar en sus lugares”.

La dirigente omitió hablar de los costos que tienen que aportar sus representados, sin embargo, dijo que de realizarse un programa de reordenamiento en el Centro Histórico, trabajarán de la mano con la autoridad.

 

Operan 14 organizaciones y más de 3 mil puestos

Josué Monterrey, director de gobierno del ayuntamiento capitalino, informó que los resultados del censo que se realizó en el Centro Histórico arrojaron que existen más de 3 mil puestos de comerciantes aglutinados en 24 organizaciones.

“Cerrando números Fraguas nos entrega un número muy alto que nos va costar mucho reducirlo porque es arriba de 3 mil puestos, tenemos ya el censo, ahora empezamos con la verificación física, hemos encontrado muchos que se instalaron de diciembre a la fecha sin permiso y no aparecen la lista”.

Dijo que el censo que se respetará será el que se realizó en 2008, donde existían poco más de 800 puestos. “Hasta el momento al municipio no se le genera ingresos por estos puestos, desde 2010 se dejó de cobrar a los comerciantes que se encuentran en la vía pública”, señaló.

 

Central de Abasto

En la Central de Abasto, los dirigentes de los comerciantes estiman que existen un total de 2 mil 500 ambulantes, aglutinados en 32 organizaciones.

“El haber tantos comercios en la vía pública nos afecta a todos pero no queda de otra, es un problema social que la misma necesidad hace que quienes no encuentran trabajo, se vuelvan comerciantes, preferimos tener más comerciantes que rateros, esto no pasa solamente a nivel del estado, sino a nivel nacional y lo mejor es regularizarlos”, comentó Israel Bracamontes, dirigente de la organización Lázaro Cárdenas.

Sobre el proyecto que se pretendía implementar en administraciones anteriores de construir una plaza comercial en la Central de Abastos, “no es la solución, lo que se debe hacer es construir centros comerciales en otras áreas para darle un respiro el centro y el mercado”, apuntó.

 


aa

 

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